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martes, 28 de octubre de 2014

SAN JUDAS TADEO APÓSTOL Y SAN SIMÓN APÓSTOL FIESTA 28 DE OCTUBRE



Su fiesta se celebra el 28 de Octubre, junto al apóstol San Simón.

SAN SIMÓN


San Judas Tadeo

San Judas Tadeo, apóstol de Jesucristo, descendía de la estirpe real de David y, por tanto, era consanguíneo de Jesucristo. En efecto, el padre de San Judas, llamado Cleofás, era hermano de San José, Esposo de la Santísima Virgen; la madre, llamada María de Cleofás, era prima de la Santísima Virgen: por tanto, San Judas Tadeo, que fue uno de los doce apóstoles, era primo hermano de Jesús.


A San Judas Tadeo, se le conoce como el patrón de los casos difíciles y desesperados. Se reciben muchas gracias y favores de San Judas Tadeo  a través de oraciones, ejercicios piadosos o alguna  novena  que se reza durante nueves días comenzando o terminando el 28 de Octubre.

Judas" es una palabra hebrea que significa: "alabanzas sean dadas a Dios".  Tadeo quiere decir: "valiente para proclamar su fe", y corresponde perfectamente a la existencia de este santo porque toda su vida fue una alabanza a Dios a través de su predicación


Junto con Simón el Cananeo, Judas Tadeo era uno de los apóstoles considerados como más judaizantes dentro del grupo de «los Doce». Según el evangelio de Juan, fue testigo privilegiado de la Última Cena, durante la cual tuvo una participación activa explícita.

En el Evangelio de Juan, donde el evangelista menciona una petición de Judas Tadeo a Jesús durante la Última Cena cuando Cristo prometió que se manifestaría a quienes le escuchasen, Judas Tadeo le preguntó por qué no se manifestaba a todos. (Gran sensibilidad la de este Santo). 

Le dice Judas –no el Iscariote–: «Señor, ¿Porqué hablas de mostrarte  a nosotros y no al mundo?» Jesús le respondió: «Si alguien me ama, guardará mis Palabras, y mi Padre le amará, y entonces vendremos a él, para poner nuestra  morada en él.»
Juan 14, 22-23

En primer término, llama la atención la dificultad que produce llevar un nombre que remite al traidor, lo que provoca que el propio evangelista haga la aclaración: «Le dice Judas –no el Iscariote–». Bastan estas breves palabras del Evangelio de Juan para configurar la fisonomía espiritual de un hombre que debió cargar valientemente toda su vida con un nombre con connotación harto negativa.




Comentando la pregunta de Judas Tadeo, el papa Benedicto XVI escribió:

También nosotros preguntamos al Señor: ¿por qué el Resucitado no se ha manifestado en toda su gloria a sus adversarios para mostrar que el vencedor es Dios? ¿Por qué sólo se manifestó a sus discípulos? La respuesta de Jesús es misteriosa y profunda(...): al Resucitado hay que verlo y percibirlo también con el corazón, de manera que Dios pueda poner su morada en nosotros. El Señor no se presenta como una cosa. Él quiere entrar en nuestra vida y por eso su manifestación implica y presupone un corazón abierto.
Benedicto XVI



     La epístola canónica de San Judas Tadeo, que tiene muchos rasgos comunes con la segunda epístola de San Pedro. Exhorta a los cristianos a "luchar valientemente por la fe que ha sido dada a los santos. Porque algunos en el secreto de su corazón son (...) hombres impíos, que convierten la gracia de nuestro Señor Dios en ocasión de riña y niegan al único soberano regulador, nuestro Señor Jesucristo". Es una severa amonestación contra los falsos maestros y una invitación a conservar la pureza de la fe. Termina su carta con esta bella oración: "Sea gloria eterna a Nuestro Señor Jesucristo, que es capaz de conservarnos libres de pecados, y sin mancha en el alma y con gran alegría".

El campo de acción apostólica de San Judas fue amplísimo; evangelizó primero la Judea, después Mesopotamia y, finalmente, Persia, llevando por todas partes la luz de la verdad, transmitiendo La Palabra del Señor y obrando, en su nombre, los más preclaros milagros: el número de los discípulos aumentaba de día en día, atraía a sí muchísimos cristianos, nombraba Diáconos, Sacerdotes y Obispos, fundando Iglesias Cristianas en todas las regiones que atravesaba.




      San Judas Tadeo acostumbraba llevar consigo para evangelizar El Manto De La Verónica., Fue un gran adorador de la Santa Faz De Nuestro Señor Jesucristo., Tanto fue así que cuando estaba agonizando en su martirio se le grabó en el pecho El Santo Rostro De Nuestro Señor Jesucristo., Por eso sus imágenes llevan un medallón a la altura del pecho con el rostro de nuestro señor Jesucristo.




MUERTE Y MARTIRIO DE SAN JUDAS TADEO Y SAN SIMÓN: EL CANANEO, TANBIÉN LE DECÍAN EL ZELOTE

Tras evangelizar toda la provincia, Simón y Judas se presentaron en Samir y, en cuanto llegaron, los habitantes de esta ciudad se arrojaron sobre ellos, los prendieron y los llevaron a un templo dedicado al sol; mas, tan pronto como los prisioneros penetraron en el recinto, los demonios, por medio de ciertos energúmenos, empezaron a decir a voces:

- ¿A qué venís aquí, apóstoles del Dios vivo? Sabéis de sobra que entre vosotros y nosotros no hay nada en común. Desde que llegasteis a Samir nos sentimos abrasados por un fuego insoportable.

Acto seguido aparecióse a Judas y a Simón un ángel del Señor y les dijo:

- Elegid entre estas dos cosas la que queráis: o que toda esta gente muera ahora mismo repentinamente, o vuestro propio martirio.

Los apóstoles respondieron:

- La elección ya está hecha. Pedimos a Dios misericordioso una doble merced: que conceda a esta ciudad la gracia de su conversión, y a nosotros el honor de morir mártires.

A continuación, Simón y Judas rogaron a la multitud que guardara silencio, y, cuando todos estuvieron callados, hablaron ellos y dijeron:

- Para demostraros que estos ídolos no son dioses, y que en su interior hay demonios agazapados, vamos a mandar a los malos espíritus que salgan inmediatamente de las imágenes en que permanecen escondidos, y que cada uno de ellos destruya la estatua que hasta ahora le ha servido de escondite.

Seguidamente los apóstoles dieron la orden anunciada, y en aquel mismo momento, de las dos estatuas que había en el templo salieron sendos individuos horrendos que en presencia de los asistentes destrozaron las imágenes de cuyo interior salieron, y rápidamente escaparon de allí dando voces y alaridos. Mientras la gente, impresionada pro lo que acababa de ver, permanecía muda de asombro, los pontífices paganos, irritados, se arrojaron sobre uno y otro apóstol y los despedazaron. En el preciso instante en que Simón y Judas murieron, el cielo, que hasta entonces había estado sereno y completamente despejado, se cubrió repentinamente de nubarrones; se organizó una terrible tormenta que derrumbó el templo  aplastando a los sacerdotes idolatras.

Mientras sus santas almas eran acogidas en la Patria celestial y colocadas a la derecha del Padre, por el que habían ofrecido su vida en holocausto, el cielo de Suamyr, escenario de aquel bárbaro martirio, se quebraba con terribles fulgores, el templo idólatra se derrumbó y los dos sacerdotes idolatras, Zaroes y Arfexat, autores del hecho, fueron fulminados por la justicia divina.

Los cuerpos de los dos Santos Apóstoles se veneraron en Babilonia en un templo cristiano que se construyó por orden de algún rey cristiano, después de años de trabajo; el sepulcro se convierte inmediatamente en glorioso por la frecuencia de los milagros obrados por el Santo.

Las reliquias se trasladaron de Babilonia a Roma, siendo colocadas en la Basílica Vaticana, a los pies de un altar dedicado a los dos Santos Mártires.

Desde este sepulcro, el Santo, que tan solícitamente responde a las invocaciones de socorro del género humano, otorga al mundo las gracias y favores que la misericordia del Señor concede a sus potentísimas súplicas.

San Judas Tadeo es uno de los santos más populares a causa de los numerosos favores celestiales que consigue a sus devotos que le rezan con fe.




Las cadenas

El devoto debe cuidarse de no caer en ciertos abusos, como la "novena milagrosa" a Judas Tadeo que ofrece al devoto grandes recompensas económicas con la condición de que se hagan copias de ella y sean enviadas a un número de personas.  Esta novena raya en la superstición y está centrada mas en interés económico que en la búsqueda de la santidad. 

Cuando se invoca a los santos no es sólo para que intercedan por nosotros ante Dios, sino también para imitar su ejemplo. Judas Tadeo nunca se dejó llevar por cadenas de ignorancia, magia o superstición y, más bien, nos enseñó a rechazarlas.

Actualmente llamamos cadenas a las cartas o correos electrónicos que se hacen con la finalidad de multiplicarse con el paso del tiempo. Son hechas por personas que desconocen el Evangelio y creen en la superstición. Distribuyen sus escritos a varias personas que, al recibirlos creen que tienen la obligación moral de multiplicarlos para enviarlo a otras personas más. Así, sin saber el origen de la carta, ésta se logra multiplicar rápidamente. Lo que sería un simple eslabón se convierte en una cadena. Si estas sirvieran para divulgar el amor de Dios y el ejemplo que nos dan lo santos, serían una magnífica forma de evangelizar.

Desafortunadamente, son todo lo contrario. Muchos se preguntan si es necesario copiar o reenviar las cadenas que alguien dejó en su buzón o les mandó por correo.

 Tienen dudas porque tales escritos hablan de bendiciones o milagros inmediatos para quien las multiplique, o bien, maldiciones terribles para quien se niegue a reproducirlas.

Tales promesas o amenazas no tienen fundamento. Si reflexionas descubrirás que Dios te pide el esfuerzo cotidiano para conseguir tu propio bien y el de tu prójimo, pero este esfuerzo o sacrificio tiene que ser razonable. Si te esfuerzas o sacrificas por algo que no vale la pena tu esfuerzo será inútil. ¿Le importará más a Dios que hagas las copias de una cadena o, más bien, tu compromiso de vivir los mandamientos? Lo que Dios quiere de ti no es que multipliques cartas o cadenas, sino tus buenas obras. Así que no debes temer a las amenazas de las cadenas porque sabes que Dios es un Dios de amor.

 Tampoco debes esperar que Dios te otorgue las cosas en forma mágica o caprichosa. Él escucha tu oración y te concede lo que verdaderamente necesitas para tu salvación, sin necesidad de cadenas. Pidamos a San Judas Tadeo que nos ayude a poner fin a cadenas y supersticiones. Pidámosle que aquellos criminales que le piden su protección se conviertan a la verdadera fe y vivan de acuerdo al evangelio por el que él murió dando testimonio.




Oración a San Judas Tadeo


Apóstol gloriosísimo de Nuestro Señor Jesucristo,
aclamado por los fieles con el dulce título de
ABOGADO DE LOS CASOS DESESPERADOS,
hazme sentir tu poderosa intercesión
aliviando la gravísima necesidad
en que me encuentro.

Por el estrecho parentesco

que te hace primo hermano
de Nuestro Señor Jesucristo,
por las privaciones y fatigas
que por Él sufriste, por el heroíco martirio
que aceptaste gustoso por su amor,
por la promesa que el divino Salvador
hizo a Santa Brígida de consolar
a los fieles que acudiesen
a tu poderosa intercesión,
obténme del Dios de las misericordias
y de su Madre Santísima la gracia
que con ilimitada confianza te pido a Ti,
Padre mío bondadosísimo,
seguro que me la obtendrás
siempre que convenga
a la gloria de Dios y bien de mi alma.
Así sea.

Glorioso Apóstol San Judas Tadeo,
ruega por nosotros (Repetir 3 veces).

En el nombre del Padre,
y del Hijo,
y del Espíritu Santo.
Amén.





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