El año 1830 es clave: tiene
lugar en París la primera aparición moderna de la Virgen Santísima.
Comienza
ahí, lo que Pío XII llamó la "era
de María".
En ese año la Virgen María empieza una etapa de repetidas
visitaciones celestiales.
Entre otras: La Salette, Lourdes, Fátima... Y como en
su visita a Santa Isabel, siempre viene para traernos gracia, para acercarnos a
Jesús, el fruto bendito de su vientre.
También para recordarnos el camino de
salvación y advertirnos las consecuencias de optar por otros caminos.
Apariciones
de la Virgen a St. Catalina
Sta. Catalina, joven
religiosa de la orden de las Hijas de la Caridad, estaba haciendo su noviciado
en el convento de Rue du Bac, 140, París.
El domingo 18 de julio de 1930,
víspera de la fiesta de San Vicente de Paúl (fundador de su orden), la maestra
de novicias les había hablado sobre la devoción a los santos, y en particular a
la Reina de todos ellos, María Santísima.
Sus palabras, impregnadas de fe y de
una ardiente piedad, avivaron en el corazón de Sor Laboure el deseo de ver y de
contemplar el rostro de la Santísima Virgen.
Como era víspera de San Vicente,
les habían distribuido a cada una un pedacito de lienzo de un roquete del
santo. Catalina se lo tragó y se durmió pensando que S. Vicente junto con su
ángel de la guarda, le obtendría la gracia de que su deseo de ver a la Virgen
sería esa misma noche sería escuchado.
Precisamente, los anteriores favores
recibidos en las diversas y multiplicadas apariciones de San Vicente a Sor
Catalina alimentaban en su corazón una confianza sin límites hacia su
bienaventurado Padre, y su candor y viva esperanza no la engañaron.
Dice San
Juan de la Cruz: "La confianza consigue todo cuanto espera".
El
Angel la despierta
Todo era silencio en la sala
donde dormía Sor Catalina y cerca de las 11:30 p.m. oyó que por tres veces la
llamaban por su nombre. Se despertó y apartando un poco las cortinas de su cama
miró del lado que venía la voz y vio entonces un niño vestido de blanco, que
parecía tener como cuatro o cinco años, y el cual le dijo: "Levántate
pronto y ven a la capilla; la Santísima Virgen te espera". Sor Catalina
vacila; teme ser notada por las otras novicias; pero el niño responde a su
preocupación interior y le dice: "No temas; son las 11:30 p.m.; todas
duermen muy bien. Ven, yo te aguardo".
Ella no se detiene ya ni un
momento; se viste con presteza y se pone a disposición de su misterioso guía,
"que permanecía en pie sin separarse de la columna de su lecho."
Vestida Sor Catalina, el niño comienza a andar, y ella lo sigue marchando un
poco a "su lado izquierdo". Por donde quiera que pasaban las luces se
encendían. El cuerpo del niño irradiaba vivos resplandores y a su paso todo
quedaba iluminado. Al llegar a la puerta de la capilla la encuentra cerrada;
pero el niño toca la puerta con su dedito y ésta se abrió al instante. Dice
Catalina: "Mi sorpresa fue más completa cuando, al entrar a la capilla, vi
encendidas todas las velas y los cirios, lo que me recordaba la Misa de
medianoche". (pero todavía ella no ve a la Virgen).
El niño la llevó al presbiterio, junto al
sillón destinado al P. Director, donde solía predicar a las Hijas de la
Caridad, y allí se puso de rodillas, y el niño permaneció en pie todo el tiempo
al lado derecho. La espera le pareció muy larga, ya que con ansia deseaba ver a
la Virgen. Miraba ella con cierta inquietud hacia la tribuna derecha, por si
las hermanas de vela, que solían detenerse para hacer un acto de adoración, la
veían. Por fin llegó la hora deseada, y el niño le dijo: "Ved aquí a la
Virgen, vedla aquí".
Sor Catalina oyó como un
rumor, como el roce de un traje de seda, que partía del lado de la tribuna,
junto al cuadro de San José.
Vio que una señora de extremada belleza atravesaba
majestuosamente el presbiterio, "fue a sentarse en un sillón sobre las
gradas del altar mayor, al lado del Evangelio".
Sor Catalina en el fondo de
su corazón dudaba si verdaderamente estaba o no en presencia de la Reina de los
Cielos, pero el niño le dijo: "Mira a la Virgen". Le era casi
imposible describir lo que experimentaba en aquel instante, lo que pasó dentro
de ella, y le parecía que no veía a la Santísima Virgen.
Entonces el niño le
habló, no como niño, sino como el hombre más enérgico y palabras muy fuertes:
"¿Por ventura no puede la Reina de los Cielos aparecerse a una pobre
criatura mortal en la forma que más le agrade? Entonces, mirando a la Virgen,
se puso de un salto a su lado, de rodillas sobre las gradas del altar, con las
manos apoyadas en las rodillas de la Santísima Virgen. "Allí pasé los
momentos más dulces de mi vida; me sería imposible decir lo que sentí".
Revelaciones de la Santísima
Virgen
Fueron muchas las
confidencias que Sor Catalina recibió de los labios de María Santísima, pero
jamás podremos conocerlas todas, porque respecto a algunas de ellas, le fue
impuesto el más absoluto secreto.
La Virgen le dio algunos
consejos para su particular provecho espiritual: (La Virgen es Madre y Maestra)
*Cómo
debía comportarse con su director (humildad profunda y obediencia)
*La manera de comportarse en
las penas (paciencia, mansedumbre, gozo)
*Acudir
siempre (mostrándole con la mano izquierda) a arrojarse al pie del altar
y desahogar su corazón, pues allí recibiría todos los consuelos de que tuviese
necesidad (corazón indiviso, no consuelos humanos).
La Virgen también le explicó
el significado de todas las apariciones y revelaciones que había tenido de San
Vicente y del Señor.
Luego continuó diciéndole:
Dios quiere confiarte una
misión; te costará trabajo, pero lo vencerás pensando que lo haces para la
gloria de Dios. Tú conocerás cuán bueno es Dios.
Tendrás que sufrir hasta que
los digas a tu director. No te faltarán contradicciones; mas te asistirá la
gracia; no temas.
Háblale a tu director con confianza y sencillez; ten
confianza, no temas. Verás ciertas cosas; díselas.
Recibirás inspiraciones en
la oración. Los tiempos son muy calamitosos. Han de llover desgracias sobre
Francia. El trono será derribado. El mundo entero se verá afligido por
calamidades de todas clases (al decir esto la Virgen estaba muy triste). Venid
a los pies de este altar, donde se prodigarán gracias a todos los que las pidan
con fervor; a todos, grandes y pequeños, ricos y pobres. Deseo derramar gracias
sobre tu comunidad; lo deseo ardientemente. Me causa dolor el que haya grandes
abusos en la observancia, el que no se cumplan las reglas, el que haya tanta
relajación en ambas comunidades a pesar de que hay almas grandes en ellas.
Díselo al que está encargado de ti, aunque no sea el superior.
Pronto será
puesto al frente de la comunidad. El deberá hacer cuanto pueda para restablecer
el vigor de la regla.
Cuando esto suceda, otra comunidad se unirá a las de
ustedes.
Vendrá un momento en que el peligro será grande; se creerá todo
perdido; entonces yo estaré contigo, ten confianza. Reconocerás mi visita y la
protección de Dios y de San Vicente sobre las dos comunidades. Mas no será lo
mismo en otras comunidades, en ellas habrá víctimas. (lágrimas en los ojos). El
clero de París tendrá muchas víctimas. Morirá el señor Arzobispo. Hija mía,
será despreciada la cruz, y el Corazón de mi Hijo será otra vez traspasado;
correrá la sangre por las calles ( la Virgen no podía hablar del dolor, las
palabras se anudaban en su garganta; semblante pálido). El mundo entero se
entristecerá. Ella piensa: ¿Cuándo ocurrirá esto? y una voz interior asegura:
cuarenta años y diez y después la paz.
La Virgen después estar con
ella como 2 horas, desaparece de la vista de Sor Catalina como una sombra que
se desvanece.
En esta aparición:
* le refiere una misión que
Dios le quiere confiar.
* la prepara con sabios
consejos para que hable con sumisión y confianza a su director.
* le anuncia futuros eventos
para afianzar la fe de aquellos que pudieran dudar de la aparición.
* le regala una relación
familiar de madre-hija: la ve, se acerca a ella, hablan con familiaridad y
sencillez, la toca y la Virgen no solo consiente, sino que se sienta para que
Catalina pueda aproximarse hasta el extremo de apoyar sus brazos y manos en las
rodillas de la Reina del Cielo.
Todas las profecías se
cumplieron:
* La misión de Dios pronto le
fue indicada con la revelación de la medalla milagrosa.
* una semana después de esta
aparición estallaba la revolución. Los revoltosos ocupaban las calles de París,
saqueos, asesinatos, y finalmente era destronado Carlos X, sustituido por el
"rey ciudadano" Luis Felipe I, gran maestro de la masonería.
* El P. Aladel (director) es
nombrado en 1846 Director de las Hijas de la Caridad, establece la observancia
de la regla y hacia la década del 60 otra comunidad femenina se une a las Hijas
de la Caridad.
* En 1870 (a los 40 años)
llegó el momento del gran peligro, con los horrores de la Comuna y el
fusilamiento del Arzobispo Mons. Darboy y otros muchos sacerdotes.
* solo queda por cumplir la
última parte.
La
Medalla Milagrosa
La tarde el 27 de nov. de
1830, sábado víspera del primer domingo de Adviento, en la capilla, estaba Sor
Catalina haciendo su meditación, cuando le pareció oír el roce de un traje de
seda que le hace recordar la aparición anterior. Aparece la Virgen Santísima,
vestida de blanco con mangas largas y túnica cerrada hasta el cuello. Cubría su
cabeza un velo blanco que sin ocultar su figura caía por ambos lados hasta los
pies.
Cuando quiso describir su rostro solo acertó a
decir que era la Virgen María en su mayor belleza. Sus pies posaban sobre un
globo blanco, del que únicamente se veía la parte superior, y aplastaban una
serpiente verde con pintas amarillas. Sus manos elevadas a la altura del
corazón sostenían otro globo pequeño de oro, coronado por una crucecita.
La Stma. Virgen mantenía una
actitud suplicante, como ofreciendo el globo. A veces miraba al cielo y a veces
a la tierra. De pronto sus dedos se llenaron de anillos adornados con piedras
preciosas que brillaban y derramaban su luz en todas direcciones,
circuncidándola en este momento de tal claridad, que no era posible verla.
Tenía tres anillos en cada dedo; el más grueso junto a la mano; uno de tamaño
mediano en el medio, y no más pequeño, en la extremidad. De las piedras preciosas
de los anillos salían los rayos, que se alargaban hacia abajo; llenaban toda la
parte baja.
Mientras Sor Catalina
contemplaba a la Virgen, ella la miró y dijo a su corazón: "Este globo que
ves -a los pies de la Virgen, representa al mundo entero, especialmente Francia
y a cada alma en particular". "Estos rayos simbolizan las gracias que
yo derramo sobre los que las piden. Las perlas que no emiten rayos son las
gracias de las almas que no piden" (María mediadora de las gracias).
El globo de oro (las riquezas
de gracias) se desvaneció de entre las manos de la Virgen. Sus brazos se
extendieron abiertos, mientras los rayos de luz seguían cayendo sobre el globo
blanco de sus pies. En este momento se formó una forma ovalada rodeó a la
Virgen y dentro de él apareció escrita la siguiente invocación: "María sin
pecado concebida, ruega por nosotros, que acudimos a ti". Estas palabras
formaban un semicírculo que comenzaba a la altura de la mano derecha, pasaba
por encima de la cabeza de la Santísima Virgen, terminando a la altura de la
mano izquierda. Oyó de nuevo la voz en su interior: "Haz que se acuñe una
medalla según este modelo. Todos cuantos la lleven puesta recibirán grandes
gracias. Las gracias serán más abundantes para los que la lleven con confianza".
La aparición, entonces, dio
media vuelta y quedó formado en el mismo lugar el reverso de la medalla. En
ella aparecía una M, sobre la cual había una cruz descansando sobre una barra,
la cual atravesaba la letra hasta un tercio de su altura, y debajo los corazones
de Jesús y de María, de los cuales el primero estaba circundado de una corona
de espinas, y el segundo traspasado por una espada. En torno había 12
estrellas.
La misma aparición se
repitió, con las mismas circunstancias, hacia el fin de diciembre de 1830 y a
principios de enero de 1831. La Virgen dijo a Catalina: "En adelante, ya
no verás, hija mía; pero oirás mi voz en la oración". Un día que Sor
Catalina estaba inquieta por no saber qué inscripción poner en el reverso de la
medalla, durante la oración, la Virgen le dijo: "La M y los dos corazones
son bastante elocuentes".
Símbolos
de la Medalla y mensaje espiritual
En el anverso:
María aplastando la cabeza de
la serpiente que está sobre el mundo. Ella, la Inmaculada, tiene todo poder en
virtud de su gracia para triunfar sobre Satanás. El color de su vestuario y las
12 estrellas sobre su cabeza: la mujer del Apocalipsis, vestida del sol. Sus
manos extendidas transmitiendo rayos de gracia: su misión de madre y mediadora
de las gracias, derramando sobre el mundo y a quienes pidan. Jaculatoria: dogma
de la Inmaculada Concepción (impulsó la definición en 1854- Lourdes). Misión de
intercesión, confiar y recurrir a la Madre. El globo a los pies: el pecado del
mundo. El globo en sus manos: el mundo ofrecido a Jesús por sus manos.
En
el reverso:
La cruz: el misterio de
redención- precio que pago Cristo. obediencia, sacrificio, entrega. La M:
símbolo de María y de su maternidad espiritual. La barra: es una letra del
alfabeto griego, "yota" o I, que es monograma del nombre, Jesús.
Agrupados ellos: La Madre de Jesucristo Crucificado, el Salvador. Las doce
estrellas: signo de la Iglesia que Cristo funda sobre los apóstoles y que nace
en el Calvario de su corazón traspasado. Los Dos Corazones: la corredención.
Unidad indisoluble. Futura devoción a los dos y su reinado.
Nombre:
La Medalla se llamaba
originalmente: "de la Inmaculada Concepción", pero al expandirse la
devoción y haber tantos milagros concedidos a través de ella, se le llamó
popularmente "La Medalla Milagrosa".
La conversión de Alfonso Ratisbonne
Nuestra Señora del Milagro
Aparición al judío Alfonso
Ratisbonne
Iglesia de San Andreas delle Fratte,
Roma, 1842
Alfonso Tobie Ratisbonne
(1812-1884), abogado, banquero muy rico, judío, pero libertino. Despreciaba
particularmente a la Iglesia Católica y al clero. Resentía que su hermano
Teodoro se había convertido y ordenado sacerdote.
En 1842, Ratisbonne se
encontraba en Roma. Allí se encontró con el Barón De Bussiéres, francés
converso del protestantismo, hombre devoto y conciente de su responsabilidad de
evangelizar. Este le contó de los milagros que estaban ocurriendo por medio de
la Medalla Milagrosa. Pero Ratisbonne lo rechazó tildándolo de
supersticioso.
El Barón no se dio por
vencido y desafió a Ratisbonne a someterse a una simple prueba sobre la
eficacia de la medalla. Debía llevarla y rezar el Memorare todos los días.
Ratisbonne, ante la insistencia del Barón y para demostrar que nada le iba a
persuadir a convertirse, se puso la medalla.
El Baron un grupo de amigos se comprometieron a rezar por la conversión
de Ratisbonne. Entre ellos, el conde Laferronays, que estaba muy enfermo y
ofreció su vida por la conversión del “joven judío”. Ese mismo día entró en la Iglesia y rezó 20
Memorares por esa intención, sufrió un ataque al corazón, recibió los
sacramentos y murió.
El día siguiente, el 20 de
enero de 1842, el Barón se encontró con Ratisbonne cuando iba a la iglesia de
Sant Andrea delle Fratte, cerca de la Plaza de España en Roma, para hacer los
arreglos de un funeral. Los dos entraron en la iglesia y Ratisbonne se quedó
mirando las obras de arte mientras su amigo estaba en la rectoría. De pronto,
el altar dedicado a San Miguel Arcángel se llenó de luz, y se le apareció,
majestuosa, la Virgen María, tal como en la imagen de la medalla que llevaba al
cuello.
IMAGEN: Virgen Milagrosa - Madonna del Milagro, cuadro de la
Virgen que está en la capilla del milagro. Pintado por Natale Carta, pocos
meses después de la aparición, teniendo en cuenta de las indicaciones del
vidente.
El se arrodilló y se convirtió. Mas tarde escribió: "Una fuerza
irresistible me llevó hacia ella. Ella me pidió que me arrodillara. Ella no
dijo nada pero yo lo entendí todo" .
Cuando el barón regresó de la rectoría se encontró a su amigo orando de
rodillas con gran fervor frente al altar de San Miguel. Ratisbon entonces le
dijo que deseaba confesarse y prepararse para entrar en la Iglesia. El 31 de
enero recibió el bautismo, la confirmación y la comunión de manos del Cardenal
Patrizi.
La conversión de Ratisbonne
fue muy famosa y tuvo gran impacto en una cultura muy influenciada por el
racionalismo, que rechaza las realidades espirituales. En 1847 Alfonso
Ratisbonne fue ordenado sacerdote jesuita. Su hermano inspirado por su conversión fundó la
congregación de “Nuestra Señora del Sión”, con sede en Israel, cuyo carisma es
la evangelización del pueblo judío (Romanos 11, 25-26).
IMAGEN:
Altar de la Madonna del milagro
S. Andrea delle Fratte
Aquí ocurrió el milagro. En aquel tiempo estaba la imagen de
S. Miguel Arcangel donde hoy está la Virgen
El San Miguel del altar del
milagro en San Adreas de Fratte ha sido remplazado por una gran pintura de la
Virgen según Ratisbonne la describió. (San Miguel fue movido a otro lugar de la
misma iglesia) El Papa Juan Pablo II visitó y oró en el altar de la aparición.
NOVENA
A NUESTRA SEÑORA
DE LA MEDALLA MILAGROSA
Oh Virgen Inmaculada,
Madre de Dios y Madre nuestra,
con la más viva confianza en tu
poderosa intercesión
tantas veces manifestada por
medio de tu Medalla,
te suplicamos humildemente
de dignar alcanzarnos las gracias
que pedimos por esta novena.
(Pedir una gracia personal)
Oh Virgen de la Medalla Milagrosa
que apareció a santa Catalina
Labouré
en la actitud de Mediadora para
el mundo entero
y cada alma en particular,
entregamos en tus manos
y confiamos a tu Corazón nuestras
súplicas.
Dígnate presentarlas a tu Divino
Hijo y conceder lo que pedimos si está conforme a la Voluntad Divina
y útil a nuestras almas.
Y después de levantar hacia Dios
tus manos suplicantes, bájalos hacia nosotros
y envuélvenos en los rayos de tus
gracias,
Iluminando nuestro espíritu,
purificando nuestro corazón,
para que guiados por ti,
alcancemos algún día la eterna
bienaventuranza.
Amén.
ORACIÓN DEL B. JUAN PABLO II EN LA
CAPILLA DE LAS APARICIONES DE LA MEDALLA MILAGROSA
Juan Pablo II (1980)
¡Oh María, sin pecado concebida!
ruega por nosotros que recurrimos
a Ti
¡Oh María, sin pecado concebida!
Ruega por nosotros que recurrimos
a Ti.
Ésta es, oh María,
la oración que inspiraste a Santa
Catalina Labouré
en este mismo lugar, hace ciento
cincuenta años.
Y esta Invocación, grabada ahora
en la Medalla,
la pronunciarán en adelante
¡tantos fieles en el mundo
entero!
¡Bendita tú eres entre todas las
mujeres!
Has sido íntimamente asociada a
toda la obra de nuestra Redención, asociada a la Cruz de nuestro Salvador:
Tu corazón fue traspasado junto a
su Corazón.
Y ahora, en la gloria de tu Hijo,
no cesas de interceder por
nosotros, pobres pecadores.
Velas por la Iglesia, de la que
eres la Madre.
Velas por cada uno de tus hijos,
y alcanzas de Dios, para cada uno
de nosotros,
todas las gracias que simbolizan
los rayos de luz
que emergen de tus manos
abiertas,
con la sola condición de que nos atrevamos
a pedírtelas,
de que nos acerquemos a Ti con la
confianza,
la osadía, la sencillez de un
niño.
Y así, nos llevas sin cesar hacia
tu divino Hijo.
Memorare -Acordaos
(Oración de san Bernardo)
Acordaos, ¡OH piadosísimaVirgen María!,
que jamás se ha oído decir
que alguno de los que ha acudido a Vos,
e implorado vuestro auxilio y socorro,
haya sido abandonado de Vos.
haya sido abandonado de Vos.
Animado con esta confianza,
A Vos también acudo,
¡OH Virgen, Madre de las vírgenes!,
Y aunque gimiendo
bajo el peso de mis pecados,
me atrevo a comparecer
ante vuestra soberana presencia.
bajo el peso de mis pecados,
me atrevo a comparecer
ante vuestra soberana presencia.
No desechéis, OH Purísima Madre de Dios,
mis humildes súplicas;
antes bien, dignaos atenderlas favorablemente y concédeme lo que Os pido.
Amén. Así sea
Memorare,
O piissima Virgo Maria,
non esse auditum a saeculo,
quemquam ad tua currentem praesidia,
tua implorantem auxilia,
quemquam ad tua currentem praesidia,
tua implorantem auxilia,
tua petentem suffragia,
esse derelictum.
esse derelictum.
Ego tali animatus confidentia,
ad te, Virgo Virginum,
Mater,curro, ad te venio,
coram te gemens peccator
assisto.
Noli, Mater Verbi,
verba mea despicere; sed audi propitia et exaudi.
Noli, Mater Verbi,
verba mea despicere; sed audi propitia et exaudi.
CAPILLA DE LA CALLE RUA DU BAC EN PARÍS
DONDE FUERON LAS APARICIÓNES A
SANTA CATALINA LABOURÉ
¿Quién es Catalina Labouré?
Catalina nació el 2 de mayo
de 1806, en Fain-les-Moutiers, Francia, en una familia de campesinos.
Fue con dificultad que convenció a su padre
para que le permitiera seguir su vocación entre las Hijas de Caridad.
Nada distinguía a la hermana Catalina de las
otras hermanas.
El llamado de María Santísima
fue para ella una misión, encomendada por la Santa Madre, debido a la
simplicidad y la devoción de hija.
Catalina fue elegido por la
Virgen para sus revelaciones que se realizarían en sus apariciones en la
Capilla de la calle " rua "du Bac " en París.
Sor Catalina habla de sus
visiones y mensajes, sólo al padre Aladel, en sus confesiones. Su secreto fue
conocido por la proximidad de su muerte, cuando le reveló a su superior, que
era la hija de la Caridad elegido por la Virgen como la manifestación de la
Medalla Milagrosa.
Sor Catalina fue durante 46
años una verdadera Hija de la Caridad, dedicándose totalmente a los pobres en
un asilo de ancianos en París. Murió el 31 de diciembre 1876 y fue enterrada
bajo el altar de la capilla de Reuilly.
En 1933, la exhumación del
cuerpo de Catherine se hizo en presencia de representantes de la Iglesia, los
médicos y el comisionado de la policía. Al abrir el ataúd, el cuerpo de Sor
Catalina aparece intacto, así como sus vestidos, 57 años después de su muerte.
La conmoción es general.
Después de las fiestas de
beatificación en el mismo año, el cuerpo de Sor Catalina fue colocado bajo el
altar de la Virgen en la Capilla de la calle "du Bac", donde
permanece hasta hoy día atrayendo a
miles de peregrinos.
Santa Catalina Labouré fue canonizada
el 27 de julio 1947 por el Papa Pío XII
La capilla en el día a día
La Capilla de la calle "du Bac" es verdaderamente
una capilla "santa".
Tan pronto se entra en ella se siente uno invadido por su ambiente de paz y serenidad.
Seguramente la irradiación de la Virgen que
permanece después de que se le ha visitado
Peregrinos o turistas, todo el mundo está
impresionado por el silencio del lugar.
Turistas llevados para la calle "du Bac"
por algunos Guías, toman Fotógrafias, y comienzan a hacer sus comentarios en
voz alta. De pronto son como tragados por el silencio bajan el tono,
se detienen en la Capilla del fondo para tratar de entender ... Los caminos que
llevan a Dios son muchos y, a veces, inexpresable.
El peregrino, que vienes por primera vez, se siente
atraído por la actitud de acogimiento de la Virgen de las Gracias. Las
palabras de María Santísima a Catalina Labouré son una insistente invitación:
"Venid al pie del altar, aquí las gracias serán derramados sobre todos los que
me lo pidieren, con fervor."
Ahí se arrodillan en las gradas del altar, cerca de
María y su Hijo Jesús presente en el Tabernáculo, depositan su preocupaciones,
alegrías, penas, pedidos y agradecimientos ...
Como la mujer del Evangelio que deseaba tocar el
manto de Jesús para ser sanada, muchos peregrinos expresan mediante gestos
sencillos su fe y su oración. El regalo de flores no es un gesto sin valor:
para ellos es la expresión de todo lo que no saben expresar.
Otros peregrinos materializan su oración escribiéndola.
La breve nota es colocada en un cesto de mimbre
con forma de cántaro, se convertirán en la oración de toda la comunidad. Esas
súplicas son igualmente confidencias a María que acoge tanto angustia, temor, o
desánimo, al igual que la confianza, acción de gracias, o la alegría.
La oración de los peregrinos y Mary Catherine les
lleva a la Eucaristía.
La posibilidad que se ofrece a diario para tomar
parte en una u otra de las tres Misas de la mañana, acentúa bien ese carácter
eucarístico de la Capilla de las Apariciones.
Por la tarde, la oración Mariana de todos los días,
por lo general El Santo Rosario, se termina con la Bendición del Santísimo
Sacramento.
Hay muchos los peregrinos que van y vienen a la
Capilla de la Medalla Milagrosa:
Un promedio diario de 2.500 en invierno, en verano 4000.
Un promedio diario de 2.500 en invierno, en verano 4000.
Vienen de todas partes: el barrio en el que
viven o trabajan de todas las provincias de Francia, de Europa y también de los
cinco continentes.
Algunos vienen de la peregrinación organizada a
nivel parroquial, diocesano o nacional o de algún movimiento. Otros vienen
con la familia, con amigos o solos.
El pasillo que conduce a la calle "du Bac"
a la puerta de la capilla no es muy bonito., Pero juega un papel importante. Esencial
intermedio entre la "calle" y la "capilla",
favorece el pasar de la agitación del mundo al "silencio" del
santuario.
En esta sala, un fresco de piedra explica, a través
de imágenes evocadoras los inicios de la Capilla. También es un lugar de
encuentros casuales entre hermanas y peregrinos, decisiónes personales para ir
a la sala de recepción para una conversación con un sacerdote o de ofrecer
Misas por las intenciones particulares.
Todo este va y ven intriga a los transeúntes de la
calle "du Bac". Algunos entran a ver lo que pasa. A menudo
inconscientemente recorren el mismo camino y oyen lo que Jesús le dijera a los
primeros discípulos: "¡Venid y lo veréis!"
CLICK AQUÍ: Bienaventuradas las almas que celebran todos los años en el día27 de noviembre, el día de la medalla milagrosa.
Gracias gracias gracias Virgen de la Medalla Milagro por tantas bendiciones que nos das, y me enseñas a ser mejor. Gracias gracias gracias por proteger a mis hijos y a mis nietos, a mi madre y hermanos y hermanas. Amén. Amén. Amén.
ResponderEliminarSe apareció a una niña de 3 años con el hospital británico de buenos aires bajo el nombre de virgen de la Matea, es una aldea de España de 400 habitantes.Ls niña describió su atuendo y recuerda el nombre a pesar de estar en coma.Su familia no es católica.Yo busque las coincidencias y don sorprendentes.
ResponderEliminarSe apareció a una niña de 3 años con el hospital británico de buenos aires bajo el nombre de virgen de la Matea, es una aldea de España de 400 habitantes.Ls niña describió su atuendo y recuerda el nombre a pesar de estar en coma.Su familia no es católica.Yo busque las coincidencias y don sorprendentes.
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