El hombre fue creado para adorar y servir a Dios, por eso el hombre que no cree en Dios siente la necesidad de creer en algo........
"Lo malo de que los hombres hayan dejado de
creer en Dios no es que ya no crean en nada, sino que están dispuestos a creer en todo".
(Gilbert Keith Chesterton)
De
La Imitación de Cristo
Y
Desprecio de Todas
Las Vanidades
Del Mundo
El Espíritu De Cristo
Estas palabras son de
Cristo, con las cuales nos amonesta a que sigamos
su vida y sus costumbres, si queremos verdaderamente ser alumbrados de toda la ceguedad
del corazón.
La Doctrina De Cristo
Excede a la de todos los Santos y el que tuviese espíritu hallará en ella maná
escondido.
Más acaece que muchos aunque a menudo oigan el
evangelio, gustan poco de el porque no tienen el Espíritu de Cristo.
El que quiera pues experimentar plenamente todo el sabor
de las palabras de Cristo conviene que procure conformar con Él toda su vida.
De La Imitación de Cristo
De Tomás de Kempis
Vanidad
De La Ciencia Humana
Todos los hombres naturalmente desean saber...... más, qué
aprovecha la ciencia sin el temor de Dios.
Los letrados gustan de ser
vistos
y tenidos por sabios.
El que bien se conoce
tiénese por vil y no se deleita en
alabanzas humanas.
Mejor es el rústico humilde
que sirve, que el soberbio filósofo que,
dejando de conocerse, considera el curso del cielo.
Lo que vale es amar y servir a Dios.
Suma sabiduría es: por el desprecio del mundo: ir a los reinos celestiales
Muchas cosas hay que el
saberlas poco o nada aprovechan al alma y muy loco es el que en otras cosas
entiende, si no en las que tocan a la
salvación.
Más deseo sentir la contrición
que saber definirla.
Vanidad es buscar riquezas perecederas
y esperar en ellas.
Vanidad es solo mirar a esta presente vida y no prever a
lo venidero.
Los que buscan su
sensualidad manchan su conciencia y pierden la gracia de Dios.
La conciencia pura causa
gran confianza en Dios.
Cuanto más y mejor
entiendas tanto más gravemente serás juzgado
si no vivieres santamente, por eso no te ensalces por alguna de las artes o
ciencias, más teme el conocimiento que de ellas se te ha dado.
Si te parece que sabes mucho
y entiendes muy bien, ten por cierto que es aún mucho más lo que ignoras no
quieras con presunción saber cosas altas, más confiesa tu ignorancia.
Porque te quieres tener más
que otros hallándose muchos más
doctos y sabios en la ley que tú.
Si quieres saber y aprender
algo provechosamente desea que, no te
conozcan ni te estimen.
El verdadero conocimiento y
desprecio de si mismo es altísima y doctísima lección.
Gran sabiduría y perfección
es sentir siempre bien y grandes cosas de otros
y tenerse
y reputarse en nada.
A nadie tengas por débil
más que a ti mismo.
¿Qué aprovecha la gran
curiosidad de saber cosas oscuras y ocultas, pues que del no saberlas no
seremos en el día del juicio reprendidos?
Gran locura es que, dejadas
las cosas útiles y necesarias, entendemos con gusto en las curiosas y dañosas.
Verdaderamente, teniendo ojos, no vemos.
Verdaderamente, teniendo ojos, no vemos.
LIBROS
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De La Imitación de Cristo
De Tomás de Kempis
En este video encontrará la secuencia de todo el libro, grabado en pequeños videos con duraciónes de 3 – 4 minutos cada uno…..capítulo por capítulo., todo el libro que se compone de 4 libros en total .
El
Espíritu De Cristo
En el silencio y sosiego aprovecha el alma devota y aprende los
secretos
de lasEscrituras.
Allí halla arroyos de lágrimas con que lavarse y purificarse
todas las noches, para hacerse tanto más familiar a su Hacedor cuanto más se
desviare del tumulto del siglo.
Y así el que se aparta de sus amigos y conocidos, estará
más cerca de Dios y de sus santos ángeles.
Mejor es esconderse y cuidar de sí, que con descuido
propio hacer milagros.
Muy loable es al hombre religioso salir fuera pocas veces,
huir de que le vean y no querer ver a los hombres.
7. ¿Para qué quieres ver lo que no te conviene tener?
EL mundo pasa y sus deleites (1 Jn., 2, 1'7).
Los deseos
sensuales nos llevan a pasatiempos; mas, pasada aquella hora, qué nos queda, sino
pesadumbre de conciencia y derramamiento de corazón?
La salida alegre causa muchas veces triste vuelta, y la
alegre trasnochada hace triste mañana. Así,
todo gozo carnal entra blandamente; mas al cabo, muerde y mata.
¿Qué puedes ver en otro lugar, que aquí no lo veas?
Aquí ves el cielo y la tierra y todos los elementos, y
de éstos fueron hechas todas las cosas.
8. ¿Qué puedes ver en algún lugar, que permanezca mucho
tiempo debajo del sol?
¿Piensas, acaso, satisfacer tu apetito? Pues no lo
alcanzarás. Si vieses todas las cosas delante de ti, ¿qué sería sino una vista
vana?
Alza tus ojos a Dios en el cielo, y ruega por tus
pecados y negligencias.
Deja lo vano a los vanos, y tú ten cuidado de lo que te
manda Dios.
Cierra tu puerta sobre ti, y llama a tu amado Jesús; permanece con El en tu aposento, que no hallarás en otro lugar tanta paz.
Cierra tu puerta sobre ti, y llama a tu amado Jesús; permanece con El en tu aposento, que no hallarás en otro lugar tanta paz.
Si no salieras ni oyeras noticias, mejor perseverarías
en santa paz. Pues te huelgas de
oír algunas veces novedades, conviénete sufrir
inquietudes de corazón.
Libro
Segundo
EXHORTACIÓN
A LA VIDA INTERIOR
Capítulo 2
De la humilde
sumisión
Si sabes callar y sufrir, sin duda verás el favor de
Dios.
Él sabe el tiempo y el modo de librarte, y por eso te
debes ofrecer a Él.
A Dios pertenece ayudar y librar de toda confusión.
Algunas veces conviene mucho, para guardar mayor
humildad, que otros sepan nuestros defectos y los reprendan.
2. Cuando un hombre se humilla por sus defectos,
entonces fácilmente aplaca a los otros, y sin dificultad satisface a los que
están enojados con él.
Dios defiende y libra al humilde; al humilde ama y
consuela; al hombre humilde se inclina; al humilde concede gracia abundante, y
después de su abatimiento lo levanta a gran honra; al humilde descubre sus
secretos, y lo trae dulcemente a sí y lo convida.
El humilde, recibida la afrenta, está en paz; porque
está en Dios y no en el mundo.
No pienses haber aprovechado algo, si no te estimas por
el ínfimo de todos.
Capítulo 3
Del hombre bueno y pacífico
1. Ponte primero
a ti en paz, y después podrás apaciguar a los otros.
El hombre pacífico aprovecha más que el muy letrado.
El hombre apasionado, aun el bien convierte en mal, y de
ligero cree lo malo.
El hombre bueno y pacífico todas las cosas echa a buena
parte.
El que está en buena paz, de ninguno sospecha.
El descontento y alterado, con diversas sospechas se
atormenta; ni él sosiega, ni deja descansar a los otros.
Dice muchas veces lo que no debiera, y deja de hacer lo
que más le convendría.
Piensa lo que otros deben hacer, y deja él sus
obligaciones.
Ten, pues, primero celo contigo, y después podrás tener
buen celo con el prójimo.
2. Tú sabes excusar y disimular muy bien tus faltas, y
no quieres oír las disculpas ajenas.
Más justo sería que te acusases a ti y excusases a tu
hermano.
Sufre al otro, si quieres que te sufran.
Mira cuán lejos estás aún de la verdadera caridad y
humildad, la cual no sabe desdeñar y airarse sino contra sí.
No es mucho conversar con los buenos y mansos, pues esto
a todos da gusto naturalmente, y cada uno de buena gana tiene paz y ama a los
que concuerdan con él.
Pero poder vivir en paz con los duros, perversos, groseros, y mal
acondicionados, y con quien nos contradice, grande gracia es y acción varonil y
loable.
3. Hay algunos que tienen paz consigo y también con los
otros.
Otros hay que ni la tienen consigo ni la dejan tener a
los demás; molestos para los otros, lo son más para sí mismos.
Y hay otros que tienen paz consigo, y trabajan en
reducir a la paz a los otros.
Pues toda nuestra paz en esta miserable vida está puesta
más en el sufrimiento humilde que en dejar de sentir contrariedades.
El
que sabe mejor padecer, tendrá mayor paz. Este es el vencedor de sí mismo y
señor del mundo, amigo de Cristo y heredero del cielo
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