«CONCEDERÉ TODAS LAS GRACIAS QUE ME PIDAN LAS PERSONAS QUE ME HONREN EN MI INFANCIA, PUES ES UNA DEVOCIÓN MUY OLVIDADA».
Revelación dada por María Santísima a Sor Magdalena de
San José.
5 De Agosto
¡ Celebración del Nacimiento de la Santísima Virgen!
Te saludamos Madre de Dios
y Madre nuestra Llena de gracia.
Te saludamos bendita entre todas
las mujeres
A quienes todas las generaciones
te han llamado
y te llamarán dichosa.
Al saludarte en este día damos gloria a Dios
alabando su Nombre, bendiciendo su
sapientísimo designio
de salvación que ha comenzado a
manifestarse en este día.
¡Sea por siempre bendito,
alabado y adorado nuestro
Creador, Señor y Salvador
en su criatura perfecta! María
Santísima.
Amén.
DAR CLICK EN LOS ENLACES:
CLICK AQUÍ: 5 DE AGOSTO ANIVERSARIO DE LA VIRGEN MARÍA - CONSAGRACIÓN A LA DIVINA INFANTITA Y MÁS PROMESAS DE LA SANTÍSIMA VIRGEN NIÑA
DAR CLICK
CONSAGRACION DIARIA A LA DIVINA INFANTITA
VIRGEN NIÑA
PROMESAS A TODOS LOS QUE SE DEDIQUEN A PROPAGAR LA DEVOCIÓN A SU SANTÍSIMA INFANCIA –
ORACIÓN PARA PEDIR LA BENDICIÓN DE LA DIVINA INFANTITA
PARA CUANDO UNO SALE DE SU CASA)
Hoy celebramos privadamente lo que
habremos de hacer solemnemente, con toda la Iglesia, dentro de un mes, el 8 de
Septiembre.
Hoy es la fiesta del nacimiento de
nuestra Madre en la que unimos todo nuestro agradecimiento a Dios junto a
nuestro reconocimiento y estupor por tan gran don y misterio.
La creación de María para ser Madre del
Señor y colaborar con Él en la obra de la salvación es un gran don que el amor
infinito de Dios ha hecho a los hombres y es también un gran misterio que
vivimos en la alegría de su maternidad. Misterio( insinuado y explicado en
algunas revelaciones privadas).
El 5 de agosto, día en que la Iglesia
celebra la Dedicación de la Basílica Santa María Mayor (una de las 4 Basílicas
Mayores de Roma) y a Nuestra Señora de las Nieves -, también celebraremos el Nacimiento de la Santísima Virgen María!
Recordemos que Nuestra querida Madre nos ha compartido en varias de sus Apariciones, como una muestra más de su amor, la fecha de su Nacimiento – aunque desea que continuemos celebrando ese día en la fecha que ha dispuesto Ntra. Santa Madre Iglesia: 8 de septiembre, Natividad de la Santísima Virgen María - En Medjugorje celebran ambas fechas y así queremos hacerlo también nosotros.
La Santa Iglesia eligió el 8 de Septiembre como celebración de la Natividad de María de manera convencional ya que no se conocía cuándo había realmente nacido.
En Medjugorje y en muchas otras partes del
mundo antes de Medjugorje, como en las apariciones de España, de
México de las décadas del 70/80 y en otros continentes como Asia y África, Ella
misma dio a conocer la fecha verdadera: el 5 de Agosto.
En 1973, la Virgen le dijo a Amparo Cuevas (Apariciones de la Santísima Virgen en Prado Nuevo, El Escorial, España) que el 5 de Agosto era la verdadera fecha de su nacimiento.
A Jelena (Apariciones de la Santísima Virgen en Medjugorje, en Bosnia-Herzegovina) le dijo en agosto de 1984 que cumplía 2000 años.
También a los chicos de Tierra Blanca, en México les había dicho lo mismo.
También fue revelado a Ana Catalina
Emmerick Monja Agustina y mística., de sus revelaciones recibidas se baso la
película " LA PASIÓN DE CRISTO" de Mel Gibson.
Oración A La Virgen Niña
¡Oh!
Santísima Virgen Niña,
que
viniendo al mundo consolaste la tierra que en Ti saludó la aurora de la
Redención por los prodigios de gracia que derramaste entre nosotros, escucha
piadosa mis súplicas.
En las
penas que me afligen
y
especialmente en la necesidad que en este momento
me
oprime, toda mi esperanza está en Ti,
¡oh dulce
Virgencita! Muéstrame pues que el tesoro
de
gracias que dispensas es inagotable, porque ilimitado es
tu poder
sobre el Corazón paternal de Dios.
Escucha
¡oh Virgen Niña! mi ardiente súplica
y alabaré
eternamente la bondad de tu Corazón.
Rezar tres Avemarías y una Salve.
También
agrada muchísimo a la Virgen Niña el rezo del Santo Rosario.
CONSAGRACION A LA DIVINA INFANTITA
MARÍA VIRGEN NIÑA
Te entrego, Virgen Niña, mi corazón
para que lo presentes a Jesús.
Por el amor y complacencia con que
te aceptó,
cuando a la temprana edad de tres
años
te consagraste a El,
suplícale acepte el mío e imprima en
él las virtudes
que le faltan, para que, a imitación
del tuyo,
le sea agradable.
Enséñame o despreciar las honras
vanas del mundo;
Haz que siempre sea mi único anhelo
crecer en el amor de Dios,
cumpliendo siempre su divina
Voluntad.
Te presento también los corazones de
los que no te conocen
y no pueden amarte.
OH Virgen Niña Atráelos con tus
inspiraciones
para que, amándote todos como hijos,
vayamos a cantar las glorias
y magnificencias de tu hijo Jesús,
nuestro Señor en el Cielo. Amén.
Oración a la Virgen Niña
Niña celestial,
Que con tantos prodigios de gracias
Te dignaste mostrar tus deseos
De ver honrada tu tierna infancia
-aquel período de tu existencia que
fue
tan grande ante Dios,
Por el privilegio de tu inmaculada
concepción
y natividad dichosa.
Tú, la más privilegiada entre las
hijas de Eva,
Vuelve hacia mí, desde esa preciosa
Cuna,
Tus ojos llenos de dulzura y bondad,
Y continuando tu oficio de Mediadora
Y Abogada, haz que vea cumplida mi
súplica.
No salga yo defraudado en mis esperanzas
No salga yo defraudado en mis esperanzas
De tu venerada Cuna, sino que
consiga las gracias
Y los consuelos que te pido.
A mí y a todos, ¡OH María!,
A mí y a todos, ¡OH María!,
Alcánzanos el verdadero espíritu de
la devoción a Ti, ¡Virgen Niña!, y el don inapreciable
De la perseverancia final.
Así sea.
Promesas de la Divina Infantíta:
La Santísima Virgen María hizo las siguientes promesas a Santa
Brígida,s la Beata Catalina Emmerick, a Sor Magdalena de San José y muchos
otros santos más:
*Cuando
las mujeres embarazadas santifican la víspera del día de su Nacimiento,
ayunando y recitando con devoción nueve veces el Ave María, en honor de los
nueve meses que Ella había pasado en el seno de su madre, y cuando renuevan con
frecuencia este ejercicio de piedad en el curso de su preñez y la víspera de su
alumbramiento, acercándose con piedad a los sacramentos, lleva Ella esas
oraciones ante Dios y les obtiene un parto feliz, aunque las condiciones se
presenten difíciles.
*Quien
en el día de hoy, (festividad del Nacimiento de La Virgen 8 de septiembre...)
por la tarde, recite con devoción nueve veces el Ave María en honor de su
permanencia de nueve meses en el seno de su madre (Santa Ana) y de su
nacimiento, y continúe durante nueve días este ejercicio de piedad, da a los
ángeles cada día nueve flores destinadas a formar un ramillete que Ella recibe
en el cielo y presenta a la Santísima Trinidad, con el fin de obtener una
gracia para la persona que ha dicho esas mismas oraciones.
Historia de la devoción a la Divina Infantita
En
México capital, en el convento de San José de Gracia, había una comunidad de
monjas Concepcionistas, y entre ellas una "lega" llamada Sor
Magdalena de San José, ella había sido una joven distinguida, ilustre y rica
que por humildad donó su dote a otra joven para que pudiera ser de
"coro".
El
día de los Santos Reyes del año 1840 estando la madre Magdalena en oración ante
el pesebre del Niño Jesús, y mientras adoraba el sagrado misterio tuvo la
siguiente inspiración:
¿Por
qué a la Santísima Virgen no se la venera también en su nacimiento, y por qué
no se le celebra con cantos de alegría como se hace con el Niño Jesús?
Y
mientras estaba pensando esto se le apareció la Santísima Virgen Recién Nacida
sobre las nubes, acostadita y vestida como una reina y oyó que le decía :
"CONCEDERÉ TODAS LAS GRACIAS
QUE ME PIDAN LAS PERSONAS QUE ME HONREN EN MI INFANCIA,
PUES ES UNA DEVOCIÓN MUY
OLVIDADA".
Profundamente
impresionada la madre Magdalena sintió un gran deseo de dar a conocer a la
Virgen Recién Nacida; se lo comunicó todo a la abadesa la madre Guadalupe de
San Lorenzo. Después le pidió permiso para hacer una imagen como la que ella
había visto y le expresó su vehemente deseo de que todos supieran lo que la
Virgen le había dicho.
Pero
la abadesa, con la intención de probar si todo aquello era realidad, no le hizo
mucho caso, pensando que si era verdad y del agrado de Dios ella volvería a
insistir en el caso.
Pues
así fue, un día la madre Magdalena estaba limpiando la sacristía y se encontró
la cabecita de un ángel que antes había sido colateral de la Custodia, y que se
había roto. Muy contenta le llevó la cabecita a la abadesa para que le diera
permiso para hacer la imagen de la Divina Niña aprovechando la cabecita del
ángel. Después de mucho rogar la Madre le dio el permiso e inmediatamente
llamaron al escultor.
La
madre Magdalena le explicó como era la imagen que ella había visto para que la
hiciera igual. Y por un precio muy bajo el escultor se la hizo. La imagen quedó
preciosa del tamaño de una niña recién nacida.
La
llevaron a bendecir, y enseguida la Madre Magdalena llena de fervor y de
alegría comenzó a promover el culto de la Divina Infantita, dando a conocer
todo cuanto había acontecido cuando ella se encontraba haciendo oración.
Esta
devoción de la Virgen en el misterio de su Natividad fue acogida por el pueblo,
entre las personas que la iban conociendo renacía un cariño y ternura especial
para la Madre pequeñita de Jesús. Se extendió el culto y también las gracias y
favores extraordinarios que las personas iban alcanzando de Dios por la
intercesión de María Niña.
Sin
embargo enseguida llegaron las pruebas, pues las autoridades eclesiásticas
prohibieron este culto hasta comprobar su autenticidad.
A
pesar de todo la madre Magdalena no se dejó vencer en su profundo amor para con
la Divina Niña, y con la ayuda económica de su familia fue a Roma para
entrevistarse con su Santidad el Papa Gregorio XVI. Durante la audiencia le
expuso a su Santidad todo lo acontecido sobre la aparición y lo que la Virgen
le había dicho, y los favores que las personas habían recibido por la
intercesión de la Virgen en este misterio de su Natividad.
Aquí
de nuevo nuestro Señor probó que era de su agrado esa devoción, ya que la
aprobó y hasta la colmó de indulgencias.
Enseguida
que volvió la madre Magdalena con este presente de su Santidad, comenzaron a
imprimir triduos, novenas, y oraciones en honor de la Divina Niña, que se
repartieron por el pueblo mexicano. Comenzaron a festejar todos los días 8 de
cada mes, como recuerdo especial a la Virgen Niña, y sobre todo la fiesta
principal, la de la Natividad, el 8 de septiembre.
Nuestro
Señor hizo verdaderos milagros a través de su Reinita. Entre otros le devolvió
la vista a una niña que era ciega y que los médicos habían dejado ya por
imposible.
Los
pecadores volvieron a la fe ; niños enfermos se recuperaron milagrosamente al
ser colocados al amparo de la Divina Niña, los adultos, los ancianos, todos los
que le pedían al Señor una gracia por la intercesión de su madrecita, la
recibían. También acontecimientos curiosos.
La
madre Magdalena era muy sencilla y le hacía demostraciones de amor a la Virgen
que demostraban cuanto la quería, con este cariño la llamó Divina Infantita,
porque decía que era una niña toda de Dios.
Le
colocó un cuarto al lado del suyo con un letrero que decía:
Cuarto de la Divina Infantita.
Este
cuarto estaba siempre adornado con flores, y mil primores propios de una
niñita, con velas, y con todo lo que los devotos le enviaban en señal de
agradecimiento.
En
la fiesta del 8 de septiembre los señores Obispos celebraban la Eucaristía de
Pontifical.
Para todo esto los devotos daban donativos, y
otras veces la madre Magdalena hacía primores y los rifaba o se los regalaba a
los devotos que enseguida le enviaban un donativo. Y así se iba extendiendo
este culto tan agradable a los ojos de Dios.
Cuando
todo estaba en auge, nuestro Señor llamó para sí a la madre Magdalenita, ella
había cumplido su misión y en el año 1859, a la edad de 69 años, abrió sus ojos
para la Vida Eterna.
En
sus últimos años de vida, le pidió a la abadesa que se encargara de continuar
fomentando este culto. Y este fue el deseo de la madre, pero se fueron pasando
los años, y como no estaba tranquila porque no había seguido con aquel culto,
pensó en hacer una imagen más pequeña y colocarla en una urna para enviarla por
las casas de los devotos, ya que en el monasterio era cada vez más difícil
continuar con los cultos, y nadie se encargaba de seguir fomentando la devoción
entre el pueblo.
Le
encargó a un escultor que hiciera otra Divina Infantita pero más pequeñita que
la que tenían. El escultor que estaba haciendo un Niño Jesús, quiso transformarlo
en la Divina Niña y salió tan fea que la madre Guadalupe no quiso ni que la
vieran, y la dejó guardada en su armario durante 20 años.
PEQUEÑA HISTORIA DE MARÍA DEL
ROSARIO ARREVILLAGA ESCALADA Y CÓMO RENACIÓ EL CULTO DE LA DIVINA NIÑA EN
MÉXICO
Un
año después de la muerte de la Madre Magdalena de San José, el día 12 de
Noviembre de 1860, nació una niña que sería la que se encargaría de dar a
conocer nuevamente la devoción de la Divina Infantita, y no sólo en México,
sino por el mundo.
Vivía
en México una familia sencilla y piadosa formada por don Marcos Arrevillaga y
por doña Guadalupe Escalada.
Habían
tenido dos hijitos y una niña a la que llamaron Nicolasita. Pero la niña murió
dejando a los padres desconsolados. El deseo de los padres de alcanzar del
Señor otra hijita los llevó a proponerse el levantarse todas las madrugadas
para rezar el Santo Rosario, y así alcanzar del Cielo otra hija.
Se
levantaban todos los días a las 4 de la mañana y le rogaban a la Santísima
Virgen que intercediera por ellos ante su hijo Jesús y les concediera la gracia
de tan deseada hijita.
Así
fue como don Marcos y doña Guadalupe recibieron a su niña como una verdadera
bendición del Cielo y al bautizarla le dieron el nombre de María del Rosario,
porque realmente había sido hija del Rosario. Y la niña correspondió tan bien a
esta devoción de los padres, que dicen que con sólo tres y cinco años de edad
ya rezaba perfectamente el Rosario con la letanía y todo.
Cuando
María del Rosario era pequeña murió su padre, su madre trabajaba en casa
haciendo cuanto podía para sacar a sus hijos adelante. Desde pequeña María Del
Rosario tenía un don de gentes extraordinario, atrayéndose el cariño y la
amistad de todos. Era expresiva, amable y educada, y muy cariñosa con todos los
que se encontraba. Todas las personas que la conocían la querían.
Pasado
un tiempo su madre se casó nuevamente con un gran ingeniero, don Francisco
González Cosío. Pero lo nombraron director de la ferrovía de Oaxaca, al sur de
México y se tuvo que ir a vivir lejos de la esposa. Todos los meses le enviaba
un dinerillo a su esposa que mal daba para mantenerla a ella y a los hijos del
primer matrimonio. Pero con eso y con los trabajos de doña Guadalupe iban
saliendo aunque estrechamente.
María
del Rosario cantaba muy bien y una amiga la llevaba a veces a cantar en las
ceremonias de las religiosas que conocía así cuando tenía 19 años su amiga la llevó con
las monjas Concepcionistas que vivían en San José de Gracia, en México, pues
había Profesiones religiosas, y a partir de ahí la joven María del Rosario
empezó a hacer amistad con las monjas y las visitaba de vez en cuando.
Cuando
las monjas descubrieron el gran corazón de María del Rosario y la devoción que
tenía por la Santísima Virgen y por el Santo Rosario, un día la abadesa decidió
enseñarle la imagen de la Divina Niña que mandó hacer en vida la madre
Magdalena, aquella imagen primera que era tan preciosa y del tamaño natural de
una niña al nacer.
En
ese tiempo las monjas ya no vivían en el convento, sino en una casita de la
calle del Reloj, pues el Gobierno perseguía a los religiosos y tuvieron que
abandonar los conventos, y vivir donde y como podían. Aquella primera imagen
tan milagrosa estaba en el pasillo adornada con jarrones de flores muy bonitas
y con una lámpara encendida de día y de noche.
Al
ver a la Virgen tan chiquitita la emoción de María del Rosario fue tan grande
que se puso de rodillas diciéndole: "así es como llena mi corazón" ;
y desde aquél día ella se encargó de cuidarla, de arreglarle los jarrones y de
que la lámpara estuviera siempre encendida y limpia. Y la mimaba y le hablaba
con tal cariño que parecía que veía a la Virgen recién nacida y viva cada vez
que se aproximaba a la imagen.
Las
monjas al ver en la joven Rosarito aquella devoción y aquella locura de amor
que eran cada vez mayores, pensaron regalarle la otra imagen fea que estaba en
el armario, pues aunque era feilla y pequeña en definitiva representaba también
a la Virgen Niña, y pensaron que a Rosario le gustaría tenerla para ella sola.
Era
el mes de octubre, ya habían pasado unos días desde el día del Rosario, y
Rosarito fue a visitar a las monjas, al llegar la abadesa le dijo :"mira
Rosarito ve a mi armario y verás allí una cosa, y si te gusta te la quedas para
ti como regalo de tu Santo y de tu cumpleaños".
María
del Rosario fue y encontró a la imagen pequeñita y fea que estaba hasta sin
vestir pero que representaba a la Virgen recién nacida, y se conmovió tanto que
la cogió con profunda emoción y empezó a hablarle palabras de amor y ternura, y
la abrazaba con la misma devoción como si fuera la imagen bonita que conocía
hasta entonces, y así llegó donde estaban las monjas llena de alegría y
agradecimiento, diciendo que la daría a conocer por el mundo entero, que le
construiría un templo en el lugar más importante de México, y que Dios por la
intercesión de la Divina Niña haría grandes milagros, que desde las persona más
nobles a las más pobres, todas irían a conocerla y se encomendarían a la Ella,
y la venerarían como a una Reina, como a una Princesita Celestial... en fin
tantas cosas decía que las monjas acabaron por mandarla a su casa para que no
dijera más tonterías. Y así con su tesoro en los brazos se fue a su casa y
desde ese momento empezó a darla a conocer y a hacer que esa devoción que
durante 20 años estuvo apagada volviera a renacer en el corazón del pueblo
mexicano.
CÓMO FUE QUE MARIA DEL ROSARIO LE
DIO CULTO A LA DIVINA INFANTITA
María
del Rosario vistió la imagen de la Divina Infantita como una Reina, y la llevó
para bendecirla, después la colocó en un cuarto de su casilla de la calle Verde
nº 7 en un barrio lejos del centro de la ciudad.
Le
contó a su madre todo lo que pensaba llevar a cabo y los milagros que haría la
Divina Infantita y los deseos de construir un Templo en el mejor lugar de
México para que honraran la Virgen en su Natividad. Pero su madre lo único que
hacía era preocuparse con esas cosas pues viendo los pobres que eran y que
apenas tenían medios para vivir, no sabia como su hija iba a llevar a cabo todo
lo que soñaba ; además de los sufrimientos que eso iba a suponerle a su hija.
Pero
María del Rosario no tenía dinero ni siquiera para comprar aceite para la
lámpara de la Divina Niña, y esto la entristecía mucho.
Lloraba
amargamente ante la imagen de la Niña y un día llevada por el gran amor que
sentía, le dijo a la Virgen : "mira Niña Divina, ya ves que no tengo
medios para comprarte tu aceite, para la lámpara, pero yo voy a decir que tu
eres muy milagrosa, que te pueden pedir cualquier cosa y que te traigan el
aceite para la lámpara y tú, tesoro de mi corazón, haces todo lo que te pidan
las personas que vengan con fe, tu se lo pides todo al Señor, por favor".
Con
esta extraordinaria sencillez y confianza en la Divina Niña y con la esperanza
y fe de que ella haría todo lo que pidieran con fe, se fue a visitar a los
vecinos y conocidos, diciéndoles que tenía una imagen de la Virgen recién
nacida que era muy milagrosa, que fueran a verla y se encomendaran a ella con
fe y que le llevaran aceite para la lamparilla.
Como
ya dijimos, María del Rosario era muy sociable, delicada, y atenta con las
personas, poseía realmente un gran atractivo, una simpatía extraordinaria, como
se suele decir, tenía don de gentes.
Uno
de los primeros favores que el Señor concedió en aquel barrio por intercesión
de la Divina Infantita fue con un señor que vivía en la esquina de la casa de
Rosarito y que era hojalatero. María del del Rosario lo saludaba todos los días
al pasar y un día le dijo : "Mire usted tengo una imagen de la Virgen
recién nacida y es muy milagrosa, si usted tiene algún día una pena muy grande
o quiere alcanzar algún favor, vaya a casa y pídale lo que quiera con mucha fe
y de camino le lleva un poco de aceite para la lamparilla".
Pues
este hombre no tardó en ir y pedirle a la Divina Niña lo que deseaba y nuestro
Señor por intercesión de la Virgen le concedió lo que pedía y así fue como
comenzó a alcanzar alguna fama de milagrosa, y las personas empezaron a
visitarla y hacer fila para poder entrar en la casa y rezar.
Estas
personas llevan presentes para adornar el cuarto de la Divina Infantita, y así
con cosas muy sencillas fueron haciéndole un altar.
Rosarito
con los donativos compraba cajas de cartón y las forraba con papel brillante,
con botellas vacías también forradas de papel hacía candelabros y jarrones, y
con otros papeles hacía flores y otros adornos.
Poco
a poco no sólo las personas pobres y sencillas de los barrios iban a ver a la
Divina Infantita y a encomendarse a Ella, sino que también la aristocracia de
México pasó por aquella casita.
Así
iba realizándose la profecía que Mª del Rosario dijo el día que recibió la
imagen de regalo por sus veinte años y su santo.
Las
personas que pedían en agradecimiento a la Virgen le regalaban cosas para
adornar aquel cuarto, y poco a poco aquel cuarto que estaba adornado con cajas
de cartón se fue transformando en un pequeño oratorio, digno de la Reina del
cielo.
Le
regalaron una alfombra roja, unos biombos alrededor del altar, velas que
siempre estaban encendidas de día y de noche, aceite de oliva y de ajonjolí
para las lámparas de cristal de colores, etc...de esta manera todo tenía un
ambiente singular, recogido, donde se sentía una profunda piedad, alegría,
recogimiento, y una devoción extraordinaria, lo cual favorecía la oración
profunda y silenciosa.
Llegó
a tener aquel altar 50 lámparas, en candelabros de cristal y níquel. También la
Divina Niña tuvo sus ropitas propias de una Princesita, algunas bordadas en
seda, en oro y plata o primorosamente pintadas, le regalaron una cunita de
plata y un armario donde guardaba todo lo que tenía.
Los
devotos agradecidos no sabían que llevarle a la Divina Niña como muestras del
amor que sentían por ella y del agradecimiento por los beneficios
obtenidos...todo les parecía poco para lo que ella merecía y lo más importante
es que no solo le regalaban cosas materiales, sino que ganaba los corazones y
el amor de los que la visitaban.
Tal
era el amor de Mª del Rosario por la Reinita del cielo que consiguió que se
celebrara allí el mes de mayo con solemnidad y devoción, y a pesar de que en
México llueve mucho en este mes, siempre estaba la salita llena de personas.
Hasta los estudiantes iban a pedirle favores a la Divina Infantita, a veces las
personas llegaban de rodillas desde la escalera o desde el pasillo...
La
Novena que antecede a la fiesta principal, la del día 8 de septiembre, se
celebraba en algunas iglesias con gran fervor, entre las que se repartían todos
los devotos ya que en la casita no era posible reunirse todos.
En
el altar de la Divina Niña nunca faltaban las rosas, que era la flor preferida
de María del del Rosario, porque representaba con ellas las Ave Marías del
Santo Rosario, que como sabemos es la oración preferida de Rosarito.
Una
de las oraciones que los devotos rezaban para agradecer a la Divina Infantita
todos los beneficios, o para conquistarse su corazoncito, era el Rosario de 15
misterios, meditando un poquito en cada uno y el significado que encierran. De
ahí sacaban una enseñanza para la vida de cada día. Pero si contáramos todos
los milagros que las personas recibieron del Señor por la intercesión de la
Divina Niña y por la oración del Rosario se podrían llenar varios libros además
de los milagros, anécdotas y acontecimientos maravillosos...
Vamos
a referir aquí un acontecimiento que nos demuestra el amor y la sencillez tan
grandes que María del del Rosario tenía para su Niña, y donde se ve como era
agradable al Señor todo lo que las personas hacían por la Divina Infantita:
Cuando
nuestra joven todavía no tenía medios económicos para ofrecerle a la Divina
Niña todo lo que su corazón deseaba y un día que quería adornar el altar con
las mejores flores, se fue llorando ante la virgencita y le decía : "mira
mi niñita ya que no puedo comprarte ni una flor, voy a ir a la floristería y
aspiraré el perfume de los mejores ramos que haya, de las rosas, los nardos,
los claveles, las gardenias, y de todo lo que haya y después me vengo corriendo
y te traigo todo el perfume para que tu también lo puedas aspirar.
Pues así hizo. Se dirigió a la floristería que
estaba lejísimos de su casa y tuvo que ir andando porque no tenía para el
autobús.
Al llegar allí se paseó entre las flores y
cogía los ramos como si los fuera a comprar, y los aspiraba con cariño y esmero
llenándose lo más posible de los maravillosos olores con la finalidad de
llevárselos a su Reinita.
En
seguida volvió a su casa para derramar todo aquel perfume místicamente guardado
en su corazón enamorado.
Llegó
ante el altar de la Divina Niña y en medio de lágrimas de amor, hacia como que
se lo daba todo a la Virgen.
Después
de un rato de oración ante María, se fue a almorzar y llamaron a la puerta de
la casa, inmediatamente se adelantó a abrir, y se encontró con la criada de una
señora que era muy rica y devota de la Divina Niña que en aquel día había recibido
un regalo de dos cestas de gardenias y que se acordó en seguida de su
Virgencita y pensó enviárselas para que adornaran y perfumaran aquel altar.
Vieron
así como nuestro Señor y como nuestra Reina celestial manifestaron que les
había agradado aquel gesto tan sencillo de Mª del Rosario, de aspirar el
perfume de las flores para derramarlo después a los pies de la Virgen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario