Enero 7 de 2014 – 8:10 a.m.
LLAMADO DE MARÍA ROSA MÍSTICA A LOS HIJOS DE DIOS
Hijitos de mi corazón, que la paz de Dios esté con vosotros.
El flagelo de la guerra muy pronto azotará la humanidad, se
acercan los días de purificación; qué tristeza siente mi corazón de madre, al
ver la ingratitud de tantos. La inmensa mayoría de la humanidad está aletargada
espiritualmente, van a llegar los días de tribulación y serán muchos los que se
van a perder.
Hago un llamado urgente a todo el pueblo de Dios, para que se
prepare espiritualmente, porque cuando menos lo penséis todo se desatará. Consagraos, consagraos, a
mi corazón inmaculado os lo pido, hacedlo lo más pronto posible; los que ya
habéis hecho mi consagración, volvedla a hacer. La consagración a mi corazón
inmaculado es fortaleza espiritual para los hijos de Dios. Yo, vuestra Madre,
necesito que hagáis la consagración a mi corazón inmaculado, antes de que todo
se desate para que podáis estar inscritos en mi corazón y mi protección
maternal os cobije.
Bien sabéis que cuidaré de todo el pueblo de Dios, pero
aquellos que estén consagrados a mi corazón inmaculado, estarán doblemente
protegidos y mi adversario y sus huestes del mal no podrán hacerles ningún
daño. Sin la
consagración a mi corazón inmaculado, seréis muy vulnerables a los ataques de
mi adversario.
Es por eso hijitos míos, que os estoy haciendo este llamado, para que la hagáis
o la renovéis. La consagración a mi corazón inmaculado, debéis de hacerla hijos
de Dios, para que estéis fortalecidos espiritualmente y podáis repeler los
ataques de mi adversario.
Hijitos, hay muchos emisarios del mal camuflados, prestad
mucha atención y pedid mucho discernimiento al Santo Espíritu de Dios; sed muy
cautelosos con aquellas personas que se os acerquen y brinden amistad, porque
muchas están al servicio de mi adversario y lo que buscan es ganarse vuestra
confianza para luego haceros perder. Tened muy presente lo que os digo y no
descubráis vuestro corazón a cualquiera, para que no os vais a llevar sorpresas
desagradables.
Mi adversario a través de sus instrumentos está buscando por
todos los medios hacer perder el mayor número de almas. Conoced y analizad muy
bien a las personas que se os acercan para entablar amistad; no prestéis
atención a los que dicen: El señor está aquí o allá, venid a verlo y comprobad
sus milagros. Cuidado hijitos míos, porque bien sabéis que mi Hijo ya no vendrá
a este mundo físicamente. Mi Hijo viene espiritualmente como el Rey de Reyes
con toda su gloria y esplendor a reinar en los Nuevos cielos y en la Nueva
tierra a su pueblo fiel.
Os advierto de esto, para que no os dejéis engañar, porque
cuando haga su aparición mi adversario van a ser muchos los que se van a perder
por seguir al falso mesías. Estad preparados porque está por anunciar su
aparición; ya sabéis que no lo podéis ver, ni escuchar, porque es el ser de
iniquidad que viene a seducir a la humanidad con sus engaños y a robarse el
alma de aquellos que andan en tibieza espiritual o alejados de Dios.
Tened pues listas las armas espirituales, izad mi estandarte
mariano en vuestros hogares; rezad mi Santo Rosario y refugiaos en nuestros dos
corazones y no temáis; yo vuestra Madre, cuidaré del rebaño de mi Hijo, porque
soy la Eterna Pastora; lo apacentaré y guiaré a las puertas de la Jerusalén
Celestial, donde estará el eterno Pastor esperándoos. Que el amor de Dios y mi
protección maternal, permanezca en vosotros.
Vuestra Reina y Señora, María Rosa Mística.
Dad a conocer mis mensajes, hijitos de mi corazón.
¡EN MIS NUEVOS CIELOS Y EN MI NUEVA TIERRA SERÉIS
SERES ESPIRITUALES DE NATURALEZA SEMEJANTE A LA DE MIS ÁNGELES!
Enero 3 de 2014 – 8:25 a.m.
LLAMADO DE JESÚS SACRAMENTADO A SU PUEBLO FIEL
Que mi paz esté con vosotros, hijos míos.
Todo está por comenzar, mi justicia está tocando a la puerta.
De nuevo os digo, estad alerta y vigilantes, porque no sabéis ni el día, ni la
hora, de la llegada del hijo del Hombre. Más os digo, que está muy cerca; pero
antes de que esto suceda, debéis de ser purificados para que podáis estar
conmigo en los nuevos cielos y en la nueva tierra.
Se acercan hijos míos, los días de la gran prueba donde seréis
probados en el horno de la tribulación;
Sin purificación no podéis habitar mi nueva creación.
Si os acogierais a mis preceptos y a mi misericordia, nada de
lo que está por venir os tocaría. Pero no, preferís caminar por el desierto,
porque sois una raza de dura cerviz. Vuestra sordera espiritual no os ha
permitido escuchar mi voz. Camináis por el mundo como potrillos desbocados y
amáis más al mundo que a mí.
En mi infinito amor y misericordia no quiere veros perder; yo
soy fiel y mi palabra es vida; vida eterna que quiero derramar en abundancia
sobre todos aquellos que escuchan mi voz y ponen en práctica mis palabras.
Mi aviso está cerca y es la última puerta de mi misericordia
abierta, antes de que llegue mi justicia.
Si al regresar a este mundo no cambiáis, os aseguro que os
perderéis eternamente. Porque el que quiera salvar su vida la perderá, más el
que la pierda por mí, la encontrará.
¿Qué sería de vosotros, si no os enviara mi aviso?. Os
perderíais, porque ningún mortal es capaz de sobrellevar los días de mi
justicia divina, sin la gracia que recibiréis en la eternidad. Los días vienen
acortándose más y más, cuando la duración del tiempo llegue al límite de las
doce horas, todo se desencadenará. Os quedan milésimas de misericordia,
aprovechadlas; no las malgastéis; volved a mí que soy la vida para que mañana
podáis vivir eternamente.
Buscad la vida que soy yo; aferraos a mí, como el sarmiento a
la vid. Porque en verdad os digo que todo aquel que se aparte de mí perecerá.
Pueblo mío, se está acercando la hora de mi próxima venida, alegraos y
regocijaos en el Señor, porque viene a restablecer el orden y el derecho y a
reinar a su pueblo fiel.
Vengo como el Rey de Reyes con toda mi gloria y esplendor;
estaré con vosotros y entre vosotros espiritualmente; me veréis, contemplaréis
y me alabaréis junto con mis Ángeles. Muchos de vosotros diréis: ¿será esto
posible?; acordaos hijos míos, que vais a ser transformados y purificados para
que podáis estar conmigo en mi nueva creación.
Los hombres viejos junto con este mundo pasarán; nuevas criaturas
seréis por la gracia de mi Santo Espíritu, después de la purificación. De no
ser así, no podreis entrar en mi nueva creación, porque a mi Jerusalén
Celestial no entrará el pecado. En mis nuevos cielos y en mi nueva tierra
seréis seres espirituales de naturaleza semejante a la de mis Ángeles.
Alegraos pues pueblo mío, porque se acercan los días en que
veréis al Rey en todo su esplendor. Mi Reino de paz, amor y gozo, os espera. No
temáis a los días que se avecinan, confiad en mí; permaneced en mi amor y el
amor que todo lo puede, hará que esos días de purificación pasen para vosotros
como en sueño. Mi paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque
el Reino de Dios está cerca.
Vuestro Maestro, Jesús Sacramentado.
Dad a conocer este mensaje a toda la humanidad.
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