馃敂MENSAJE DE LOS SANTOS PAPAS A TODO EL PUEBLO CRISTIANO 馃敂
«Que el pueblo cristiano se acostumbre a implorar, con gran piedad y profunda confianza, a san Jos茅 al mismo tiempo que a la Virgen Mar铆a». Esta pr谩ctica es de las m谩s agradables a Nuestra Se帽ora.
“Y puesto que, m谩s a煤n, es de gran importancia que la devoci贸n a San Jos茅 se introduzca en las pr谩cticas diarias de piedad de los cat贸licos, Nos deseamos exhortar a ello al pueblo cristiano por medio de nuestras palabras y nuestra autoridad.
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SAN JOS脡 PATRONO DE LA IGLESIA UNIVERSAL, TERROR DE LOS DEMONIOS Y AZOTE DEL COMUNISMO.
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Nuestra Madre, se compadece de sus hijos cautivos:
En el tiempo en que los sarracenos (musulmanes) oprim铆an a Espa帽a y llevaban en esclavitud a gran n煤mero de cristianos, la Madre de Dios, compadecida de sus males y peligros, apareci贸 durante la misma noche a San Pedro Nolasco, a San Raimundo de Pe帽afort, y a Jaime, rey de Arag贸n, conjur谩ndolos a establecer una Orden religiosa para la redenci贸n(rescate) de los cautivos. 脡sta fue la Orden de la Merced, o de la Redenci贸n, fundada en Barcelona en 1223, y que prest贸 inmensos servicios a la Iglesia y a la sociedad. Para agradecer a la Sant铆sima Virgen, la Iglesia estableci贸 esta fiesta:
24 DE SEPTIEMBRE , NUESTRA SE脩ORA
DE LAS MERCEDES
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EL M脕S GRANDE DE LOS SANTOS
La doctrina cat贸lica ense帽a que despu茅s de la Sant铆sima Virgen Mar铆a San Jos茅 es el mayor de los santos. San Bernardino de Siena afirma que el humilde carpintero de Nazaret sobresale en gracia y en bienaventuranza por encima de los patriarcas, de los profetas, de San Juan el Bautista, de San Pedro, de San Pablo, de todos los Ap贸stoles, m谩rtires, santos y doctores de la Iglesia.
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SU SANTIDAD EL BEATO PAPA P脥O IX (1846-1878).
El Pont铆fice P铆o IX declar贸 oficialmente a san Jos茅 Patrono y Protector de la Iglesia universal.
El Papa pide «que el pueblo cristiano se acostumbre a implorar, con gran piedad y profunda confianza, a san Jos茅 al mismo tiempo que a la Virgen Mar铆a». Esta pr谩ctica es de las m谩s agradables a Nuestra Se帽ora.
El Papa cree que es deber suyo estimular a los cristianos para que esta devoci贸n «se enra铆ce profundamente en los usos de la tradici贸n cat贸lica, pues esto es de una extrema importancia».
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SAN JOS脡 OBRERO «PATRONO CONTRA EL COMUNISMO»
"De la Revoluci贸n Francesa se derivaron infinitos males para la Iglesia. Un siglo despu茅s, en 1889, el Papa Le贸n XIII publicaba la Quamquam pluries, justo despu茅s de que II Internacional proclamara el 1潞 de mayo como fiesta revolucionaria del trabajo. El marxismo internacional produjo luego la fundaci贸n de la III Internacional que consagr贸 la hegemon铆a del Partido Comunista, que tantos males traer铆a al mundo.
El siglo veinte vi贸 el surgimiento de ideolog铆as ateas y totalitarias como el comunismo y el socialismo, enemigas de la Iglesia y del obrero cristiano.
Sabiendo muy bien la amenaza de estos males los Papas consideraron oportuno advertir a los fieles y confiarlos al cuidado de San Jos茅.
El Sumo Pont铆fice el papa Le贸n XIII, aprob贸 el Escapulario de San Jos茅 en 1893.
“Y puesto que, m谩s a煤n, es de gran importancia que la devoci贸n a San Jos茅 se introduzca en las pr谩cticas diarias de piedad de los cat贸licos, Nos deseamos exhortar a ello al pueblo cristiano por medio de nuestras palabras y nuestra autoridad. S.S.Le贸n XIII
Asimismo, Le贸n XIII dispuso que durante el mes de octubre, se a帽adiera al rezo del Rosario una oraci贸n a San Jos茅 y concedi贸 indulgencia parcial (Manual de Indulgencias, conc. 19) cuando dicha oraci贸n se agrega al final del Rosario. Se puede rezar despu茅s del acostumbrado Salve Reina y las oraciones finales.
(Incluimos al final de esta publicaci贸n, la oraci贸n compuesta por el Sumo Pont铆fice el papa Le贸n XIII,)
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El socialismo, fue condenado por Su Santidad el papa Le贸n XIII, en la enc铆clica Quod Apostolici Muneris, pues sus principios son:
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1. Negaci贸n de Dios y de la Iglesia,
2. Supresi贸n de toda autoridad,
3. Igualdad absoluta de todos los hombres en la esfera jur铆dica y en el plano pol铆tico,
4. Disolubilidad del v铆nculo matrimonial y por consiguiente disoluci贸n de la familia,
5. Abolici贸n del derecho a la propiedad,
6. Acci贸n pol铆tica demag贸gica sostenida por una propaganda revolucionaria.
En el Motu Proprio, Bonum sane et salutare, el Papa Benedicto XV, el 25 de julio de 1920, advirti贸 a los fieles respecto del socialismo y el gobierno mundial, al tiempo que los confiaba al cuidado de San Jos茅:
«Por lo tanto, hemos de deplorar mucho m谩s que antes que las costumbres sean m谩s libres y depravadas y que, por la misma raz贸n, se agrave cada d铆a m谩s la que llaman causa social, de modo que debemos temer males de gravedad extrema… Pues, en los deseos y la expectativa de cualquier desvergonzado se presenta como inminente la aparici贸n de cierta Rep煤blica Universal… y en la cual no habr铆a diferencia alguna de nacionalidades ni se acatar铆a la autoridad de los padres sobre los hijos, ni la del poder p煤blico sobre los ciudadanos, ni la de Dios sobre los hombres unidos en sociedad… Si esto se llevara a cabo no podr铆a menos de haber una secuela de horrores espantosos; hoy d铆a ya existe esto en una no exigua parte de Europa que los experimenta y siente. Ya vemos que se pretende producir esa misma situaci贸n en los dem谩s pueblos; y que, por eso, ya existen aqu铆 y all谩 grandes turbas revolucionarias porque las excitan el furor y la audacia de unos pocos… Por la misma raz贸n, para retener en su deber a todos los hombres que se ganan el sustento por sus fuerzas y su trabajo donde quiera vivan, y conservarlos inmunes del contagio del socialismo que es el enemigo m谩s ac茅rrimo de la sabidur铆a cristiana, ante todo les proponemos fervorosamente a San Jos茅 para que lo elijan como gu铆a particular de su vida y lo veneren como patrono».
Su sucesor el Papa P铆o XI, viendo la creciente amenaza en contra de la Iglesia, de la pestilente secta comunista, decidi贸 confiar de manera expl铆cita a San Jos茅 la causa contra el comunismo:
«Para acelerar la paz de Cristo en el reino de Cristo, por todos tan deseada, ponemos la actividad de la Iglesia cat贸lica contra el comunismo ateo bajo la 茅gida del poderoso Patrono de la Iglesia, San Jos茅.
San Jos茅 perteneci贸 a la clase obrera y experiment贸 personalmente el peso de la pobreza en s铆 mismo y en la Sagrada Familia, de la que era padre sol铆cito y abnegado; a San Jos茅 fue confiado el Infante divino cuando Herodes envi贸 a sus sicarios para matarlo. Cumpliendo con toda fidelidad los deberes diarios de su profesi贸n, ha dejado un ejemplo de vida a todos los que tienen que ganarse el pan con el trabajo de sus manos, y, despu茅s de merecer el calificativo de justo (2Pe 3,13; cf. Is 65,17; Ap 2,1), ha quedado como ejemplo viviente de la justicia cristiana, que debe regular la vida social de los hombres».
Fue el Papa P铆o XII, quien estableci贸 que la fiesta de San Jos茅 Obrero se celebre anualmente en la Iglesia Universal el 1 de mayo, fecha elegida espec铆ficamente para contrarrestar el feriado predominantemente socialista y comunista, conocido como «D铆a internacional de los trabajadores» o «Primero de Mayo».
En su discurso a los trabajadores italianos el Papa P铆o XII, el 1° de mayo de 1955 dijo a los trabajadores: si quieres estar cerca de Cristo, te repito “Ite ad Ioseph”: ¡Ve a Jos茅!
«El Cristianismo se funda en el amor, el marxismo parte del odio, de la lucha de clases, cree en el inmisericorde aniquilamiento de los adversarios. El Cristianismo es un llamado a todos los hombres, el marxismo convoca s贸lo a los proletarios, a los explotados. Uno cree en la Redenci贸n, el otro en la revoluci贸n».
El comunismo encierra un falso ideal de aparente redenci贸n. La lucha de clases es uno de sus fundamentos. La difusi贸n del comunismo se explica por las deslumbradoras promesas que hacen a los incautos y a los ignorantes, apoy谩ndose en las injusticias del r茅gimen econ贸mico liberal, as铆, vemos hoy en tantas partes del mundo la difusi贸n de los errores del comunismo. El marxismo cultural. Y como avizorar铆a prof茅ticamente Don Plinio Correa de Oliveira, la revoluci贸n en su IV etapa: el comunismo tribal, incluso dentro de la Iglesia Cat贸lica con la «teolog铆a de la liberaci贸n» y m煤ltiples herej铆as.
No cabe duda de que el patrocinio de San Jos茅 Obrero, es de inusitada urgencia".
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BENEDICTO XV (1914 -1922)
Benedicto XV lanz贸 el Motu Proprio Bonum Sane et Salutare, el 25 de julio de 1920, despu茅s de la primera guerra mundial, en el que exhortaba a todos los obispos del mundo a celebrar el cincuentenario del patronazgo de San Jos茅.
♦️“Por la misma raz贸n, para retener en su deber a todos los hombres que se ganan el sustento por sus fuerzas y su trabajo donde quiera vivan, y CONSERVARLOS INMUNES DEL CONTAGIO DEL SOCIALISMO (comunismo) QUE ES EL ENEMIGO M脕S AC脡RRIMO DE LA SABIDUR脥A CRISTIANA, ante todo les proponemos fervorosamente a San Jos茅 para que lo elijan como gu铆a particular de su vida y lo veneren como patrono.
Pues, 茅l pas贸, sus a帽os llevando un g茅nero de vida similar al de ellos; y por esta misma raz贸n, Cristo-Dios, siendo como era el Unig茅nito del eterno Padre, quiso ser llamado Hijo del Carpintero. Pero con ¡cu谩ntas y cu谩n eximias virtudes adorn贸 la humildad del lugar y de la fortuna, especialmente con aqu茅llas que correspond铆an a aquel que era esposo de MAR脥A Inmaculada y que se ten铆a por el padre de Jes煤s, Nuestro Se帽or!
Por esto, aprendan todos en la escuela de San Jos茅 a mirar todas las cosas que pasan bajo la luz de las cosas futuras que permanecen y, consol谩ndose, por las incomodidades de la humana condici贸n, con la esperanza de los bienes celestiales, a encaminarse hacia ellos, obedeciendo a la voluntad de Dios, conviene a saber: viviendo sobria, recta y piadosamente.”
“Si crece la devoci贸n a San Jos茅, el ambiente se hace al mismo tiempo m谩s propicio a un incremento de la devoci贸n a la Sagrada Familia, cuya augusta cabeza fuera: una devoci贸n brotar谩 espont谩neamente de la otra. Pues, JOS脡 nos lleva derecho a Mar铆a, y por Mar铆a llegamos a la fuente de toda santidad, a JES脷S, quien por su obediencia a Jos茅 y Mar铆a consagr贸 las virtudes del hogar.
Deseamos que las familias cristianas se renueven a fondo y se hagan conformes a tantos ejemplos de virtudes como ellos practicaron. Por cuanto la comunidad del g茅nero humano se ha fundado sobre la familia se inyectar谩, bajo la universal influencia de la virtud de Cristo, cierto nuevo vigor y una como nueva sangre en todos los miembros de la sociedad humana, cuando la sociedad dom茅stica, comunidad, pues, m谩s religiosamente de castidad, concordia y fidelidad, goce de una mayor firmeza; y de all铆 no s贸lo seguir谩 la enmienda de la costumbres de los particulares sino tambi茅n la de la vida com煤n y del orden civil.”
“Dado que esta Sede Apost贸lica ha aprobado varios modos de venerar al Santo Patriarca, ante todo, cada mi茅rcoles del a帽o y por un mes entero determinado, deseamos que, bajo la insistente admonici贸n del Obispo, se practiquen todos ellos de ser posible, en todas las Di贸cesis, en especial, empero, incumbe a Nuestros Venerables Hermanos apoyar y fomentar con todo el peso de su autoridad e inter茅s las asociaciones piadosas, como la de la Buena Muerte, la del Tr谩nsito de San Jos茅 y la de los Agonizantes, las cuales fueron fundadas para implorar a San Jos茅 por los agonizantes, porque con raz贸n se considera a aquel como eficac铆simo protector de los moribundos a cuya muerte asistieron el mismo Jes煤s y Mar铆a.
Para perpetua memoria, empero, del Decreto Pontificio que arriba mencionamos, ordenamos y mandamos que dentro del a帽o que comienza a correr el 8 de Diciembre pr贸ximo, se hagan en todo el orbe cat贸lico solemnes s煤plicas, en el tiempo y modo que parezca mejor a cada Obispo, en honor de San Jos茅, Esposo de la Sant铆sima Virgen y Patrono de la Iglesia Cat贸lica.
Todos cuantos asistan a ellas podr谩n ganar para s铆 una indulgencia de sus pecados, bajo las acostumbradas condiciones.”
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Su Santidad Pio XII (1929 -1958)
La Fiesta de San Jos茅 Obrero, fue instituida en 1955 por el Siervo de Dios, Papa P铆o XII, ante un grupo de obreros reunidos en la Plaza de San Pedro en el Vaticano. Se celebra el 1 de mayo, que coincide con el D铆a Internacional del Trabajo.
El Santo Padre pidi贸 en esa ocasi贸n que “el humilde obrero de Nazaret, adem谩s de encarnar delante de Dios y de la Iglesia la dignidad del obrero manual, sea tambi茅n el pr贸vido guardi谩n de vosotros y de vuestras familias”.
P铆o XII quiso que el Santo Custodio de la Sagrada Familia “sea para todos los obreros del mundo, especial protector ante Dios, y escudo para tutela y defensa en las penalidades y en los riesgos del trabajo”
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SU SANTIDAD JUAN XXIII (1958 -19638)
Dedic贸 la Carta Apost贸lica Le Voci a San Jos茅, el 19 de marzo de 1961, antes de inaugurar el Concilio Vaticano II.
¡Oh San Jos茅! Aqu铆 est谩 tu puesto como Protector universalis Ecclesiae. Hemos querido ofrecerte… una corona de honor como eco de las muestras de afectuosa veneraci贸n que ya surgen de todas las naciones cat贸licas y de todos los pa铆ses de misi贸n. S茅 siempre nuestro protector. Que tu esp铆ritu interior de paz, de silencio, de trabajo y oraci贸n, al servicio de la Santa Iglesia, nos vivifique siempre y alegre en uni贸n con tu Esposa bendita, nuestra dulc铆sima e Inmaculada Madre, en el solid铆simo y suave amor de Jes煤s, rey glorioso e inmortal de los siglos y de los pueblos. ¡As铆 sea!
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SU SANTIDAD JUAN PABLO II (1978 -2005)
El 15 de agosto de 1989, al cumplirse el centenario de la Enc铆clica Quamquam pluries de Le贸n XIII, el papa San Juan Pablo II le dedic贸 la exhortaci贸n apost贸lica Redemptoris Custos -“Custodio del Redentor”-, considerada por muchos, la carta magna de la teolog铆a de San Jos茅.
En este documento, que tiene la singularidad de no concluir con la “bendici贸n apost贸lica”, como suelen terminar todos los documentos pontificios, sino con la s煤plica a San Jos茅 para que bendiga a la Iglesia, el Papa hace suyo un rico tesoro doctrinal en el que destaca la ratificaci贸n de aquel pensamiento de San Pablo VI que pone a San Jos茅 y la Virgen en el comienzo de la Obra Divina de la Redenci贸n de la humanidad, con lo que defin铆a a San Jos茅, por primera vez, como el “nuevo Ad谩n”, en el principio de los caminos del Se帽or.
As铆 comienza la exhortaci贸n apost贸lica: «Llamado a ser el Custodio del Redentor, “Jos茅… hizo como el 谩ngel del Se帽or le hab铆a mandado, y tom贸 consigo a su mujer” (Mt 1, 24).
Desde los primeros siglos, los Padres de la Iglesia, inspir谩ndose en el Evangelio, han subrayado que san Jos茅, al igual que cuid贸 amorosamente a Mar铆a y se dedic贸 con gozoso empe帽o a la educaci贸n de Jesucristo, tambi茅n custodia y protege su cuerpo m铆stico, la Iglesia, de la que la Virgen Santa es figura y modelo.
En el centenario de la publicaci贸n de la Carta Enc铆clica Quamquam pluries del Papa Le贸n XIII, y siguiendo la huella de la secular veneraci贸n a san Jos茅, deseo presentar a la consideraci贸n de vosotros, queridos hermanos y hermanas, algunas reflexiones sobre aqu茅l al cual Dios “confi贸 la custodia de sus tesoros m谩s preciosos”. Con profunda alegr铆a cumplo este deber pastoral, para que en todos crezca la devoci贸n al Patrono de la Iglesia universal y el amor al Redentor, al que 茅l sirvi贸 ejemplarmente.
De este modo, todo el pueblo cristiano no s贸lo recurrir谩 con mayor fervor a san Jos茅 e invocar谩 confiado su patrocinio, sino que tendr谩 siempre presente ante sus ojos su humilde y maduro modo de servir, as铆 como de «participar» en la econom铆a de la salvaci贸n.
Considero, en efecto, que el volver a reflexionar sobre la participaci贸n del Esposo de Mar铆a en el misterio divino consentir谩 a la Iglesia, en camino hacia el futuro junto con toda la humanidad, encontrar continuamente su identidad en el 谩mbito del designio redentor, que tiene su fundamento en el misterio de la Encarnaci贸n.
Precisamente Jos茅 de Nazaret «particip贸» en este misterio como ninguna otra persona, a excepci贸n de Mar铆a, la Madre del Verbo Encarnado. 脡l particip贸 en este misterio junto con ella, comprometido en la realidad del mismo hecho salv铆fico, siendo depositario del mismo amor, por cuyo poder el eterno Padre “nos predestin贸 a la adopci贸n de hijos suyos por Jesucristo” (Ef 1, 5).»
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馃挮SAN JOS脡
Patrono de la Iglesia Cat贸lica; quienes luchan contra el comunismo; justicia social; trabajadores; carpinteros; artesanos; personas en trance de muerte; familia; padres de familia; mujeres embarazadas; matrimonios; ni帽os por nacer; tesoreros; emigrantes e inmigrantes; viajeros; ingenieros.
Se lo invoca cuando se quiere comprar o vender una propiedad; en los momentos de duda; para pedir, por su intercesi贸n, una buena y santa muerte.
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Explicaci贸n de la imagen, al final.
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ORACI脫N A SAN JOS脡 PIDIENDO SU PROTECCI脫N PARA LA SANTA IGLESIA
Compuesta por S.S El Papa Le贸n XIII, el Sumo Pont铆fice concedi贸 indulgencia parcial (Manual de Indulgencias, conc. 19) cuando dicha oraci贸n se agrega al final del Rosario.
!Se puede rezar despu茅s del Santo Rosario, al final de las letan铆as).
馃挮ORACI脫N
A t铆, recurrimos en nuestra tribulaci贸n,
oh bienaventurado San Jos茅,
y despu茅s de implorar el socorro
de vuestra sant铆sima esposa,
a t铆 tambi茅n te pedimos con encarecimiento y muy confiadamente vuestro patrocinio.
Te lo suplicamos por aquella caridad que te uni贸 con la Inmaculada Virgen Madre de Dios. Y, por el amor paternal con que abrazasteis al Ni帽o Jes煤s, humildes os rogamos mir茅is benigno la herencia de Jesucristo, adquirida con su Sangre, y socorr谩is nuestras necesidades con vuestro poder y amparo .
Proteged, ¡Oh provident铆simo Custodio de la Sagrada Familia! La estirpe
escogida de Jesucristo; apartad de nosotros amantisimo Padre,
toda mancha de error y corrupci贸n; asistidnos propicio desde el Cielo, fort铆simo libertador nuestro, en la lucha que sostenemos contra el poder de las tinieblas y, as铆 como librast茅is en otro tiempo al Ni帽o Jes煤s del inminente peligro de la vida, as铆, ahora, defended a su Santa Iglesia de todas las asechanzas del enemigo y de toda adversidad, c煤brenos perpetuamente con tu patrocinio, para que, animados con vuestro ejemplo y auxilio, podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en el Cielo la eterna bienaventuranza.
As铆 sea.
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Explicaci贸n de la imagen:
“San Jos茅 terror de demonios”. En ella San Jos茅 aparece pisando el drag贸n, demonio, rodeado por los 26 personajes que m谩s han contribuido a extender su devoci贸n a lo largo de la historia. Entre ellos la Beata Petra de San Jos茅 a la izquierda de la imagen. Obra de la americana Bernadette Carstensen por encargo del P. Donald Calloway.
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