miércoles, 26 de noviembre de 2014

LA MEDALLA MILAGROSA Y LA APARICIÓN DE LA VIRGEN A SANTA CATALINA LABOURE EN PARÍS



El año 1830 es clave: tiene lugar en París la primera aparición moderna de la Virgen Santísima. 



Comienza ahí, lo que Pío XII llamó la "era de María". 

En ese año la Virgen María empieza una etapa de repetidas visitaciones celestiales. 

Entre otras: La Salette, Lourdes, Fátima... Y como en su visita a Santa Isabel, siempre viene para traernos gracia, para acercarnos a Jesús, el fruto bendito de su vientre.

 También para recordarnos el camino de salvación y advertirnos las consecuencias de optar por otros caminos.





Apariciones de la Virgen a St. Catalina

Sta. Catalina, joven religiosa de la orden de las Hijas de la Caridad, estaba haciendo su noviciado en el convento de Rue du Bac, 140, París. 
El domingo 18 de julio de 1930, víspera de la fiesta de San Vicente de Paúl (fundador de su orden), la maestra de novicias les había hablado sobre la devoción a los santos, y en particular a la Reina de todos ellos, María Santísima. 



Sus palabras, impregnadas de fe y de una ardiente piedad, avivaron en el corazón de Sor Laboure el deseo de ver y de contemplar el rostro de la Santísima Virgen.
 Como era víspera de San Vicente, les habían distribuido a cada una un pedacito de lienzo de un roquete del santo. Catalina se lo tragó y se durmió pensando que S. Vicente junto con su ángel de la guarda, le obtendría la gracia de que su deseo de ver a la Virgen sería esa misma noche sería escuchado. 
Precisamente, los anteriores favores recibidos en las diversas y multiplicadas apariciones de San Vicente a Sor Catalina alimentaban en su corazón una confianza sin límites hacia su bienaventurado Padre, y su candor y viva esperanza no la engañaron. 
Dice San Juan de la Cruz: "La confianza consigue todo cuanto espera".

El Angel la despierta

Todo era silencio en la sala donde dormía Sor Catalina y cerca de las 11:30 p.m. oyó que por tres veces la llamaban por su nombre. Se despertó y apartando un poco las cortinas de su cama miró del lado que venía la voz y vio entonces un niño vestido de blanco, que parecía tener como cuatro o cinco años, y el cual le dijo: "Levántate pronto y ven a la capilla; la Santísima Virgen te espera". Sor Catalina vacila; teme ser notada por las otras novicias; pero el niño responde a su preocupación interior y le dice: "No temas; son las 11:30 p.m.; todas duermen muy bien. Ven, yo te aguardo".

Ella no se detiene ya ni un momento; se viste con presteza y se pone a disposición de su misterioso guía, "que permanecía en pie sin separarse de la columna de su lecho." Vestida Sor Catalina, el niño comienza a andar, y ella lo sigue marchando un poco a "su lado izquierdo". Por donde quiera que pasaban las luces se encendían. El cuerpo del niño irradiaba vivos resplandores y a su paso todo quedaba iluminado. Al llegar a la puerta de la capilla la encuentra cerrada; pero el niño toca la puerta con su dedito y ésta se abrió al instante. Dice Catalina: "Mi sorpresa fue más completa cuando, al entrar a la capilla, vi encendidas todas las velas y los cirios, lo que me recordaba la Misa de medianoche". (pero todavía ella no ve a la Virgen).

 El niño la llevó al presbiterio, junto al sillón destinado al P. Director, donde solía predicar a las Hijas de la Caridad, y allí se puso de rodillas, y el niño permaneció en pie todo el tiempo al lado derecho. La espera le pareció muy larga, ya que con ansia deseaba ver a la Virgen. Miraba ella con cierta inquietud hacia la tribuna derecha, por si las hermanas de vela, que solían detenerse para hacer un acto de adoración, la veían. Por fin llegó la hora deseada, y el niño le dijo: "Ved aquí a la Virgen, vedla aquí".

Sor Catalina oyó como un rumor, como el roce de un traje de seda, que partía del lado de la tribuna, junto al cuadro de San José.
 Vio que una señora de extremada belleza atravesaba majestuosamente el presbiterio, "fue a sentarse en un sillón sobre las gradas del altar mayor, al lado del Evangelio".

Sor Catalina en el fondo de su corazón dudaba si verdaderamente estaba o no en presencia de la Reina de los Cielos, pero el niño le dijo: "Mira a la Virgen". Le era casi imposible describir lo que experimentaba en aquel instante, lo que pasó dentro de ella, y le parecía que no veía a la Santísima Virgen. 

Entonces el niño le habló, no como niño, sino como el hombre más enérgico y palabras muy fuertes: "¿Por ventura no puede la Reina de los Cielos aparecerse a una pobre criatura mortal en la forma que más le agrade? Entonces, mirando a la Virgen, se puso de un salto a su lado, de rodillas sobre las gradas del altar, con las manos apoyadas en las rodillas de la Santísima Virgen. "Allí pasé los momentos más dulces de mi vida; me sería imposible decir lo que sentí".


Revelaciones de la Santísima Virgen
Fueron muchas las confidencias que Sor Catalina recibió de los labios de María Santísima, pero jamás podremos conocerlas todas, porque respecto a algunas de ellas, le fue impuesto el más absoluto secreto.

La Virgen le dio algunos consejos para su particular provecho espiritual: (La Virgen es Madre y Maestra)
*Cómo debía comportarse con su director (humildad profunda y obediencia)
*La manera de comportarse en las penas (paciencia, mansedumbre, gozo)
*Acudir siempre (mostrándole con la mano izquierda) a arrojarse al pie del altar y desahogar su corazón, pues allí recibiría todos los consuelos de que tuviese necesidad (corazón indiviso, no consuelos humanos).

La Virgen también le explicó el significado de todas las apariciones y revelaciones que había tenido de San Vicente y del Señor.

Luego continuó diciéndole:
Dios quiere confiarte una misión; te costará trabajo, pero lo vencerás pensando que lo haces para la gloria de Dios. Tú conocerás cuán bueno es Dios. 
Tendrás que sufrir hasta que los digas a tu director. No te faltarán contradicciones; mas te asistirá la gracia; no temas. 

Háblale a tu director con confianza y sencillez; ten confianza, no temas. Verás ciertas cosas; díselas.
 Recibirás inspiraciones en la oración. Los tiempos son muy calamitosos. Han de llover desgracias sobre Francia. El trono será derribado. El mundo entero se verá afligido por calamidades de todas clases (al decir esto la Virgen estaba muy triste). Venid a los pies de este altar, donde se prodigarán gracias a todos los que las pidan con fervor; a todos, grandes y pequeños, ricos y pobres. Deseo derramar gracias sobre tu comunidad; lo deseo ardientemente. Me causa dolor el que haya grandes abusos en la observancia, el que no se cumplan las reglas, el que haya tanta relajación en ambas comunidades a pesar de que hay almas grandes en ellas.

 Díselo al que está encargado de ti, aunque no sea el superior. 

Pronto será puesto al frente de la comunidad. El deberá hacer cuanto pueda para restablecer el vigor de la regla. 
Cuando esto suceda, otra comunidad se unirá a las de ustedes. 
Vendrá un momento en que el peligro será grande; se creerá todo perdido; entonces yo estaré contigo, ten confianza. Reconocerás mi visita y la protección de Dios y de San Vicente sobre las dos comunidades. Mas no será lo mismo en otras comunidades, en ellas habrá víctimas. (lágrimas en los ojos). El clero de París tendrá muchas víctimas. Morirá el señor Arzobispo. Hija mía, será despreciada la cruz, y el Corazón de mi Hijo será otra vez traspasado; correrá la sangre por las calles ( la Virgen no podía hablar del dolor, las palabras se anudaban en su garganta; semblante pálido). El mundo entero se entristecerá. Ella piensa: ¿Cuándo ocurrirá esto? y una voz interior asegura: cuarenta años y diez y después la paz.

La Virgen después estar con ella como 2 horas, desaparece de la vista de Sor Catalina como una sombra que se desvanece.

En esta aparición:
* le refiere una misión que Dios le quiere confiar.
* la prepara con sabios consejos para que hable con sumisión y confianza a su director.
* le anuncia futuros eventos para afianzar la fe de aquellos que pudieran dudar de la aparición.
* le regala una relación familiar de madre-hija: la ve, se acerca a ella, hablan con familiaridad y sencillez, la toca y la Virgen no solo consiente, sino que se sienta para que Catalina pueda aproximarse hasta el extremo de apoyar sus brazos y manos en las rodillas de la Reina del Cielo.

Todas las profecías se cumplieron:
* La misión de Dios pronto le fue indicada con la revelación de la medalla milagrosa.
* una semana después de esta aparición estallaba la revolución. Los revoltosos ocupaban las calles de París, saqueos, asesinatos, y finalmente era destronado Carlos X, sustituido por el "rey ciudadano" Luis Felipe I, gran maestro de la masonería.
* El P. Aladel (director) es nombrado en 1846 Director de las Hijas de la Caridad, establece la observancia de la regla y hacia la década del 60 otra comunidad femenina se une a las Hijas de la Caridad.
* En 1870 (a los 40 años) llegó el momento del gran peligro, con los horrores de la Comuna y el fusilamiento del Arzobispo Mons. Darboy y otros muchos sacerdotes. 
   
* solo queda por cumplir la última parte.

La Medalla Milagrosa



La tarde el 27 de nov. de 1830, sábado víspera del primer domingo de Adviento, en la capilla, estaba Sor Catalina haciendo su meditación, cuando le pareció oír el roce de un traje de seda que le hace recordar la aparición anterior. Aparece la Virgen Santísima, vestida de blanco con mangas largas y túnica cerrada hasta el cuello. Cubría su cabeza un velo blanco que sin ocultar su figura caía por ambos lados hasta los pies.

 Cuando quiso describir su rostro solo acertó a decir que era la Virgen María en su mayor belleza. Sus pies posaban sobre un globo blanco, del que únicamente se veía la parte superior, y aplastaban una serpiente verde con pintas amarillas. Sus manos elevadas a la altura del corazón sostenían otro globo pequeño de oro, coronado por una crucecita.

La Stma. Virgen mantenía una actitud suplicante, como ofreciendo el globo. A veces miraba al cielo y a veces a la tierra. De pronto sus dedos se llenaron de anillos adornados con piedras preciosas que brillaban y derramaban su luz en todas direcciones, circuncidándola en este momento de tal claridad, que no era posible verla. Tenía tres anillos en cada dedo; el más grueso junto a la mano; uno de tamaño mediano en el medio, y no más pequeño, en la extremidad. De las piedras preciosas de los anillos salían los rayos, que se alargaban hacia abajo; llenaban toda la parte baja.

Mientras Sor Catalina contemplaba a la Virgen, ella la miró y dijo a su corazón: "Este globo que ves -a los pies de la Virgen, representa al mundo entero, especialmente Francia y a cada alma en particular". "Estos rayos simbolizan las gracias que yo derramo sobre los que las piden. Las perlas que no emiten rayos son las gracias de las almas que no piden" (María mediadora de las gracias).


El globo de oro (las riquezas de gracias) se desvaneció de entre las manos de la Virgen. Sus brazos se extendieron abiertos, mientras los rayos de luz seguían cayendo sobre el globo blanco de sus pies. En este momento se formó una forma ovalada rodeó a la Virgen y dentro de él apareció escrita la siguiente invocación: "María sin pecado concebida, ruega por nosotros, que acudimos a ti". Estas palabras formaban un semicírculo que comenzaba a la altura de la mano derecha, pasaba por encima de la cabeza de la Santísima Virgen, terminando a la altura de la mano izquierda. Oyó de nuevo la voz en su interior: "Haz que se acuñe una medalla según este modelo. Todos cuantos la lleven puesta recibirán grandes gracias. Las gracias serán más abundantes para los que la lleven con confianza".

La aparición, entonces, dio media vuelta y quedó formado en el mismo lugar el reverso de la medalla. En ella aparecía una M, sobre la cual había una cruz descansando sobre una barra, la cual atravesaba la letra hasta un tercio de su altura, y debajo los corazones de Jesús y de María, de los cuales el primero estaba circundado de una corona de espinas, y el segundo traspasado por una espada. En torno había 12 estrellas.



La misma aparición se repitió, con las mismas circunstancias, hacia el fin de diciembre de 1830 y a principios de enero de 1831. La Virgen dijo a Catalina: "En adelante, ya no verás, hija mía; pero oirás mi voz en la oración". Un día que Sor Catalina estaba inquieta por no saber qué inscripción poner en el reverso de la medalla, durante la oración, la Virgen le dijo: "La M y los dos corazones son bastante elocuentes".

Símbolos de la Medalla y mensaje espiritual





En el anverso:



María aplastando la cabeza de la serpiente que está sobre el mundo. Ella, la Inmaculada, tiene todo poder en virtud de su gracia para triunfar sobre Satanás. El color de su vestuario y las 12 estrellas sobre su cabeza: la mujer del Apocalipsis, vestida del sol. Sus manos extendidas transmitiendo rayos de gracia: su misión de madre y mediadora de las gracias, derramando sobre el mundo y a quienes pidan. Jaculatoria: dogma de la Inmaculada Concepción (impulsó la definición en 1854- Lourdes). Misión de intercesión, confiar y recurrir a la Madre. El globo a los pies: el pecado del mundo. El globo en sus manos: el mundo ofrecido a Jesús por sus manos.

En el reverso:



La cruz: el misterio de redención- precio que pago Cristo. obediencia, sacrificio, entrega. La M: símbolo de María y de su maternidad espiritual. La barra: es una letra del alfabeto griego, "yota" o I, que es monograma del nombre, Jesús. Agrupados ellos: La Madre de Jesucristo Crucificado, el Salvador. Las doce estrellas: signo de la Iglesia que Cristo funda sobre los apóstoles y que nace en el Calvario de su corazón traspasado. Los Dos Corazones: la corredención. Unidad indisoluble. Futura devoción a los dos y su reinado.


Nombre:
La Medalla se llamaba originalmente: "de la Inmaculada Concepción", pero al expandirse la devoción y haber tantos milagros concedidos a través de ella, se le llamó popularmente "La Medalla Milagrosa".



La conversión de Alfonso Ratisbonne




Nuestra Señora del Milagro
Aparición al judío Alfonso Ratisbonne
Iglesia de San Andreas delle Fratte, Roma, 1842

Alfonso Tobie Ratisbonne (1812-1884), abogado, banquero muy rico, judío,  pero libertino. Despreciaba particularmente a la Iglesia Católica y al clero. Resentía que su hermano Teodoro se había convertido y ordenado sacerdote.
 
En 1842, Ratisbonne se encontraba en Roma. Allí se encontró con el Barón De Bussiéres, francés converso del protestantismo, hombre devoto y conciente de su responsabilidad de evangelizar. Este le contó de los milagros que estaban ocurriendo por medio de la Medalla Milagrosa. Pero Ratisbonne lo rechazó tildándolo de supersticioso. 

El Barón no se dio por vencido y desafió a Ratisbonne a someterse a una simple prueba sobre la eficacia de la medalla. Debía llevarla y rezar el Memorare todos los días. Ratisbonne, ante la insistencia del Barón y para demostrar que nada le iba a persuadir a convertirse, se puso la medalla.  El Baron un grupo de amigos se comprometieron a rezar por la conversión de Ratisbonne. Entre ellos, el conde Laferronays, que estaba muy enfermo y ofreció su vida por la conversión del “joven judío”.  Ese mismo día entró en la Iglesia y rezó 20 Memorares por esa intención, sufrió un ataque al corazón, recibió los sacramentos y murió.

El día siguiente, el 20 de enero de 1842, el Barón se encontró con Ratisbonne cuando iba a la iglesia de Sant Andrea delle Fratte, cerca de la Plaza de España en Roma, para hacer los arreglos de un funeral. Los dos entraron en la iglesia y Ratisbonne se quedó mirando las obras de arte mientras su amigo estaba en la rectoría. De pronto, el altar dedicado a San Miguel Arcángel se llenó de luz, y se le apareció, majestuosa, la Virgen María, tal como en la imagen de la medalla que llevaba al cuello. 

IMAGEN: Virgen Milagrosa - Madonna del Milagro, cuadro de la Virgen que está en la capilla del milagro. Pintado por Natale Carta, pocos meses después de la aparición, teniendo en cuenta de las indicaciones del vidente.

El se arrodilló y se convirtió. Mas tarde escribió: "Una fuerza irresistible me llevó hacia ella. Ella me pidió que me arrodillara. Ella no dijo nada pero yo lo entendí todo" .

 Cuando el barón regresó de la rectoría se encontró a su amigo orando de rodillas con gran fervor frente al altar de San Miguel. Ratisbon entonces le dijo que deseaba confesarse y prepararse para entrar en la Iglesia. El 31 de enero recibió el bautismo, la confirmación y la comunión de manos del Cardenal Patrizi.

La conversión de Ratisbonne fue muy famosa y tuvo gran impacto en una cultura muy influenciada por el racionalismo, que rechaza las realidades espirituales. En 1847 Alfonso Ratisbonne fue ordenado sacerdote jesuita. Su hermano  inspirado por su conversión fundó la congregación de “Nuestra Señora del Sión”, con sede en Israel, cuyo carisma es la evangelización del pueblo judío (Romanos 11, 25-26).


IMAGEN: Altar de la Madonna del milagro

S. Andrea delle Fratte
Aquí ocurrió el milagro. En aquel tiempo estaba la imagen de

 S. Miguel Arcangel donde hoy está la Virgen

El San Miguel del altar del milagro en San Adreas de Fratte ha sido remplazado por una gran pintura de la Virgen según Ratisbonne la describió. (San Miguel fue movido a otro lugar de la misma iglesia) El Papa Juan Pablo II visitó y oró en el altar de la aparición.


NOVENA A NUESTRA SEÑORA
 DE LA MEDALLA MILAGROSA



Oh Virgen Inmaculada,
Madre de Dios y Madre nuestra,
con la más viva confianza en tu poderosa intercesión
tantas veces manifestada por medio de tu Medalla,
te suplicamos humildemente
de dignar alcanzarnos las gracias
que pedimos por esta novena.
(Pedir una gracia personal)

Oh Virgen de la Medalla Milagrosa
que apareció a santa Catalina Labouré
en la actitud de Mediadora para el mundo entero
y cada alma en particular,
entregamos en tus manos
y confiamos a tu Corazón nuestras súplicas.

Dígnate presentarlas a tu Divino Hijo y conceder lo que pedimos si está conforme a la Voluntad Divina
y útil a nuestras almas.

Y después de levantar hacia Dios tus manos suplicantes, bájalos hacia nosotros
y envuélvenos en los rayos de tus gracias,
Iluminando nuestro espíritu,
purificando nuestro corazón,
para que guiados por ti,
alcancemos algún día la eterna bienaventuranza.
Amén.



ORACIÓN DEL B. JUAN PABLO II EN LA CAPILLA DE LAS APARICIONES DE LA MEDALLA MILAGROSA
Juan Pablo II (1980)

¡Oh María, sin pecado concebida!
ruega por nosotros que recurrimos a Ti
¡Oh María, sin pecado concebida!
Ruega por nosotros que recurrimos a Ti.

Ésta es, oh María,
la oración que inspiraste a Santa Catalina Labouré
en este mismo lugar, hace ciento cincuenta años.

Y esta Invocación, grabada ahora en la Medalla,
la pronunciarán en adelante
¡tantos fieles en el mundo entero!
¡Bendita tú eres entre todas las mujeres!
Has sido íntimamente asociada a toda la obra de nuestra Redención, asociada a la Cruz de nuestro Salvador:

Tu corazón fue traspasado junto a su Corazón.
Y ahora, en la gloria de tu Hijo,
no cesas de interceder por nosotros, pobres pecadores.

Velas por la Iglesia, de la que eres la Madre.

Velas por cada uno de tus hijos,
y alcanzas de Dios, para cada uno de nosotros,
todas las gracias que simbolizan los rayos de luz
que emergen de tus manos abiertas,
con la sola condición de que nos atrevamos a pedírtelas,
de que nos acerquemos a Ti con la confianza,
la osadía, la sencillez de un niño.
Y así, nos llevas sin cesar hacia tu divino Hijo.




Memorare -Acordaos
(Oración de san Bernardo)


Acordaos, ¡OH piadosísimaVirgen María!,
que jamás se ha oído decir
 que alguno de los que ha acudido a Vos,
e implorado vuestro auxilio y socorro,
haya sido abandonado de Vos.

Animado con esta confianza,
A Vos también acudo,
¡OH Virgen, Madre de las vírgenes!,


Y aunque gimiendo
bajo el peso de mis pecados,
me atrevo a comparecer
ante vuestra soberana presencia.

No desechéis, OH Purísima Madre de Dios,
mis humildes súplicas;
antes bien, dignaos  atenderlas favorablemente y concédeme lo que Os pido.

Amén. Así sea



Memorare,
O piissima Virgo Maria,
non esse auditum a saeculo,
quemquam ad tua currentem praesidia,
tua implorantem auxilia,
 tua petentem suffragia,
esse derelictum.

Ego tali animatus confidentia,
ad te, Virgo Virginum,
Mater,curro, ad te venio,
 coram te gemens peccator assisto.
Noli, Mater Verbi,
verba mea despicere; sed audi propitia et exaudi.


CAPILLA DE LA CALLE  RUA DU BAC  EN PARÍS
DONDE FUERON LAS APARICIÓNES A
SANTA CATALINA LABOURÉ



¿Quién es Catalina Labouré?

Catalina nació el 2 de mayo de 1806, en Fain-les-Moutiers, Francia, en una familia de campesinos.
 Fue con dificultad que convenció a su padre para que le permitiera seguir su vocación entre las Hijas de Caridad.


 Nada distinguía a la hermana Catalina de las otras hermanas.

El llamado de María Santísima fue para ella una misión, encomendada por la Santa Madre, debido a la simplicidad y la devoción de hija.

Catalina fue elegido por la Virgen para sus revelaciones que se realizarían en sus apariciones en la Capilla de la calle " rua "du Bac " en París.



Sor Catalina habla de sus visiones y mensajes, sólo al padre Aladel, en sus confesiones. Su secreto fue conocido por la proximidad de su muerte, cuando le reveló a su superior, que era la hija de la Caridad elegido por la Virgen como la manifestación de la Medalla Milagrosa.

Sor Catalina fue durante 46 años una verdadera Hija de la Caridad, dedicándose totalmente a los pobres en un asilo de ancianos en París. Murió el 31 de diciembre 1876 y fue enterrada bajo el altar de la capilla de Reuilly.

En 1933, la exhumación del cuerpo de Catherine se hizo en presencia de representantes de la Iglesia, los médicos y el comisionado de la policía. Al abrir el ataúd, el cuerpo de Sor Catalina aparece intacto, así como sus vestidos, 57 años después de su muerte. La conmoción es general.



Después de las fiestas de beatificación en el mismo año, el cuerpo de Sor Catalina fue colocado bajo el altar de la Virgen en la Capilla de la calle "du Bac", donde permanece hasta hoy  día atrayendo a miles de peregrinos.



Santa Catalina Labouré fue canonizada el 27 de julio 1947 por el Papa Pío XII

La capilla en el día a día


La Capilla de la calle "du Bac" es verdaderamente una capilla "santa". 

Tan pronto se entra en ella se siente uno  invadido por su ambiente de paz y serenidad. 


Seguramente la irradiación de la Virgen que permanece después de que se le ha visitado


Peregrinos o turistas, todo el mundo está impresionado por el silencio del lugar. 

Turistas llevados para la calle "du Bac" por algunos Guías, toman Fotógrafias, y comienzan a hacer sus comentarios en voz alta.  De pronto son  como tragados por el silencio bajan el tono, se detienen en la Capilla del fondo para tratar de entender ... Los caminos que llevan a Dios son muchos y, a veces, inexpresable.

El peregrino, que vienes por primera vez, se siente atraído por la actitud de acogimiento de la Virgen de las Gracias. Las palabras de María Santísima a Catalina Labouré son una insistente invitación: "Venid al pie del altar, aquí las  gracias serán derramados sobre todos los que me lo pidieren,  con fervor." 

Ahí se arrodillan en las gradas del altar, cerca de María y su Hijo Jesús presente en el Tabernáculo, depositan su preocupaciones, alegrías, penas, pedidos y agradecimientos ...





Como la mujer del Evangelio que deseaba tocar el manto de Jesús para ser sanada, muchos peregrinos expresan mediante gestos sencillos su fe y su oración. El regalo de flores no es un gesto sin valor: para ellos es la expresión de todo lo que no saben expresar.

Otros peregrinos materializan su oración escribiéndola.
 La breve nota es colocada en un cesto de mimbre con forma de cántaro, se convertirán en la oración de toda la comunidad. Esas súplicas son igualmente confidencias a María que acoge tanto angustia, temor, o desánimo, al igual que la confianza, acción de gracias, o la alegría.


La oración de los peregrinos y Mary Catherine les lleva a la Eucaristía. 

La posibilidad que se ofrece a diario para tomar parte en una u otra de las tres Misas de la mañana, acentúa bien ese carácter eucarístico de la Capilla de las Apariciones. 

Por la tarde, la oración Mariana de todos los días, por lo general El Santo Rosario, se termina con la Bendición del Santísimo Sacramento.

Hay muchos los peregrinos que van y vienen a la Capilla de la Medalla Milagrosa:
Un promedio diario de 2.500 en invierno, en verano 4000.

 Vienen de todas partes: el barrio en el que viven o trabajan de todas las provincias de Francia, de Europa y también de los cinco continentes. 
Algunos vienen de la peregrinación organizada a nivel parroquial, diocesano o nacional o de algún movimiento. Otros vienen con la familia, con amigos o solos.

El pasillo que conduce a la calle "du Bac" a la puerta de la capilla no es muy bonito., Pero juega un papel importante. Esencial intermedio entre la "calle" y la "capilla", favorece el pasar de la agitación del mundo al "silencio" del santuario. 

En esta sala, un fresco de piedra explica, a través de imágenes evocadoras los inicios de la Capilla. También es un lugar de encuentros casuales entre hermanas y peregrinos, decisiónes personales para ir a la sala de recepción para una conversación con un sacerdote o de ofrecer Misas por las intenciones particulares.





Todo este va y ven intriga a los transeúntes de la calle "du Bac". Algunos entran a ver lo que pasa. A menudo inconscientemente recorren el mismo camino y oyen lo que Jesús le dijera a los primeros discípulos: "¡Venid y lo veréis!"













3 comentarios:

  1. Gracias gracias gracias Virgen de la Medalla Milagro por tantas bendiciones que nos das, y me enseñas a ser mejor. Gracias gracias gracias por proteger a mis hijos y a mis nietos, a mi madre y hermanos y hermanas. Amén. Amén. Amén.

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  2. Se apareció a una niña de 3 años con el hospital británico de buenos aires bajo el nombre de virgen de la Matea, es una aldea de España de 400 habitantes.Ls niña describió su atuendo y recuerda el nombre a pesar de estar en coma.Su familia no es católica.Yo busque las coincidencias y don sorprendentes.

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  3. Se apareció a una niña de 3 años con el hospital británico de buenos aires bajo el nombre de virgen de la Matea, es una aldea de España de 400 habitantes.Ls niña describió su atuendo y recuerda el nombre a pesar de estar en coma.Su familia no es católica.Yo busque las coincidencias y don sorprendentes.

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