Páginas

sábado, 24 de mayo de 2014

ORACIONES DEL SANTO PADRE PÍO PARA DESPUÉS DE RECIBIR LA SAGRADA COMUNIÓN


Mensajes de Dios al mundo a través de su profeta Agustín del Divino Corazón.

Sed almas eucarísticas

Noviembre 1/07 9:05 a.m.
(Día de todos los santos)

El Padre Pío dice:

Atesorad riquezas para el cielo cumpliendo con los preceptos de los 10 mandamientos. Que Dios ocupe el primer puesto en vuestras vidas como lo ocupó en las vidas de Jesús y de María.
Vivid a plenitud la Palabra de Dios, leedla pausadamente y meditando en la profundidad de vuestro ser, ya que ella es la luz Divina que os saca de la oscuridad, llevándoos por caminos estrechos que dan la vida eterna.
Que vuestro corazón y vuestros ojos apunten siempre al cielo. Si supierais las delicias que hay allí, suplicaríais al Dios del Altísimo que no tardase en llamaros y lucharíais por vivir en la santidad agradando en todo al Sumo Bien.
Hijitos espirituales, sed austeros en el comer y en el dormir, porque ayunando os purificáis de vuestras inmundicias, fortaleciéndoos en la voluntad para que dominéis el espíritu de la sensualidad y de la gula.
Dad prioridad a la oración, porque es el alimento que os robustece en vuestro caminar espiritual, impidiendo que caigáis en las manos de Satanás.
Esforzaos por vencer la tentación, porque cediendo a ella abriréis puertas al espíritu tiranizador, para hacer de vuestro pobre corazón su trono y esclavizaros en el pecado, para luego robaros el premio más grande dado por Dios: vuestra salvación del alma.
Si por desgracia pecares, limpiad vuestro corazón con las aguas purificadoras del Sacramento de la confesión.
La Eucaristía, la confesión y el rezo del Santo Rosario son armas eficaces que debilitan al demonio, incapacitándolo para actuar contra vosotros.
Después de la Santa Misa y del rezo de la Liturgia de las horas, que vuestra oración predilecta sea la recitación del Santo Rosario.
Sed almas Eucarísticas, asistiendo y participando del Santo Sacrificio cuantas veces, según, vuestro estado os lo permita, porque allí el cielo se junta con la tierra, siendo la Eucaristía el milagro más grande que existe sobre la faz de la tierra.


Recibir con gran reverencia el Cuerpo Santísimo de Nuestro Señor Jesucristo y una vez haya bajado a
vuestro corazón, adorad y besad sus cinco llagas, orando la siguiente plegaria:

Oración del Santo Padre Pío

“Has venido a visitarme como Padre y como amigo.
No me dejes nunca solo, quédate, Señor, conmigo.
Por el mundo, envuelto en sombras,
Soy errante peregrino.
Dame tu luz y tu gracia, quédate, Señor, conmigo.
En este precioso instante, abrazado estoy contigo.
Que esta unión nunca me falte,
Quédate, Señor, conmigo.
Acompáñame en la vida, tu presencia necesito.
Sin Ti desfallezco y caigo, quédate, Señor, conmigo.
Declinando está la tarde, voy corriendo como un río al hondo mar de la muerte, quédate, Señor, conmigo.
En la pena y en el gozo, sé mi aliento mientras viva hasta que muera en tus brazos, quédate, Señor, conmigo.
Amén.

















Oración después de la sagrada Comunión

Escrita por el Santo Padre Pío

Quédate conmigo, Señor, porque es necesario tenerte presente para que Yo no te pueda olvidar. 
Tú sabes que tan fácilmente te abandono.
Quédate conmigo, Señor, porque Yo soy débil y necesito de tu fortaleza, para que no caiga tan frecuentemente.
Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi vida
Y sin Ti Yo estoy sin fervor.
Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi luz
 y sin ti yo estoy en la oscuridad.
Quédate conmigo, Señor, para mostrarme tu voluntad.
Quédate conmigo, Señor, para que Yo pueda 
escuchar tu voz y seguirte.
Quédate conmigo, Señor, porque Yo deseo amarte mucho
y siempre estar en tu compañía.
Quédate conmigo, Señor, si tú deseas que Yo sea fiel a ti.
Quédate conmigo, Señor, pobre como mi alma es, Yo deseo que sea un lugar de consolación para Ti, un nido de amor.
Quédate conmigo, Señor, porque se hace tarde y el día se está terminando, y la vida pasa. La muerte, el juicio y la eternidad se acercan. Es necesario renovar mi fortaleza, para que Yo
no pare en el camino y por eso Yo te necesito.
Se está haciendo tarde y la muerte se aproxima, tengo miedo de la oscuridad, las tentaciones, la aridez, la cruz, los sufrimientos.
¡Oh! como te necesito, mi Jesús, en esta noche de exilio.
Quédate conmigo, esta noche, Jesús,
en la vida con todos los peligros, Yo te necesito.
Déjame reconocerte como lo hicieron tus discípulos en la partición del pan, para que la Comunión Eucarística sea la luz que dispersa la oscuridad, la fuerza que me sostiene, el único gozo de mi corazón.
Quédate conmigo, Señor, porque a la hora de mi muerte, Yo quiero permanecer unido contigo, sino por la Comunión,
Por lo menos por la gracia y el amor.
Quédate conmigo, Señor, porque solamente eres tú a quien Yo busco, tu amor, tu gracia, tu voluntad, tu corazón, 
tu espíritu, porque Yo te amo
y te pido no otra recompensa que amarte más y más.
Con un amor firme, Yo te amaré con todo mi corazón
mientras aquí en la tierra y continuaré amándote perfectamente durante toda la eternidad. Amén


Oración al Señor por intercesión de San Pío de Pietrelcina

Oh Dios, que a San Pío de Pietrelcina, sacerdote capuchino, le has concedido el insigne privilegio de participar, de modo admirable, de la pasión de tu Hijo: concédeme, por su intercesión, la gracia que ardientemente deseo (aquí se pide la gracia que se desea alcanzar) y otórgame, sobre todo, que yo me conforme a la muerte de Jesús para alcanzar después la gloria de la resurrección. Gloria al Padre... (3 veces)


Mensaje a un alma  por el Padre Pío: 

         El sexo femenino es el sexo delicado y debería vivir su delicadeza, esto es, la gentileza del sentimiento en los actos de expresión.
 Su comportamiento, más sensible que el del varón, debería ser manifestación de su pureza y de su discreción personal. Sin embargo, las mujeres, pervirtiendo el orden divino con su comportamiento, pervierten a la humanidad, a la sociedad, a la familia y a la inocencia de que se ven rodeadas.
¡Oh mujeres, no frecuentéis las playas con vuestro contagio pecaminoso! ¡Queréis atraer la mirada del hombre y, en cambio, lo ofuscáis! ¡Vuestro modelo sea la belleza, la virtud y el candor de la Virgencita Celestial! ¡No sigáis a Satanás, corruptor maléfico y provocativo! ¡No adornéis con ligereza vuestro cuerpo, que un día se convertirá en horror y hedor de los sepultureros!
¡Sed cautas, prudentes, y no insensatas! Recitad con frecuencia la siguiente plegaria:

¡Toda hermosa, pura, santa e inmaculada eres,oh María...
Ruega para que se salve esta pobre alma mía...!

Dos ambiciones, en este último tiempo, empujan al hombre al abismo: la ambición del dinero y el afán de placeres. La mujer, en cambio, es empujada por el libertinaje en todo. La vida del hombre sobre la tierra debería ser vida de conquistas para la vida eterna, luchando contra las pasiones que se oponen al Reino de Dios.¡Cuántas luchas, cuántas industrias no se afrontan en el mar tempestuoso de la vida del mundo para mejorar siempre más la propia posición, para tener así mayor posibilidad de no caer en desilusiones infructuosas, para adquirir fama, para sobreponerse al que podría comprometer el propio éxito! Pero ¿habéis pensado alguna vez que vuestra alma lleva impresa de un modo indeleble la eterna palabra de Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza...? Por lo tanto el hombre, venido de aquella fuente de amor inexplorable de eterna vida, debería vivir de realidades positivas. Estas realidades las puede ofrecer solamente la oración. Jesús nos ha dejado el ejemplo; se apartaba aun de los Apóstoles para retirarse a hacer Oración y Él, bien lo sabéis, no tenía necesidad de ella. Dijo así mismo a los Apóstoles, sus predilectos: Vigilad y orad para no caer en tentación. El que ora, se salva; el que no ora se condena.


Para leer el mensaje completo del padre Pío pulse aquí:



* MENSAJE DEL PADRE PÍO A UN ALMA









No hay comentarios:

Publicar un comentario