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sábado, 7 de octubre de 2023

«TÚ TIENES QUE SER EL PROPAGADOR DEL ROSARIO EN ESTOS TIEMPOS ». LOS SANTOS PAPAS Y EL SANTO ROSARIO

 




 

En el año 1569, el papa san Pío V con una Bula o Encíclica dirigida a todos los cristianos del mundo recomienda rezar el Rosario de la manera como se reza ahora. Con esto quedaba consagrada esta devoción como algo muy propio de los buenos católicos.

 

 

Desde que el papa Pío V recomienda a todo el mundo el rezo del Santo Rosario, recordando que con esta oración se han obtenido grandes triunfos en la guerra contra los infieles, y que esta devoción ha demostrado tener gran eficacia para detener las herejías y conseguir conversiones, y que toda persona fervorosa lo debe rezar frecuentemente, la costumbre de rezar el Rosario se vuelve popularísima en todas las naciones y su popularidad va aumentando año por año. Diez Pontífices lo siguen recomendando, y muchísimos santos lo difunden por todas partes.

 

 

Desde 1878 hasta 1903 el papa León XIII, gran sabio, se dedica a propagar más y más la devoción al Santo Rosario. Este Pontífice llamado "El papa del Rosario" dedica 12 Encíclicas y 22 documentos menores a recomendar a los fieles el devoto rezo del Rosario. Y lo llama:

 

"La más agradable de las oraciones".

"Resumen del culto que se le debe tributar a la Virgen".

"Una manera fácil de hacer recordar a las almas sencillas los Dogmas principales de la fe cristiana". "Un modo eficaz de curar el demasiado apego a lo terrenal" y "un remedio para acostumbrarse a pensar en lo eterno que nos espera".


 



 

Pío XI (1937) dice que "el Rosario ocupa el primer puesto entre las devociones en honor de la Virgen y que sirve para progresar en la fe, la esperanza y la caridad".

 

 

 

El papa Pío XII escribió una Encíclica y 8 cartas recomendando el Santo Rosario.

Y decía:

"Con el rezo del Rosario obtendremos del cielo el remedio para muchos de los males de nuestro tiempo".

 

 

 

El papa Pío XII (1939-1957) famoso sabio, escribió una Encíclica y ocho cartas recomendando el Rosario, y hablo de él en muchísimos de sus discursos. Decía que "el rosario es como un resumen del Evangelio", "una oración muy propia para la familia" y "señal segura de obtener favores del cielo" y "un medio en el cual podemos poner toda nuestra confianza para conseguir de Dios que cure los males de nuestro tiempo".

 

 

 

 

El papa Juan XXIII (1957-1964) se propuso honrar y alabar públicamente el Rosario todas las veces que le fuera posible. En su famoso libro "Diario del alma” dice que el rezo del Rosario fue siempre un componente esencial de su espiritualidad. En sus discursos y en sus Encíclicas recomienda muchas veces el Rosario, y especialmente en el mes de octubre. Recuerda las recomendaciones de Pío V y de León XIII y afirma: "El Rosario es una excelente forma de oración meditada. Es una Corona Espiritual en la cual vamos entrelazando Padrenuestros, Avemarías y Glorias con la meditación de los Misterios de Gozo, de Dolor y de Gloria de Jesucristo". En 1961 este Pontífice, llamado "El papa Bueno” hizo una conmovedora y paternal recomendación a todos los fieles del mundo para que experimentaran cada uno en su propia vida el valor y la eficacia que tiene para el progreso espiritual el rezo del Santo Rosario.

 

 

 

 

El papa Pablo VI (1964-1978) dice en su Encíclica titulada "Madre de Cristo": "El Concilio Vaticano ha enfervorizado el ánimo de todos los hijos de la Iglesia hacia el Rosario recomendando estimar grandemente las prácticas de piedad que la Iglesia ha aprobado en honor de la Sma. Virgen”.

 

 

El mismo papa Pablo VI en octubre de 1969 dijo: "El Rosario puede rezarse de la manera tradicional como siempre se ha rezado, o de otras maneras nuevas que con el consentimiento de la legítima autoridad lo adapten a las necesidades de este tiempo actual".

 

Con esto permitía ensayar nuevos modos de rezarlo, y así en algunas partes se le reza ahora leyendo al principio de cada misterio una página referente a él. Y hay otros ensayos más.

 

En 1974 apareció la Encíclica "Marialis Cultus" acerca de la Virgen María. Es un documento mariano de primerísima importancia. Allí el Sumo Pontífice dice: "El Rosario es muy valioso:

 

1°. Porque en él se van meditando los Misterios de la Vida, Pasión y Resurrección de Jesucristo.

 

 2°. Porque en él se reza la más importante oración de los cristianos: el Padrenuestro.

 

 

 3. Porque allí saludamos a la Sma. Virgen con lo mejor que de ella se ha dicho: el Avemaría.

 

 

4°. Porque al rezar el Gloria estamos glorificando a las tres personas de la Sma. Trinidad.

 

 

5o. Porque el Rosario tiene tres cualidades que son muy importantes para toda oración: alaba, implora y adora”.

 

 

 

 

En 1978 el papa Juan Pablo II sorprendió al mundo, poco después de ser elegido Pontífice, con esta frase en la Plaza de San Pedro:

 

 "Mi oración preferida es el Rosario (29 de octubre y luego en muchísimas ocasiones fue recomendado esta hermosa práctica de piedad. Suyas son las siguientes exclamaciones:

 

"El Rosario es una escalera para subir al cielo" (29 oct. 1979).

 

"El Rosario nos proporciona dos alas para elevarnos en la vida espiritual: la oración mental y la oración vocal (29 abril 1979).

 

“Es la oración más sencilla a la Virgen, pero la más llena de contenidos bíblicos" (21 oct. 1979).

 

 

 

Cuando fue en peregrinación al Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Pompeya, Juan Pablo II hizo allá un bellísimo sermón acerca del Rosario. En él dijo:

 

"El Rosario es nuestra oración predilecta.

 

 

 Cuando lo rezamos, está la Sma. Virgen rezando con nosotros. En el Rosario hacemos lo que hacía María meditamos en nuestro corazón los misterios de Cristo' (Lc 2, 19). En mi vida de Pontífice tengo que tratar con muchísimas personas que vienen a visitarme o a las cuales voy a visitar: por ellas rezo mi Rosario: unas veces para pedir su buena voluntad, la cual logro conseguir de manera admirable. Y otras veces para dar gracias por tantas muestras de buena voluntad de tantas gentes".

 

 

 

 

Cinco de los más grandes sabios católicos de este siglo han escrito artículos admirables acerca del Santo Rosario: Sertillanges, Guardini, Garrigou-Lagrange, Schillebeexkx y Suenens.

 

 

 

 

¿POR QUÉ SE LLAMA ROSARIO?

Ya hemos dicho que antes se le llamaba "Salterio de la Virgen María", porque con su rezo reemplazaban las personas sencillas que no sabían leer o que no tenían libros, el rezo del Salterio, o sea, de los 150 Salmos de la Biblia que los religiosos tenían que rezar cada semana.

Pero después el nombre que se impuso fue el de Santo Rosario. La palabra ROSARIO SIGNIFICA: COLECCIÓN DE ROSAS. La rosa ha sido siempre un regalo muy estimado para ofrecer especialmente a las mujeres. Y la Iglesia ha creído que a nuestra Madre del cielo le ofrecemos una verdadera "colección de rosas espirituales" agradabilísimas para ella, al rezarle por 50 veces el Avemaría, la oración que el Ángel Gabriel, y santa Isabel y la Iglesia Católica Antigua, compusieron en su honor.

 

El Rosario es una verdadera colección de "Rosas de alabanzas" que obsequiamos a la más bondadosa de todas las madres, a la más bendecida de todas las mujeres y a la más gloriosa de todas las reinas.

 

 

 





 

 

Capítulo 3

LOS SANTOS Y EL ROSARIO

 

 




 

1) SAN FRANCISCO DE SALES, (+1621) el santo más amable que ha existido, el que convirtió al catolicismo más de 70.000 herejes protestantes, DEDICABA CADA DÍA UNA HORA A REZAR SU ROSARIO. Esto por más de 40 años. Y decía:

 

"Rezar mi Rosario es mi más dulce ocupación y una verdadera alegría, porque sé que mientras lo rezo estoy hablando con la más amable y generosa de las madres".

 

 

 

2) SANTA MARGARITA ALACOQUE, la santa a la cual se le apareció el Sagrado Corazón en 1675, rezaba cada día de rodillas el Rosario entero (los 15 Misterios). Y dice que un día vio a la Sma. Virgen con el rostro muy serio porque ella estaba rezando muy distraída las avemarías y que en adelante se propuso rezarlas con más atención.

 

 

 

3) SAN FELIPE NERI, atravesaba las calles de Roma siempre alegre y sonriente, llevando en sus manos su camándula y rezando su Rosario. Y cuando se dirigía a visitar a algún enfermo iba recitando por él su Rosario por el camino y decía "Las avemarías son joyas con las cuales yo logro comprar almas para el cielo".

 

 

 

4) SAN CAMILO DE LELIS, gran apóstol de los enfermos y fundador de los Padres Camilos, nunca se retiraba a descansar por la noche, sin haber rezado el Santo Rosario.

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SANTA MARÍA GORETTI, BEATA LAURA VICUÑA, SAN LUIS GONZAGA, SANTO DOMINGO SAVIO y muchos jóvenes más, rezaban cada día el Rosario a la Santísima Virgen, y ella les conservó la castidad y los llevó al cielo.

 

 

 

5) LOS MÁRTIRES DEL JAPÓN, muertos en el siglo XVI y declarados ahora santos por la santa Iglesia Católica, cuando caminaban hacia el sitio donde los iban a crucificar, iban rezando en voz alta el Santo Rosario.

 

 

 

6) SANTA BERNARDITA SOUBIROUS, la jovencita que tuvo el honor de que la Sma. Virgen se le apareciera 18 veces en Lourdes en 1858, era una niña pobre e ignorante pero muy santa. Ella decía: "Yo no hice estudios y soy muy ignorante, pero sé rezar mi Rosario, y con él logro comunicarme con Nuestro Señor y con la Virgen Santísima”. Desde muy niña lo rezó siempre, y mientras rezaba su Rosario se le apareció por primera vez la Sma. Virgen. Después ya religiosa, las demás monjitas la veían largos ratos de rodillas rezando el Rosario y se sentían orgullosas de arrodillarse junto a ella y acompañarla en tan bella oración. Bernardita les decía: "Ah, si supieran lo buena y generosa que es nuestra Señora. Amémosla mucho. Recémosle con cariño su Rosario y pongámonos bajo su protección y veremos qué grandes ventajas conseguimos con ello".

 

 

 

7) SAN JUAN DE DIOS Y SAN FRANCISCO JAVIER, aunque ocupadísimos en muchas labores en favor de los demás, jamás se acostaban sin haber rezado antes del Santo Rosario.

 

 

 

8) SANTA LUISA DE MARILLAC, fundadora de las hermanas Vicentinas, deseaba que sus religiosas llevaran su camándula bien visible, a la vista de todos. Y su fervor al rezar el Rosario era tal, que las hermanas porfiaban por estar cerca de ella mientras lo rezaban. Pronunciaba cuidadosamente las palabras del Padrenuestro y del Avemaría, como saboreándolas y gustando sus dulzuras espirituales.

 

 

 

 

9) SAN JUAN DE LA CRUZ, rezaba cada día el Rosario de rodillas con especial fervor.

 

 

 

 

10) SANTA TERESA DE JESÚS, (+1580) atestiguó bajo juramento una religiosa en el proceso de beatificación: "Acostumbraba esta santa mujer rezar el Rosario desde muy niña y lo rezó hasta los últimos días de su vida. Y como testigo y persona presente pue- do asegurar que aunque sufriera muy graves enfermedades o tuviera muchísimas ocupaciones, jamás dejaba un día sin rezar el Rosario. Y muchas veces tuvo que rezarlo hacia las doce de la noche o a la una de la madrugada, pero jamás iba a dormir sin haberlo rezado antes".

 

 

 

 

11) DE SAN JOSÉ DE CALASANZ, gran educador, se cuenta en su biografía: "Desde muy niño aprendió a rezar el Rosario, y fue tanto lo que se aficionó a él, que nunca durante sus 92 años de vida, dejó pasar algún día sin rezarlo, aunque sus ocupaciones fueran muchas y su cansancio muy grande. Sentíase feliz cuando veía a sus alumnos arrodillados ante la imagen de Nuestra Señora rezándole el Rosario, y repartía caramelos y otros regalitos a los niños que iban a rezarle el Rosario a la Virgen. Repartía muchísimas camándulas entre la gente y varias veces lo vieron elevarse en éxtasis mientras rezaba esta oración. Una de sus últimas frases antes de morir fue esta:  "Conviene que recemos mucho el Rosario, porque el meditar en la vida pasión y glorificación de Jesús nos hace un gran bien".

 

 

 

 

11) SAN FÉLIX DE CANTALICIO, empezaba el rezo del Rosario, pero luego tenía que interrumpirlo porque quedaba en éxtasis, arrebatado en la contemplación de los Misterios.

 

 

 

 

12) SAN IGNACIO DE LOYOLA, fundador de los jesuitas, rezaba el Rosario completo todos los días. Y aún muchas veces en horas de descanso tenía entre sus manos la camándula. Cuando se le presentaba un problema muy difícil de resolver rezaba un Rosario a Nuestra Señora para que lo ayudara a superar aquella situación. En los Reglamentos de la Compañía de Jesús dejó muy recomendado el rezo del Santo Rosario.

 

 

 

 

13) DE SAN FRANCISCO DE BORJA, dice su biógrafo el P. Nieremberg: "Varias veces mientras rezaba el Rosario estallaba en llanto. Mientras estaba rezando iba meditando en los Misterios y pensaba en una de estas tres cosas:

 

1. ¿Qué fue lo que el Señor hizo por nosotros en este misterio?

 

2. ¿Cómo he correspondido yo a esto que el Señor ha hecho por mí?

 

3. ¿Qué gracia quiero pedir en esta decena?".

 

 

 

 

 

14) SAN FRANCISCO JAVIER, en sus viajes como misionero del Asia llevaba colgado al cuello su Rosario, con más orgullo que el que sentiría un mundano al llevar la más grande condecoración de su país. Lo rezaba entero todos los días, y a los que se iban convirtiendo al cristianismo les recomendaba con toda el alma que no lo dejaran nunca de rezar. Con el rezo del Santo Rosario obtenía del cielo muchos milagros, y a veces cuando desde lejanos pueblos le pedían que fuera a orar por un enfermo y él no podía ir, les enviaba su camándula, y varias veces sucedió que al tocar el enfermo con el Rosario de aquel santo, recobraba maravillosamente la salud.

 

 

 

 

15) SAN PEDRO CLAVER, el apóstol de los negros en Cartagena reunía por las tardes al mayor número de esclavos que lograba hacer venir y rezaba con ellos el Rosario. Para premiar a los que venían a rezarlo y atraer a otros a que asistieran a este rezo que él tanto estimaba, les regalaba estampas, medallas, frutas y camándulas. En los 40 años que estuvo trabajando entre los esclavos, dicen que repartió unos 280.000 rosarios o camándulas. Prácticamente ninguno de los negros que él bautizaba se quedaba sin recibir de sus manos un Rosario como obsequio, acompañado de la recomendación de rezarlo lo más frecuentemente posible.

 

 

 

 

16) DE SAN ALONSO RODRÍGUEZ, que se hizo santo haciendo de portero en un colegio de Mallorca por 40 años, y que fue el que hizo venir a América a san Pedro Claver, cuentan sus biógrafos que de tanto pasar por entre sus manos las cuentas del Rosario, se le formaron callos en los dedos. Él mismo contaba que los más extraordinarios favores que consiguió de la Madre de Dios, los obtuvo mientras le rezaba el Santo Rosario. Cuando san Pedro Claver fue a despedirse de él para venirse a América san Alonso le dijo: "Sea muy devoto de la Santísima Virgen. Récele cada día su Santo Rosario. No se le olvide que ella ha recibido poder para remediar nuestros males y que obtiene de su Hijo Jesucristo todo lo que le pide para nosotros, y que Dios le dio la llave de todos sus tesoros para que sea la repartidora en favor nuestro".

 

 

 

 

17) SAN JUAN EUDES, llevaba siempre una camándula pendiente de su cintura para acordarse más frecuentemente de rezar a la Madre de Dios, a la cual le gustaba llamar "Nuestra Señora toda bondadosa". Muy frecuentemente besaba una medalla de la Sma. Virgen que llevaba prendida en su camándula. Le gustaba repetir: "Dios te Salve María, hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, y Templo del Espíritu Santo". A sus religiosos les recomendaba: "rezadle a ella y haced que otros también le recen mucho y con fervor".

 

 

 

 

18) SANTA EUFRASIA PELLETIER, fundadora de las religiosas del Buen Pastor, de vez en cuando al ver que alguna novicia pasaba por el corredor la llamaba a que la acompañara a rezar el Rosario. Y aquellas novicias se entusiasmaban al ver que la santa saboreaba con grande amor a la Sma. Virgen las palabras del Avemaría. La feliz novicia que rezaba una vez el Rosario con santa Eufrasia, ya nunca podía olvidar aquellos minutos de paraíso al experimentar como saben rezar las personas enamoradas de Dios y de la Madre Santa.

 

 

 

 

19) El joven religioso SAN JUAN BERCHMANS, al morir quiso tener entre sus manos sus más preciados tesoros: el crucifijo, la santa regla y el Rosario. Y decía: "Con estas tres llaves lograremos abrir las puertas del Paraíso". Y al igual que san Estanislao de Koska, otro joven jesuita como él, y gran devoto del Rosario, murió con la alegría de la presencia amorosa de la Madre de Dios.

 

 

 

 

El Santo Cura de Ars rezaba cada día el Rosario completo y decía: "Con esta arma le he quitado muchas almas al diablo".

 



 

 

20) SANTA ROSA DE LIMA, llevaba siempre colgado en el brazo su Rosario y le gustaba rezarlo en compañía de otras personas. A sus amigas les decía: "Con el Rosario se obtienen todos los favores que se necesitan, y al recitarlo estamos practicando el mejor modo de oración".

 

 

 

 

21) SAN MARTÍN DE PORRES, llevaba también siempre colgado del cuello su Rosario y como a san Alonso, le salieron callos en los dedos de tanto pasar por ellos las cuentas de su camándula.

 

 

 

 

22) SAN PABLO DE LA CRUZ, estando moribundo, jadeante y agotadísimo seguía rezando su Rosario. El enfermero le dijo: "Padre, está demasiado agotado y le falta la respiración. Es mejor que ya no rece más el Rosario para no fatigarse". A lo cual el santo respondió "Cuando ya no pueda rezarlo con los labios, lo seguiré rezando con el corazón".

 

 

 

 

23) EL JOVEN SAN GABRIEL DE LA DOLOROSA, devotísimo de la Sma. Virgen, aun en los delirios de la altísima fiebre en su última enfermedad, seguía rezando el Rosario y pedía a los que lo asistían que lo acompañaran en su rezo.

 

 

 

24) SANTA GEMMA GALGANI, dice: "Desde niña, cada tarde, cuando salía de la escuela llegaba a mi casa, me encerraba en mi habitación, y allí de rodillas rezaba el Rosario entero a mi buena Mamá, la Virgen María". Ya mayor, en 1900, reunía al mayor número de personas que podía y con ellas rezaba el Santo Rosario. Organizaba procesiones rezándolo y llevaba grupos de muchachos y muchachas a las ermitas de la Virgen a cantarle, llevarle flores y rezarle el Rosario.

 

 

 

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San Nicolás de Tolentino recomendaba rezar el Rosario por el descanso de las benditas almas del Purgatorio.

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San Juan Bautista de La Salle pone bajo el amparo de la Santísima Virgen, su Instituto de Las Escuelas Cristianas, y a sus religiosos, los Hermanos Cristianos, les recomienda que recen y hagan rezar el Santo Rosario.

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25) SAN BENITO COTTOLENGO, el que fundó en Turín el hospital para incurables, donde no se pedía limosna a nadie pero donde nunca faltó nada porque la Divina Providencia siempre intervino milagrosa y admirablemente, organizó en su hospital el Rosario perpetuo. Dividió a sus discípulos y enfermos en numerosos grupos que se iban turnando ante el altar de la Virgen, día y noche, rezando el Santo Rosa- rio, de tal manera que a todas las horas había personas rezándolo. Los favores que se obtuvieron fueron admirables.

 

 

 

26) SAN CARLOS BORRONEO, gran arzobispo de Milán rezaba todos los días con especial devoción su Rosario y decía a los sacerdotes: "Les pido que en la confesión recomienden mucho el rezo del Santo Rosario".

 

 

 

 

27) SAN ANTONIO MARÍA CLARET, popular apóstol y gran predicador, dice: "Siendo jovencito me encontré un libro que hablaba de lo importante que es el rezo del Rosario y enseñaba además cómo hay que rezarlo. La lectura de este libro me hizo mucho bien; el maestro de escuela viendo que me gus- taba rezarlo me ponía a dirigir el rezo del Rosario en la clase. Cuando ya fui mayor, en la fábrica de mi padre, rezaba con mis obreros cada día el Rosario. Con mi hermanita nos íbamos a veces a visitar una imagen de la Sma. Virgen y allí yo sentía un gozo infinito rezándole el Rosario".

 

Una vez llegado al sacerdocio se convirtió en el apóstol del Santo Rosario. En todas partes lo recomen- daba y lo hacía rezar. Como misionero popular, cuando se iba de un pueblo la gente salía a acompañarlo hasta el limite con el otro pueblo y hacían el viaje cantando y rezando el Rosario. En el sitio donde empezaba el pueblo siguiente lo estaban esperando y con ellos hacía el recorrido que le faltaba rezando el Rosario y cantando himnos religiosos. Y el repetía gozoso: "Las mejores conquistas de almas que he logrado, las he conseguido por medio del rezo continuo del Santo Rosario".

 

En los años 1851 y 1852 repartió 20.669 Rosarios o camándulas. Ya podemos imaginar cuántos repartiría en toda su vida de misionero y apóstol. Pero no los repartía sin más ni más. “Los regalo, pero antes les enseñó cómo deben rezarlo, y les recomiendo que lo recen frecuentemente y con devoción".

 

Al Rosario lo llamaba: "Mina prodigiosa", donde encontramos toda clase de tesoros. Jardín florido en el cual conseguimos las flores de las virtudes. Libro abierto donde aprendemos a ser santos.

 

A los padres de familia les recordaba: "Qué ejemplo maravilloso para vuestros hijos, que os vean junto al altar de nuestra Señora, rezándole el Rosario".

 

A los sacerdotes: "Que en cada parroquia se rece cada día el Rosario".

 

Poco antes de morir todavía escribía en 1869: "Lo que más quiero inculcar, oportuna o inoportunamente es que la gente rece el santo rosario. Quiero que este sea un tema muy frecuente en mis conversaciones".

 

Él mismo cuenta en su autobiografía que en la madrugada del 9 de octubre de 1857 oyó que la Sma. Virgen le decía: “Antonio: tú tienes que ser el propagador del Rosario en estos tiempos" (p. 220) y que el 6 de diciembre de 1862 le dijo la Virgen María que él debía dedicarse a propagar el Santo Rosario con el mismo fervor con el que se dedicaron a propagarlo otros grandes misioneros como Alano de la Rupe. Y que luego oyó que Jesucristo le decía: "Sí, Antonio, haz lo que te dice mi Madre". Por dos veces la Madre celestial le ordenó también escribir acerca del Rosario y él publicó unos folletos que hicieron mucho bien. Y en sus cartas Pastorales como Arzobispo y en sus sermones como misionero popular hablaba bellísimamente acerca de esta devoción tan querida por la Madre del Cielo.

 

(Nota: Alano de la Rupe, el propagandista del Rosario que la Sma. Virgen encomendó a san Antonio María Claret que se propusiera imitar, fue un padre dominico inglés el cual en 1470 fundó Las Cofradías del Rosario, unas asociaciones que se proponían rezar y hacer rezar el Rosario, meditando en los Misterios. Los padres dominicos propagaron por todas partes estas Cofradías y la santa costumbre del rezo del Rosario).

 

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La Santísima Virgen me dijo que yo habría de propagar la devoción del Santísimo Rosario:

-Madre mía, ¿os queréis servir de mí?

-Sí, de ti quiero servirme.

San Antonio María Claret.

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Dos santos que propagaron mucho el rezo del Rosario SAN FRANCISCO DE SALES Y SANTA FRANCISCA DE CHANTAL.

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RECUERDA QUE MARÍA ES TU MADRE Y QUE EL QUE HONRA A LA MADRE ES COMO EL QUE ATESORA

 

 

 

 

 

 

 

Capítulo 4

LOS HOMBRES FAMOSOS Y EL ROSARIO

 

 

1. EL GENERAL BELGRANO (que inventó la bandera de Argentina) y el general san Martín (libertador de ese país), rezaban el Rosario muy frecuentemente, y hacían que de vez en cuando lo rezaran también sus batallones.

 

 

 

 

2. EL EMPERADOR FELIPE II estando para morir, llamó a su hijo y entregándole una hermosa camándula le dijo: "Toma este Rosario que recibí de mi padre, el emperador Carlos V. Si quieres gobernar bien y recibir muchas ayudas del cielo, rézalo frecuentemente".

 

 

 

 

3. EL CÉLEBRE COMPOSITOR HAYDIN (1732 -1809), maestro de Beethoven y autor de 118 Sinfonías, cuya música es alabada en todo el mundo, decía a sus admiradores: "No me feliciten a mí. La música que compongo me viene inspirada de lo alto. Cuando me hallo componiendo una obra y siento que de repente se me fuga la inspiración, mi remedio es tomar en mi mano la camándula y empezar a rezar el Rosario. Después de unas cuantas Avemarías me vienen las ideas y melodías por montones; y a veces en tal abundancia que no me alcanza el tiempo para anotarlas todas".



 

 

 

4. EL PRESIDENTE GARCÍA MORENO, mártir católico del Ecuador, rezaba cada tarde con su familia y el personal de servicio del palacio, el Santo Rosario. Y reconocía que de esta oración obtenía mucha fuerza de lo alto para cumplir bien su deber.

 

 

 

 

 

5. LISTA DE HOMBRES CÉLEBRES DEVOTOS DEL ROSARIO

Los historiadores católicos han hecho listas de personajes muy famosos y muy beneméritos que han sido entusiastas de la devoción al Santo Rosario. He aquí algunos:

 

 

 

LUIS PASTEUR, inventor de las vacunas.

 

 

ALEJANDRO VOLTA (+1827) inventor de la pila eléctrica.

 

 

 

RECAMIER, AMPERE, OZANAM: ilustres personajes franceses.

 

 

 

MONTALEMBERT, MENÉNDEZ Y PELAYO, MIGUEL DE CERVANTES, LOPE DE VEGA, TIRSO DE MOLINA, TORCUATO TASSO, SILVIO PELICO: literatos de fama universal.

 

 

MIGUEL ÁNGEL, pintor y escultor famoso.

 

 

MURILLO: el pintor de las populares “Inmaculadas".

 

 

MOZART, el músico inmortal rezaba de vez en cuando su Rosario. Él mismo cuenta en una carta que cuando estrenaron en París su Sinfonía en sol mayor, se fue al templo a rezar el Rosario.

 



 

6. UNA TARJETA Y UNA SORPRESA

Un joven universitario viajaba en el mismo asiento del tren con un venerable anciano que iba rezando su Rosario. El joven se atrevió a decirle: ¿Por qué en vez de rezar el Rosario, no se dedica a aprender, a instruirse un poco más?' Yo le puedo enviar algún libro para que se instruya.

 

El anciano le dijo: "Le agradecería que me enviara el libro a esta dirección": y le entregó su tarjeta.

En la tarjeta decía: "LUIS PASTEUR, Instituto de ciencias de Paris".

 

El universitario se quedó avergonzado: Había pretendido darle consejos al más famoso sabio de su tiempo, el inventor de las vacunas, estimado en todo el mundo, y gran devoto del Santo Rosario.

 

 

 

 

7. DESCUBRIÓ SU INVENTO MIENTRAS REZABA EL ROSARIO

El gran médico cubano, Dr. Carlos Finllay (1833- 1915) quien logró detener en el mundo la fiebre amarilla, llegó una noche a su casa, demasiado cansado. Ya se iba a dormir cuando recordó que no había rezado aún el Santo Rosario, el cual nunca dejaba de rezar ningún día, pasara lo que pasara.

Comenzó entonces a rezar devotamente su Rosario y mientras tanto un mosquito daba vueltas zumbando a su alrededor. Después de espantar varias veces al zumbador impertinente, de pronto, como iluminado por la Santísima Virgen, a la cual estaba invocando en este momento, percibió con precisión y claridad en su cerebro, la idea que lo iba a hacer famoso en todo el mundo: que el mosquito era el transmisor de la fiebre amarilla.

 

Con este descubrimiento, Finlay se hizo benemérito en todo el mundo, porque desde entonces ya se supo definitivamente que destruyendo el mosquito se evitaba la terrible fiebre.

 

Es que la Virgen María es "trono de la sabiduría" y sabe infundir ideas luminosas y muy provechosas a quienes la invocan con fe.

(Revista Myriam, noviembre-1952. p. 204).

 

 

 

 

 

 

 

 

8. DOS POETAS

Que el Rosario, ¿son repeticiones? Tú no entiendes de amores y tristezas: ¿Qué pobre se cansó de pedir dones? ¿Qué enamorado de decir ternezas?

MENÉNDEZ Y PELAYO.

 

 

 

 

 

 

 

Que el Rosario son repeticiones:

Una sola palabra el amor tiene

y el corazón goza al decirla.

Y todo el que en amores se mantiene

no se cansa jamás de repetirla.

SELGAS.

 

 

 

 

 

9. BOSSUET Y FÉNELON, máximos famosos predicadores del siglo XVII, rezaban cada día el Santo Rosario. Y lo recomendaban.

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"Si sois para conmigo hijos amantísimos, yo seré con vosotros una madre bondadosa". (Palabras de la Sma. Virgen)

 

 

 

 

Extracto Tomado del libro: EL SANTO ROSARIO,

Padre Eliecer Salesmán.












LA BATALLA DE LEPANTO EN CONTRA DE LOS MUSULMANES 7 OCTUBRE, 1571- FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO-VIRGEN DE LA VICTORIA. LA ORACIÓN DEL ROSARIO SALVA A LA CRISTIANDAD. LA ORACIÓN ES NUESTRA ARMA EN LA BATALLA ACTUAL.

 

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