En un día como hoy hace 97 años el 14 de noviembre de 1921, la antigua Basílica de Nuestra Señora de
Guadalupe sufría un atentado, en el que un hombre colocó un cartucho de
dinamita marca Hércules -común en la minería-, escondido en un arreglo floral,
que sin remordimiento puso a los pies de Santa María de Guadalupe, con el firme
propósito de destruir la imagen sagrada.
De un grupo de obreros que se encontraban dentro de la
Basílica, se adelantó un individuo pelirrojo, vestido con un overol azul nuevo,
a colocar rápidamente un ramo de flores ante la imagen original de Nuestra
Señora de Guadalupe.
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