Mensajes De Dios Al Mundo, por las Almas del Purgatorio a María Simma.
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Entrevista a María Simma Por Nicky Eltz
ALGUNAS
EXPERIENCIAS DE MARÍA
—María, al parecer es usted bastante
conocida en la actualidad, pero al principio vivía muy recluida. ¿Cómo
comenzaron a reconocerse como auténticas sus experiencias sobrenaturales?
—En
primer lugar, cuando las cosas que decía resultaban ser ciertas con el tiempo
y, además, cuando afirmaba cosas que solamente conocían los miembros de la
familia. En otras palabras, al confirmarse lo que yo había dicho.
—¿Tienen sus experiencias algún tipo de
reconocimiento oficial por parte de la Iglesia?
—Obedezco
al sacerdote de mi parroquia y a los obispos, que me han dicho que mientras
todo sea teológicamente correcto, como lo ha sido hasta ahora, continúe con mi
apostolado.
En
un principio, el obispo Wechner no estaba muy de acuerdo con que yo pudiera
recibir respuestas para otras personas. Me llamó y me preguntó de dónde venían
esas respuestas, entonces le contesté con exactitud el modo en que había
comenzado todo.
Al
poco tiempo le pregunté a un alma de dónde obtenían ellas la información.
Pensaba que quizá regresaban al purgatorio a encontrar a la otra alma y
preguntarle qué necesitaba para ser liberada, pero en vez de eso me respondió
ella misma: "No, toda la información que te traemos viene de y con el
consentimiento de la Madre de la Misericordia". Cuando mi buen obispo
escuchó esto dijo: "Bueno, en ese caso, no puedo decir ni diré nada en
contra".
—¿A quién se refiere con "Madre de la
Misericordia"?
—¡Oh!,
este es uno de los tantos nombres que se le dan a la Santísima Virgen María, la
madre de Jesús y por tanto la madre de todos nosotros.
—¿Madre de todos nosotros?
—¡Sí!
Debería ser el modelo de madre y guía de todos. Y por ser la Madre de Jesús,
también es nuestra madre.
—¿Cuántos obispos se han sucedido desde que
tiene estas experiencias? ¿Todos la han apoyado? ¿Cuáles son sus nombres?
—Se
han sucedido tres obispos hasta el día de hoy. Sus nombres son Tschann, Wechner
y Küng. Monseñor Tschann me apoyó de manera silenciosa, simplemente sostenía
que sabía que el padre Matt no era ningún soñador y que, por lo tanto, todo
debía estar bien. Monseñor Wechner me apoyó de manera activa y le agradezco a
Dios que así haya sido.
El
obispo actual, monseñor Küng, ha optado, hasta el momento, por no expresarse ni
a favor ni en contra[11].
—Y cuando ve a las almas, ¿qué aspecto tienen?
—Se
presentan exactamente como eran aquí en la tierra y esto es algo que puedo, por
supuesto, confirmar yo misma porque han venido muchas a quienes yo misma
conocía bien. Sí, con la misma ropa, su ropa de trabajo. Esto es así porque
nuestros deberes aquí son lo más importante. Siempre vienen con su ropa de
trabajo y no con una bata de baño o con el traje de los domingos. Nuestro
trabajo diario es nuestra misión.
—¿Qué edad tienen cuando se le aparecen? Lo
que quiero decir es que si muere un joven de veinte años y luego, digamos, diez
años más tarde se aparece ante usted, ¿aparenta tener treinta o todavía
aparenta veinte años?
—Todavía
aparenta veinte años cuando los veo. Siempre aparentan la misma edad que tenían
en el momento de morir.
—María, ¿puede contarme otro caso, aparte del suyo,
en el que almas de personas fallecidas han sido vistas a plena luz del día?
—Sí,
sucede con frecuencia. Dos hombres de nuestro valle llevaban un carro tirado
por caballos repleto de madera y, por alguna razón, los animales tropezaron y
parte de la carga se cayó al camino. Mientras comenzaban a apilar de nuevo la
madera, uno de ellos comentó: "¡Dios mío, ojalá viniera alguien a
ayudarnos para no bloquear el tráfico más tiempo!". De repente,
aparecieron dos hombres y comenzaron a ayudarles, y en unos minutos lo habían
despejado todo, reacomodando y asegurando la madera en el carro. Cuando
terminaron, los dos primeros dijeron "gracias" y los otros dos se
alejaron.
Al
poco tiempo una de estas personas que estuvieron ayudando con la madera se me
apareció y me comentó que si le hubieran dicho "gracias a Dios", en
lugar de solamente "gracias", habrían ido al Cielo directamente. Como
no fue así, tuve que rezar un poco para que fueran liberados.
Como
sabe, el amor se manifiesta frecuentemente con pequeños gestos, con palabras y
con acciones. Así pasa también con las benditas ánimas del purgatorio. Incluso
lavar el suelo de la cocina cuando uno realmente no tiene ganas, si se hace por
amor y se ofrece por las almas del purgatorio en general, o por una en
particular, las ayudará enormemente a que sigan su camino. Si se trata de
limpiar la cocina, ayudará a alguien que durante su vida no mantuvo su casa
ordenada para su familia.
—¿Qué se puede hacer para experimentar su cercanía
de un modo más vivo?
—Rezar
mucho por ellas y también mantenernos lo más limpios que podamos. Me refiero a
estar en gracia y a mantener nuestros cuerpos libres de todo lo que interfiera
con la claridad. Una dieta equilibrada, sana y moderada, y, por supuesto, sin
consumir drogas ni beber alcohol en exceso. El ayuno también es de gran ayuda.
—¿Las benditas ánimas del purgatorio pueden
ayudar a acortar el purgatorio de sus familiares que aún están vivos?
—Sí,
pueden rezar mucho por nosotros, y las almas me han comentado que así lo hacen
generalmente.
—¿De qué modo pueden las almas mostrarse a
sus familiares?
—El
más común es llamando con golpes. Un amigo mío lo experimentó y contó los
golpes para determinar cuántas misas necesitaba en particular esa alma. Nunca
más volvió a escuchar los golpes cuando cumplió el número de misas que habían
pedido. Y cuando volvió a suceder en otra ocasión, sabía que se trataba de un
alma distinta porque dio una cantidad de golpes diferentes y porque los dio en
otra zona de la habitación.
Las
almas también pueden llamarnos por nuestros nombres. Algunas veces podemos
reconocer la voz con total claridad y eso nos sirve de recordatorio para rezar
por esa determinada persona. Las almas también pueden volverse aún más activas
causando, lo que llaman, actividades poltergeist.
Por ejemplo, si nos encontramos
en el suelo el reloj que estaba colgado de la pared la tarde anterior; o si se
cierran las ventanas o se abren las puertas de golpe. Todo esto ocurre solo
para atraer nuestra atención y para estimular nuestras oraciones por ellas. Son
almas que necesitan mucha atención, porque se encuentran en los niveles más
profundos del purgatorio. Pueden escucharse también pisadas en el piso
superior, o pueden dejar una pista precisa para que sepamos inmediatamente de
quién se trata.
—¿Solamente se aparecen a los miembros de sus
propias familias?
—En
la mayoría de los casos sí, pero en algunos casos se aparecen a amigos muy
cercanos o a gente como yo, a quien Dios le ha encomendado que dedique mucho
tiempo a rezar por ellas y ayudarlas. He oído hablar de personas a quienes se
les aparecen amigos que fueron muy cercanos cuando eran niños, que van a ellos
tiempo después de haber fallecido.
Como regla general, se aparecen a aquellos
que los han querido mucho, a los más sensibles, a los más afectuosos y/o a
quienes más rezan. Pero conozco casos en los que algunas almas del purgatorio
se han manifestado a personas a las que no habían conocido en vida y también a
personas que les guardaban rencor en el corazón.
Un
granjero al que conocía estaba construyendo una ampliación a su granero, y
cuando llegaba a cierta altura con una de las paredes, al día siguiente
aparecía caída. Había levantado muchas paredes en su vida y esta le estaba
causando demasiados problemas. Llamó incluso a albañiles profesionales para que
lo ayudaran y le dijeran qué estaba haciendo mal, pero le afirmaron que había
estado haciendo todo bien desde el primer momento.
Me
llamaron para que fuera a verle y, por supuesto, fui.
Le pregunté sobre su
familia y su granja, y si sabía de alguien a quien necesitara perdonar. Al
principio no podía acordarse, pero cavé un poco más hondo y se le aclaró la
memoria. Hacía unos años había tenido un vecino que siempre decía cosas
desagradables acerca de su esposa. Ese hombre murió y se mudaron otras personas
a ese lugar.
Al principio se había negado a perdonarlo diciendo que su vecino
se merecía todo lo que había recibido, y que no le perdonaría jamás sus
groserías. Entonces le expliqué amablemente que debemos perdonarnos para
acercarnos más a Dios y que si no lo hacía, no solo dañaba a los demás sino que
se estaba garantizando sufrir mucho más adelante. Entonces lo entendió y nunca
más volvió a tener problema alguno con esa pared.
—¿De qué otro modo se nos pueden mostrar las almas
a sí mismas?
—En
sueños, pero raramente lo hacen así y no se puede confiar mucho en esto. En los
sueños han de pedirnos oraciones, algo que abra su camino hacia el Cielo; si
no, entonces está ocurriendo otra cosa.
—Sin contar a aquellos a quienes ya conocía
personalmente en vida, ¿han venido a usted almas a quienes reconoció como
personas famosas?
—Sí,
hay personas famosas que han sido liberadas porque sus familiares vinieron a
verme para que los ayudara. Por ejemplo, Marshal Hermann Göring, nazi infame,
se me presentó porque su familia había venido a verme en busca de ayuda. Ahora
está en el Cielo. Dios no dejó de amarlo y todavía lo ama. Nunca debemos
juzgar.
También
me han visitado otras personas famosas. Una vez vino un hombre, y aunque no
podía saber de dónde venía o cuándo había vivido, supe inmediatamente que se
trataba de alguien importante por la forma en que se movía y por su vestimenta.
Cuando le pregunté qué necesitaba de mí, me lo dijo y luego agregó: "Soy
el papa Pablo". Al principio dudé, pensando que podía tratarse de un
engaño del demonio: "No, no lo eres", le dije. "¡Conocí al papa
Pablo y tú no eres él!". "Soy el papa Pablo IV, no Pablo VI".
Había estado en el purgatorio desde mediados del siglo XVI porque durante su
pontificado podría haber hecho mucho más de lo que hizo. Me parece que también
había ordenado que los judíos de Roma se agruparan en guetos, algo que
ciertamente no estaba en los planes de Dios. En este caso, por supuesto, no
fueron sus descendientes quienes vinieron a verme para preguntar por él (risas).
—Así que un conocido nazi ha pasado mucho
menos tiempo en el purgatorio que un Papa. Algunas personas pensarían entonces
que es mejor ser nazi que sacerdote, obispo e, incluso, Papa.
—¡No,
por Dios, no! La diferencia en la expiación que necesita cada uno se debe a que
al Papa se le había revelado mucho más de la verdad de Dios que a Hermann
Göring. Y el padre Matt también me contó que Göring había sido conducido
mediante engaños a esa horrible situación, con relativamente pocos medios para
protegerse. El amor y la justicia de Dios, igualmente infinitos, equilibraron
estas diferencias; y hoy en día ambos se encuentran en el Cielo con Él, pero
ciertamente no en el mismo nivel.
—Cuando me vaya, ¿puedo darle el nombre de un
personaje famoso del que me gustaría preguntar?
—Sí,
por supuesto.
—Me gustaría saber qué fue del presidente
Kennedy, que como usted ya sabe, fue muy querido por muchos americanos e
irlandeses, al igual que por otros millones de personas en el mundo entero.
—¡No
hace falta que lo pregunte!
—¿Qué quiere decir?
—Llegó
al Cielo rápidamente después de su asesinato. Un alma me lo dijo, aun cuando
tampoco en su caso se acercó hasta aquí nadie de su familia para preguntar por
él.
—¡Excelente! ¿Puedo preguntar entonces por
su hermano Robert F. Kennedy, que también fue asesinado años después?
—Por
supuesto que puede. Si recuerdo correctamente, murió con un rosario en las
manos y eso significaría ciertamente que Nuestra Señora estaba con él y, por lo
tanto, está bien, estoy segura. Además, me han comentado que sus últimas
palabras fueron: "¿Hay alguien herido?". Esto nos dice aún más del
amor que había en su alma. Pero sí, puede escribir su nombre para mí más tarde.
—¿Siglo XVI? Eso me ha llamado la atención.
¿Hay otras almas que hayan sufrido en el purgatorio tanto tiempo y que hayan
venido después a usted en busca de ayuda?
—Sí,
me pidieron que ayudara a un oficial que murió en Corintia en 1660. Y también a
un sacerdote de Cologne que murió en el año 555. Tuve que aceptar lo que
necesitaba totalmente por mi cuenta, de otro modo hubiese permanecido en el
purgatorio hasta el último día. Había tomado parte en el martirio de unos
seguidores de santa Úrsula. También puedo recordar los años 1740 y 1810, pero
me he olvidado ahora de quiénes se trataban.
—¿Le han contado las almas algo específico
acerca de su propio futuro?
—No
en detalle, pero en varias ocasiones han dicho que algo muy importante está a
las puertas, justo enfrente de nosotros; pero no sé si todavía estaré aquí para
verlo. Como dije anteriormente, vendrá de Dios y será para la conversión de todos.
Dios hará muy clara su existencia, pero aun así no todos convertirán sus
corazones hacía Él. Aparte de esto, solamente recibo advertencias o directivas
para otras personas, como en la avalancha de la que le hablé anteriormente.
Ay como no pude saber de Don Miguel Hidalgo y Don José María Morelos
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