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jueves, 7 de noviembre de 2013

LA CRUZ ES LA SEÑAL DEL CRISTIANO

Hijos Míos, de pequeños en vuestras catequesis os enseñaron que la cruz es la señal del cristiano.
 Yo, Jesús, os hablo.

MENSAJE DADO EL 21 DE MARZO DE 2013

Pero la cruz no es solo el icono que lleváis colgado al cuello o en vuestros rosarios, la cruz es también lo que  el Cielo os manda cada día, que sobrellevándolo con paciencia y amor es señal de ser buen cristiano y de ser seguidor de Cristo. Yo, Jesús, os hablo.

Se Me quejaba Mi instrumento y  preguntaba por qué tienen que padecer tantas y tantas personas que son buenas, rezan y piden asiduamente y parece que Yo no las oiga. Hijos, no podéis imaginar el tesoro inefable que tienen los cristianos que sufren y aceptan sus situaciones y  tribulaciones de cada día.  A Mí Me duele veros en sufrimientos, pero también sé que el mérito y el premio de los mismos es inimaginable, pues un sufrimiento bien sobrellevado os suple en todas las carencias deayunos y penitencias que no hacéis y aceptado y ofrecido a Dios, os convierte en imagen Mía, porque os hace otros cristos y redentores. Yo, Jesús, os hablo.

No os desalentéis de veros sin trabajo, sin medios económicos, sin salud o carentes de otras cosas, porque Yo sé lo que padecéis  y hasta donde llega el valor de vuestros padecimientos. Fiaros de Mí  por oscuras que se os pongan las situaciones, esto va para todos vosotros hijos, que ahora leyendo este mensaje, os sentís identificados con el mismo porque es lo que os sucede. Yo, Jesús, os hablo.

Viene ahora el día de Mi santo padre adoptivo José (1) ¡Qué  escuela de paciencia y virtud fue él!  ¡Y cuanto padeció! , solo en la otra vida lo sabréis porque él fue también un hombre de sufrimientos y cuya fe fue probada varias veces en su vida y, ahí está bienaventurado en el Cielo, con un brillo único y excepcional, porque hijos, quienes sufren unidos a Mí y aceptan el sufrimiento, tienen un brillo especial en el Cielo. Yo, Jesús, os hablo.

No bajéis la guardia en la oración. Seguid pidiendo y luchando. Yo no estoy sordo, os oigo y tengo en cuenta vuestras peticiones, pero os purifico y os pruebo para más eficacia en lo que pedís y para más corona. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo y os amo a todos coninfinito y ardiente amor. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo pone en práctica.


¿HABÉIS ALGUNA VEZ REFLEXIONADO LO QUE SIGNIFICA SER HIJO DE DIOS?


Hijos Míos, hijos de Dios, ¿habéis alguna vez reflexionado en condiciones de lo que significa ser hijo de Dios? Vosotros que elogiáis y a veces hasta envidiáis a los que son hijos de los poderosos de la Tierra, no os dais cuenta que vuestra dignidad es mucho más grande que cualquier otra, porque sois hijos de Dios y como tal debéis de responder a esta sociedad pecadora, pervertida y corrupta. Yo, Jesús, os hablo.

Vosotros bautizados, los que formáis parte de la Iglesia Católica sois hijos de Dios y eso es un don que no sabéis apreciar, y hasta os aburre que se os recuerde porque lo olvidáis constantemente, algunas almas ni siquiera lo han reflexionado una sola vez en su vida. Por eso, sacerdotes Míos, sacerdotes de Mi divino Corazón, hablad en vuestras homilías, en vuestras charlas sobre esto, enseñad la importancia de ser hijo de Dios y también la responsabilidad, porque todo aquel que esté bautizado tendrá que responder como tal y se le juzgará según su dignidad y su lugar en la Iglesia Católica.

Y porque Dios es vuestro Padre y será quien os juzgue, debéis de estar preparados y responderle en la vida como hijos, que si bien tendréis fallos y caídas, El, que es Padre, lo tendrá en cuenta y usará de Su benevolencia. Yo, Jesús, os hablo.

No juzgará Dios vuestras caídas, sino las veces que intentasteis levantaros y os esforzasteis en no caer.  Dios no contará los pecados, tendrá en cuenta el deseo y el esfuerzo para salir de el, por eso, no debéis ser perezosos en lo que a las cosas de Dios se refiere y,  tenéis que confesar y poner los medios para evitar las ocasiones de pecar y para fortaleceros en no caer.

Hijos, a un drogadicto le quitaríais todo aquello que suponga droga para él y ocasión de caer, pues lo mismo tenéis que hacer vosotros, quitaros las circunstancias que os puedan favorecer la caída y evitarlas encarecidamente, porque Mi Padre Celestial que es también el vuestro no os negará la gracia para vencer cualquier batalla por escarnecida que sea contra el pecado, y sin bien Mi enemigo mortal no os dejará, tampoco os dejará Mi Padre Eterno cuyo poder y amor son inconmensurables. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Doy Mi bendición a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica



¿DE QUE LE SIRVE AL HOMBRE GANAR EL MUNDO ENTERO SI PIERDE SU ALMA?
 

Apegos desordenados tienen muchas almas que serán su perdición eterna. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, ¿de que le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma (Mt 16, 26)? Cuantas veces os he dicho esta frase que la oís pero no la meditáis. ¿De que le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma? Vosotros las criaturas deberíais esforzaros constantemente en salvar vuestra alma y evitarle todo  lo que sea dañino para su salvación. Y dañino son esos apegos desordenados que tenéis al dinero, al bienestar, a la fama a la reputación. Hijos, nada de eso os servirá para entrar en la gloria eterna si no los empleáis en el bien de las almas y en obras de caridad, os lo digo por enésima vez, ¿de que le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma? Aunque ganaréis el Universo entero si no salváis el alma no tenéis nada, porque solo el alma y el bien que hagáis será lo que perdurará eternamente. Yo, Jesús, os hablo.

Ni escritos, ni charlas, ni libros, ni obras artísticas, nada os  servirá para  la salvación del alma si esas mismas cosas no las empleáis en el bien de las almas y en la gloria de Dios.

Debéis reflexionar que cada día que pasa es un día menos que os queda para la entrada en la eternidad, algo que es común a todos y es inminente, y por eso, debéis entrar por la puerta de la gloria y no por la puerta de las tinieblas, porque en la tinieblas hay muchas almas que se apegaron en este mundo a bienes terrenales y les costaba desprenderse de ellos para el bien de otras almas, o para la gloria de Dios. No os digo que no aceptéis los bienes que Dios os da, sino que no os apeguéis a ellos, ni a la salud, ni al dinero, ni a los hijos, ni a la familia, ¡a nada! porque tenéis que valeros de todo ello para la gloria de Dios y el bien de la Iglesia, así que hijos, os digo claramente el camino de la salvación eterna y no os queréis enterar, creéis que os queda mucho para morir, pero bien sabéis que la muerte no respeta edades, y viene muchas veces inesperadamente.

Hijos, acudid a Mi Santa Madre, maestra de desprendimiento, maestra de amor a Dios y a las almas, y pedidle que os enseñe a dar a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar. Yo, Jesús Vuestro Hermano, os hablo.




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