martes, 11 de septiembre de 2018

08 DE SEPTIEMBRE NATIVIDAD DE LA VIRGEN MARÍA - CONSAGRACIÓN A LA DIVINA INFANTITA Y PROMESAS DE LA SANTÍSIMA VIRGEN NIÑA


"CONCEDERÉ TODAS LAS GRACIAS QUE ME PIDAN LAS PERSONAS QUE ME HONREN EN MI INFANCIA, PUES ES UNA DEVOCIÓN MUY OLVIDADA".

Revelación dada  por María Santísima a Sor Magdalena de San José.




 Historia de la devoción a la Divina Infantita 

En México capital, en el convento de San José de Gracia, había una comunidad de monjas Concepcionistas, y entre ellas una "lega" (Persona que se dona a si misma) llamada Sor Magdalena de San José, ella había sido una joven distinguida, ilustre y rica que por humildad donó su dote a otra joven para que pudiera ser de "coro".

El día de los Santos Reyes del año 1840 estando la madre Magdalena en oración ante el pesebre del Niño Jesús, y mientras adoraba el sagrado misterio tuvo la siguiente inspiración:

¿Por qué a la Santísima Virgen no se la venera también en su nacimiento, y por qué no se le celebra con cantos de alegría como se hace con el Niño Jesús?

Y mientras estaba pensando esto se le apareció la Santísima Virgen Recién Nacida sobre las nubes, acostadita y vestia como una Reina y oyó que le decía :

"CONCEDERÉ TODAS LAS GRACIAS QUE ME PIDAN LAS PERSONAS QUE ME HONREN EN MI INFANCIA,
PUES ES UNA DEVOCIÓN MUY OLVIDADA".

Profundamente impresionada la madre Magdalena sintió un gran deseo de dar a conocer a la Virgen Recién Nacida; se lo comunicó todo a la abadesa la madre Guadalupe de San Lorenzo. Después le pidió permiso para hacer una imagen como la que ella había visto y le expresó su vehemente deseo de que todos supieran lo que la Virgen le había dicho.

Pero la abadesa, con la intención de probar si todo aquello era realidad, no le hizo mucho caso, pensando que si era verdad y del agrado de Dios ella volvería a insistir en el caso.

Pues así fue, un día la madre Magdalena estaba limpiando la sacristía y se encontró la cabecita de un ángel que antes había sido colateral de la Custodia, y que se había roto. Muy contenta le llevó la cabecita a la abadesa para que le diera permiso para hacer la imagen de la Divina Niña aprovechando la cabecita del ángel. Después de mucho rogar la Madre le dio el permiso e inmediatamente llamaron al escultor.

La madre Magdalena le explicó como era la imagen que ella había visto para que la hiciera igual. Y por un precio muy bajo el escultor se la hizo. La imagen quedó preciosa del tamaño de una niña recién nacida.

La llevaron a bendecir, y enseguida la Madre Magdalena llena de fervor y de alegría comenzó a promover el culto de la Divina Infantita, dando a conocer todo cuanto había acontecido cuando ella se encontraba haciendo oración.

Esta devoción de la Virgen en el misterio de su Natividad fue acogida por el pueblo, entre las personas que la iban conociendo renacía un cariño y ternura especial para la Madre pequeñita de Jesús. Se extendió el culto y también las gracias y favores extraordinarios que las personas iban alcanzando de Dios por la intercesión de María Niña.

Sin embargo enseguida llegaron las pruebas, pues las autoridades eclesiásticas prohibieron este culto hasta comprobar su autenticidad.

A pesar de todo la madre Magdalena no se dejó vencer en su profundo amor para con la Divina Niña, y con la ayuda económica de su familia fue a Roma para entrevistarse con su Santidad el Papa Gregorio XVI.

Durante la audiencia le expuso a su Santidad todo lo acontecido sobre la aparición y lo que la Virgen le había dicho, y los favores que las personas habían recibido por la intercesión de la Virgen en este misterio de su Natividad.

Aquí de nuevo nuestro Señor probó que era de su agrado esa devoción, ya que la aprobó y hasta la colmó de indulgencias.

Enseguida que volvió la madre Magdalena con este presente de su Santidad, comenzaron a imprimir triduos, novenas, y oraciones en honor de la Divina Niña, que se repartieron por el pueblo mexicano. Comenzaron a festejar todos los días 8 de cada mes, como recuerdo especial a la Virgen Niña, y sobre todo la fiesta principal, la de la Natividad, el 8 de septiembre.

Nuestro Señor hizo verdaderos milagros a través de su Reinita. Entre otros le devolvió la vista a una niña que era ciega y que los médicos habían dejado ya por imposible.
Los pecadores volvieron a la fe ; niños enfermos se recuperaron milagrosamente al ser colocados al amparo de la Divina Niña, los adultos, los ancianos, todos los que le pedían al Señor una gracia por la intercesión de su madrecita, la recibían.




Oración A La Virgen Niña



¡Oh! Santísima Virgen Niña,
que viniendo al mundo consolaste la tierra que en Ti saludó la aurora de la Redención por los prodigios de gracia que derramaste entre nosotros, escucha piadosa mis súplicas.

En las penas que me afligen y especialmente en la necesidad que en este momento me oprime, toda mi esperanza está en Ti, ¡oh dulce Virgencita! Muéstrame pues que el tesoro de gracias que dispensas es inagotable, porque ilimitado es tu poder sobre el Corazón paternal de Dios.

Escucha ¡oh Virgen Niña! mi ardiente súplica y alabaré eternamente la bondad de tu Corazón.

Rezar tres Avemarías y una Salve.


También agrada muchísimo a la Virgen Niña el rezo del Santo Rosario. 






CONSAGRACIÓN A LA DIVINA INFANTITA MARÍA VIRGEN NIÑA

Te entrego, Virgen Niña, mi corazón
para que lo presentes a Jesús.

Por el amor y complacencia con que te aceptó, cuando a la temprana edad de tres años te consagraste a El, suplícale acepte el mío e imprima en él las virtudes que le faltan, para que, a imitación del tuyo, le sea agradable.

Enséñame o despreciar las honras vanas del mundo;

Haz que siempre sea mi único anhelo crecer en el amor de Dios,
cumpliendo siempre su divina Voluntad.

Te presento también los corazones de los que no te conocen y no pueden amarte.

OH Virgen Niña Atráelos con tus inspiraciones para que, amándote todos como hijos, vayamos a cantar las glorias y magnificencias de tu hijo Jesús, nuestro Señor en el Cielo. Amén.


Oración a la Virgen Niña


Niña celestial, Que con tantos prodigios de gracias Te dignaste mostrar tus deseos De ver honrada tu tierna infancia aquel período de tu existencia que fue tan grande ante Dios, Por el privilegio de tu inmaculada concepción y natividad dichosa.

Tú, la más privilegiada entre las hijas de Eva, Vuelve hacia mí, desde esa preciosa Cuna, Tus ojos llenos de dulzura y bondad, Y continuando tu oficio de Mediadora Y Abogada, haz que vea cumplida mi súplica. 

No salga yo defraudado en mis esperanzas De tu venerada Cuna, sino que consiga las gracias Y los consuelos que te pido. A mí y a todos, ¡OH María!, Alcánzanos el verdadero espíritu de la devoción a Ti, ¡Virgen Niña!, y el don inapreciable De la perseverancia final. Así sea.







Promesas de la Divina Infantíta:


La Santísima Virgen María hizo las siguientes promesas a Santa Brígida la Beata Catalina Emmerick, a Sor Magdalena de San José y muchos otros santos más:

*Cuando las mujeres embarazadas santifican la víspera del día de su Nacimiento, ayunando y recitando con devoción nueve veces el Ave María, en honor de los nueve meses que Ella había pasado en el seno de su madre, y cuando renuevan con frecuencia este ejercicio de piedad en el curso de su preñez y la víspera de su alumbramiento, acercándose con piedad a los sacramentos, lleva Ella esas oraciones ante Dios y les obtiene un parto feliz, aunque las condiciones se presenten difíciles.

*Quien en el día de hoy, (festividad del Nacimiento de La Virgen 8 de sepiembre...) por la tarde, recite con devoción nueve veces el Ave María en honor de su permanencia de nueve meses en el seno de su madre (Santa Ana) y de su nacimiento, y continúe durante nueve días este ejercicio de piedad, da a los ángeles cada día nueve flores destinadas a formar un ramillete que Ella recibe en el cielo y presenta a la Santísima Trinidad, con el fin de obtener una gracia para la persona que ha dicho esas mismas oraciones.




Promesas A Todos Los Que Se Dediquen A Propagar La Devoción A Su Santísima Infancia


(a Sor Magdalena de San José)


1.- Les concederá gracias extraordinarias a todas las almas consagradas a su servicio, para que puedan adelantar en el camino de la perfección.

2.- Les dará especiales gracias para practicar las virtudes de Pureza, Humildad y Amor.

3.- A todos en general les dará gracia para cumplir los deberes propios de su estado. (Consagrado, Laico, Soltero, Matrimonio, viudez, Esclavo, religioso, etc.)

4.- Endulzará sus penas dándoles la paz en el corazón a todos los que con fe la invocan, porque como Niña Pequeñita, quiere ser la alegría de los hogares.

5.- Los colmará de bendiciones en sus trabajos y empresas, porque como Niña Pequeñita, pedirá a su padre celestial, bendiga a todos los que a ella recurren.

6.- A la hora de la muerte les concederá la penitencia y gracia final a todos los que el 8 de cada mes, le hayan honrado oyendo misa y comulgado ese día durante ocho meses seguidos, para honrar su inmaculada Concepción y el glorioso día de su nacimiento.

   Toda persona que haga esto, tendrá segura su salvación, y para que el nacimiento a la vida eterna sea felicidad en la gloria, especialmente vendrá ella a acompañar a sus devotos para que su juicio sea favorable, y si tiene penas que pagar, aliviará sus dolores en el purgatorio y procurará acortar el tiempo de estadía en ese lugar de tormentos.

7.- Como Niña Pequeñita, será el alivio en todas las penas, paz y gozo en todas las tribulaciones, y especial paz en los hogares en todos los contratiempos.

8.- Por eso el que quiera gozar de estos privilegios que la ame, que la invoque de manera especial en su imagen de Niña Pequeñita.



Infantem Mariae, Ora pro nobis

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