Fiesta Solemne
De La Santísima Trinidad
La Santa Iglesia dedica el
siguiente domingo después de Pentecostés a la celebración del día de la
Santísima Trinidad.
La Santísima Trinidad es el misterio de un sólo Dios en tres
personas. El hombre debe inclinarse con respeto ante ese misterio sublime y
creerlo sin procurar profundizarlo, porque se halla por encima de la luz de su
razón.
La Santísima Trinidad es el misterio fundamental de nuestra
religión. En su nombre hemos sido bautizados.
La señal de la cruz nos la recuerda, y el sacerdote, en el
altar, la invoca para terminar todas sus oraciones.
En su nombre somos absueltos en el tribunal de la penitencia, y
en su nombre, se renueva todos los días, en nuestros altares, el sacrificio del
Calvario.
La Santísima Trinidad es, además, prenda de nuestra felicidad
eterna:
Dios mismo será nuestra recompensa si hemos guardado su ley.
Santo, Santo, Santo, es el Señor,
Dios de los ejércitos.
Llenos están los cielos y la tierra
de su gloria.
Os adoro, Dios tres veces santo,
Padre, que nos habéis creado,
Hijo que nos habéis, redimido con vuestra sanare,
Espíritu Santo, que nos santificáis con las gracias que nos
concedéis todos los días.
Haced que guarde en mi alma vuestra semejanza o imagen,
a fin de que, un día, me reconozcáis y reine con vos en la
eternidad.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén. Así sea.
Oración de una estampa religiosa
de finales del siglo XIX
Credo
de San Atanasio:
"El Padre es
Dios, el Hijo es Dios, y el Espíritu Santo es Dios, y, sin embargo, no hay tres
Dioses sino uno solo".
Un misterio es todo aquello que no podemos entender con la
razón. Es algo que sólo podemos comprender cuando Dios nos lo revela.
El misterio de la Santísima Trinidad - Un sólo Dios en tres
Personas distintas -, es el misterio central de la fe y de la vida cristiana,
pues es el misterio de Dios en Sí mismo.
Aunque es un dogma difícil de entender, fue el primero que
entendieron los Apóstoles.
Después de la Resurrección, comprendieron que Jesús era el
Salvador enviado por el Padre. Y, cuando experimentaron la acción del Espíritu
Santo dentro de sus corazones en Pentecostés, comprendieron que el único Dios
era Padre, Hijo y Espíritu Santo.
--En la Creación, Dios
Padre está como principio de todo lo que existe.
-- En la Encarnación, Dios se encarna, por amor a nosotros, en
Jesús, para liberarnos del pecado y llevarnos a la vida eterna.
-- En Pentecostés, el Padre y el Hijo se hacen presentes en la
vida del hombre en la Persona del Espíritu santo, cuya misión es santificarnos,
iluminándonos y ayudándonos con sus dones a alcanzar la vida eterna.
Para explicar este gran misterio, existen ciertos símbolos que
son entendibles a nuestra razón:
La Santísima Trinidad es
simbolizada como un triángulo.
Cada uno de los vértices es parte del mismo triángulo y sin embargo cada uno es distinto.
También podemos simbolizar a la Santísima Trinidad como una vela
encendida:
La vela en sí misma
simboliza al Padre, la cera que escurre es el Hijo, que procede del Padre y la
llama encendida es el Espíritu Santo.
Los tres son "vela", pero son distintos entre sí.
La Iglesia nos invita hoy a la consideración y rendida adoración
del gran misterio que nos hace reconocer y adorar en Dios la unidad de naturaleza
en la trinidad de personas.
"Apenas hemos celebrado la venida del Espíritu
Santo, cantamos la fiesta de la Santísima Trinidad en el Oficio del Domingo que
sigue, escribía San Ruperto en el siglo XII, y este lugar está muy bien
escogido, porque tan pronto como hubo bajado el Espíritu Santo, comenzó la
predicación y la creencia; y, en el bautismo, la fe y confesión en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo."
Cada vez que hacemos la Señal de la Cruz sobre nuestro cuerpo,
recordamos el misterio de la Santísima Trinidad.
- En el nombre del
Padre: Ponemos la mano sobre la frente, señalando el cerebro que controla todo
nuestro cuerpo, recordando en forma simbólica que Dios es la fuente de nuestra
vida.
-...y del Hijo: Colocamos la mano en el pecho, donde está el
corazón, que simboliza al amor. Recordamos con ello que por amor a los hombres,
Jesucristo se encarnó, murió y resucitó para librarnos del pecado y llevarnos a
la vida eterna.
-...Y del Espíritu Santo: Colocamos la mano en el hombro
izquierdo y luego en el derecho, recordando que el Espíritu Santo nos ayuda a
cargar con el peso de nuestra vida, el que nos ilumina y nos da la gracia para
vivir de acuerdo a los mandatos de Jesucristo.
Algunas personas argumentan que no es verdad porque no podemos
entender el misterio de la Santísima Trinidad a través de la razón. Esto es
cierto, no podemos entenderlo con la sola razón, necesitamos de la fe ya que se
trata de un misterio. Es un misterio hermoso en el que Dios nos envía a su Hijo
para salvarnos.
Afirmaciones del dogma de la Trinidad, se ven continuamente en
la Liturgia. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, así
empieza y termina la Santa Misa y el Oficio divino, y se confieren los
Sacramentos.
Igualmente A los salmos sigue el Gloria Patri ...; los himnos
tradicionales acaban con la doxología y las oraciones con una conclusión en
honor a las Tres Divinas Personas.
Trisagio A La Santísima Trinidad
Para Consolar, desagraviar Al Padre, y para dar gloria y
alabanza de la Santísima Trinidad.
P/ Abre, Señor, mis labios
R/ Y mi boca proclamará tus alabanzas
P/ Ven, Oh Dios, en mi ayuda
R/ Señor apresúrate en socorrerme
P/ Por la señal de la Santa Cruz……
R/ Como era en el principio...
Acto preparatorio.
Benignísimo Dios, Uno en esencia y
Trino en Personas;
Aquí tienes una de tus humildes
criaturas, que conoce en sí la venerable imagen de Tu Trinidad Santísima.
Confieso que no he cumplido con las
obligaciones a que me empeña el honor de Tu Divina Semejanza.
He
pecado, Dios mío, pero nunca negué, sino he créido constantemente en el Padre,
en el Hijo y en el Espíritu Santo; que el Padre no tiene algún principio, que
el Hijo es producido por el Padre, a quien es consubstancial, y que el Espíritu
Santo procede del Padre y del Hijo, de cuyo amor recíproco es también
consubstancial a ambos; que el Padre no es primero que el Hijo, ni los dos
primeros que el Espíritu Santo.
Adoro al Padre como Dios,
Al Hijo como Dios
Y al Espíritu Santo como Dios;
y con todo, en los tres solo creo y
adoro un solo Dios.
Yo
no entiendo, Señor, este misterio; pero cautivo mi entendimiento en obsequio de
la fé, para mayor gloría Tuya
y
mérito mío.
Ofrezco
estos profundísimos sentimientos de religión, de reverencia y amor, como unos
votos gratísimos a Tu Santidad, para que por ello perdones tantas ofensas
cometidas por mí contra Tú Majestad increada.
¡Oh Trinidad Beatísima!
A Ti suspira la trinidad miserable
de mis potencias.
Mi memoria, my enferma de
fragilidad; mi entendimiento, atestado de ignorancia;
mi voluntad, contagiada de
inclinaciones al mal.
Sánala,
purifícala, y dame auxilios para que jamás falte a los propósitos que Te has
dignado inspirarme; que yo protesto de todo corazón dedicarme desde hoy en
adelante a mantener la nobleza de costumbres que corresponde al carácter de Ti
mismo con que me has sellado, y hacer todo el aprecio que me sea posible de Tu
gracia y a valerme para conservarla de la devoción al misterio de Tu
Augustísima Trinidad, en quien espero hallar misericordia, piedad y beneficiencia
para siempre. Amén.
Himno
Ya se va el sol de Fuego;
Tú Unidad, Luz Perenne,
Trinidad Santa, infunde
Tu amor en nuestra mente.
De mañana y de tarde
Rogamos que nos lleves
A alabarte en el Cielo
Con himnos reverentes
Al Padre, al Hijo y a Tí, Divino
Espíritu siempre la gloria que hasta
Aquí sea dada eternamente. Amén.
Un Padre Nuestro y Gloria
al Padre.
Con
los Serafines.
V. Santo, Santo, Santo, Señor Dios
de los ejércitos.
R. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo
Inmortal,
Ten misericordia de nosotros.
Con los Querubines.
V. Santo, Santo, Santo, Señor Dios
de los ejércitos.
R. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo
Inmortal,
Ten misericordia de nosotros.
Con los Tronos.
V. Santo, Santo, Santo, Señor Dios
de los ejércitos.
R. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo
Inmortal,
Ten misericordia de nosotros.
Oración a Dios Padre.
Omnipotente y sempiterno Dios Padre,
Que con tu Unigénito Hijo y con el
Espíritu Santo
Eres un solo Dios,
Uno en la esencia
y Trino en las Personas.
Yo te adoro, venero y bendigo
con las tres angélicas jerarquías;
y con los tres Coros de la primera,
a
mantes Serafines,
sabios Querubines y excelsos Tronos,
te aclamo Santo, Santo, Santo,
poderoso y Eterno Padre
del Verbo Divino, principio del
Espíritu Santo,
Señor de los Cielos y Tierra, a
quien sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro y Gloria al
Padre.
Con las Dominaciones.
V. Santo, Santo, Santo, Señor Dios
de los ejércitos.
R. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo
Inmortal,
Ten misericordia de nosotros.
Con las Virtudes.
V. Santo, Santo, Santo, Señor Dios
de los ejércitos.
R. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo
Inmortal,
Ten misericordia de nosotros.
Con las Potestades.
V. Santo, Santo, Santo, Señor Dios
de los ejércitos.
R. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo
Inmortal,
Ten misericordia de nosotros.
Oración
a Dios Hijo
Sabio y soberano Dios Hijo, hecho
hombre por nosotros,
que con tu Eterno Padre y el Divino
Espíritu eres un solo Dios, Uno en la esencia, y Trino en las Personas.
Yo te venero, bendigo y adoro con
las tres jerarquías
de los Ángeles; y con los tres Coros
de la segunda, Dominaciones, Virtudes y Potestades,
te aclamo Santo, Santo, Santo,
Omnipotente Verbo Divino
y Unigénito Hijo de Dios, principio
del Espíritu Santo,
Señor de los Cielos y Tierra, a
quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro y Gloria al
Padre.
Con los Principados.
V. Santo, Santo, Santo, Señor Dios
de los ejércitos.
R. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo
Inmortal,
Ten misericordia de nosotros.
Con los Arcángeles.
V. Santo, Santo, Santo, Señor Dios
de los ejércitos.
R. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo
Inmortal,
Ten misericordia de nosotros.
Con los Ángeles.
V. Santo, Santo, Santo, Señor Dios
de los ejércitos.
R. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo
Inmortal,
Ten misericordia de nosotros.
Oración a Dios Espíritu
Santo.
Amante Dios, Espíritu Santo, Amor
divino,
que con el Eterno Padre y su
Unigénito Hijo eres un solo Dios, Uno en la esencia y Trino en las Personas.
Yo te bendigo, adoro y venero con
las tres jerarquías angélicas; y con los tres Coros de la tercera, Principados,
Arcángeles y Ángeles, te aclamo Santo, Santo, Santo,
Divino Amor y suavísima unión del
Eterno Padre y del Hijo, procediendo en amor de uno y otro,
Señor de los Cielos y la tierra,
a quien sea gloria por los siglos de
los siglos. Amén.
Antífona.
Tres son los que dan testimonio en
el Cielo;
El Padre, El Verbo y El Espíritu
Santo,
Y estos tres son una misma cosa.
V. Bendigamos al Padre, al Hijo y al
Espíritu Santo.
R. Alabemos y ensalcémosle en todos
los siglos.
Oración.
Altísimo
e incomprensible Dios, que dentro del Santuario de Tu Divina Naturaleza, donde
nadie entra, tienes encerrado el misterio de Tu Trinidad Santísima, a quien no
se puede correr el velo para verla de lleno, sino que todas las criaturas
debemos adorarla profundamente desde fuera; dígnate admitir nuestros humildes
votos, deprecaciones y alabanzas, que presentamos reverentemente al pie del
trono de Tu inefable Majestad, por los merecimientos de Nuestro Señor
Jesucristo, que contigo, vive y reina en unidad del Espíritu Santo Dios, por
todos los siglos de los siglos. Amén.
Gozos a Dios Trino y Uno.
¡Señor Dios! en dulce canto
Te alaban los Querubines,
Y Ángeles y Serafines
Dicen Santo, Santo, Santo.
Eterna y Pura Deidad
De incomparable excelencia,
Que en la Unidad de Tu esencia
Encierras la Trinidad:
De nuestra fe la humildad
Te adora en sencillo canto.
Y Ángeles y etc.
Tú del hombre delincuente
Tiernos suspiros recoges,
Y sus plegarias acoges,
Porque eres Padre clemente.
¿Quién, amándote, no siente
Trocarse en dicha el quebranto?
Y Ángeles y etc.
Nuestros padres celebraron
Con sus cánticos de gloria
De tus prodigios la historia,
Que gozosos admiraron.
La fe, Señor, nos legaron,
Que es nuestro escudo y encanto.
Y Ángeles y etc.
Cuando tu justa venganza
Con plagas al hombre aterra,
Y hace estremecer la tierra,
Y airada sus rayos lanza,
La luz de nuestra esperanza
Es tu nombre Sacrosanto.
Y Ángeles y etc.
Tus excelsas bendiciones
Derrama pródigo y tierno,
Y a tus hijos ¡Dios eterno!
Colma de inefables dones.
Para su dicha dispones
Tanto bien, prodigio tanto.
Y Ángeles y etc.
¡Quién del amante Isaías
Ardiera en el sacro fuego,
Para alzar su humilde ruego
En divinas melodías!
Supla a vuestras voces frías
La tierra, el mar, entretanto.
Y Ángeles y etc.
Por el misterio que adora
¡Oh Dios! tu escogida grey,
Signa Tu Divina Ley,
Y de la muerte en la hora,
Con su sombra bienhechora
Nos cubra Tu regio manto.
Y Ángeles y etc.
¡Señor Dios! En dulce canto
Te alaban los Querubines,
Y Ángeles y Serafines
Dicen Santo, Santo, Santo.
Antífona.
Bendita seas, Santísima Trinidad
y Unidad indivisible de nuestro
Dios;
nosotros confesamos este misterio
Augustísimo de Ser
con cuanta reverencia podemos,
porque no cesas de ejercitar en
nosotros Tu Misericordia.
V. Bendito eres, Señor, en el
Firmamento del Cielo.
R. Y llena está de Tu gloria la
Tierra.
Oremos.
Omnipotente
y sempiterno Dios, que has concedido a tus siervos la gracia de conocer en la
confesión de la verdadera fe la gloria de la eterna Trinidad de tus Personas y
de adorar en el Poder de la Majestad la Unidad de tu incomprensible Naturaleza;
nosotros te suplicamos que por la firmeza de esta misma fe seamos libres de
todo género de adversidades.
Por
nuestro Señor Jesucristo, que contigo vive y reina en unidad del Espíritu
Santo, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.
Oración.
Dios,
de quien viene la santidad en los deseos, la rectitud de los consejos y la
justicia en las obras; concede a tus siervos la paz que el mundo no puede dar,
para que, entregados nuestros corazones a la observancia de tus mandamientos y
desterrado el miedo de todo enemigo, tengan con tu protección los tiempos
tranquilidad. Por Nuestro Señor Jesucristo Tu Hijo, que contigo vive y reina
por los siglos de los siglos. Amén.
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