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sábado, 20 de octubre de 2012

SANTA MISA (GRACIAS OBTENIDAS POR ASISTIR) Y SU SIGNIFICADO


GRACIAS OBTENIDAS POR ASISTIR  A  LA SANTA MISA
 La Misa es la continuación del Calvario.

Cada Misa vale tanto como la vida, sufrimientos y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, ofrecidos en sacrificio.




La Santa Misa es el acto de desagravio más poderoso para expiar los pecados.


A la hora de la muerte, el consuelo más grande del alma consistirá de las Misas oídas en vida.


Cada Misa bien oída nos acompañará hasta el Tribunal Divino, suplicando perdón.


En la Santa Misa, según el fervor con que se asiste, se puede disminuir en grado mayor o menor, la pena temporal debida por los pecados.


Al asistir devotamente a la Santa Misa, se rinde el más grande homenaje a la Sagrada Humanidad de Nuestro Señor.


En la Santa Misa, Nuestro Señor Jesucristo ofrece expiación y desagravio por muchas omisiones y negligencias nuestras.


En la Santa Misa, Jesucristo perdona los pecados veniales que todavía no se han confesado. Además se disminuye el poder de Satanás sobre el alma.


Al asistir a la Santa Misa se proporciona a las ánimas del Purgatorio, el alivio más grande que sea posible.

Una Misa bien oída durante la vida, será de más provecho al alma, que muchas que se ofrecieran para su reposo después de la muerte.


 Por asistir a Misa, el alma se preserva de peligros, desgracias y de calamidades, que de otro modo hubieran sucedido. Además, se abrevia o reduce la duración de su Purgatorio.


Cada Misa bien oída obtiene para el alma un grado más elevado de gloria en el Cielo.


En la Misa se recibe la bendición del sacerdote que Nuestro Señor ratifica en el Cielo.


En la Misa se arrodilla entre una multitud de los santos ángeles, que están presentes en actitud de profunda reverencia, durante el sacrificio adorable de la Santa Eucaristía.


En la Santa Misa se reciben bendiciones para todos los bienes y empresas temporales.


En la Eternidad, realizaremos plenamente el gran valor de haber asistido a la Santa Misa diariamente.


Rezar por los sacerdotes para que obtengan la gracia de ofrecer la Santa Misa con santo amor y reverencia"

San Buenaventura ha dicho: "El que menosprecia a la Santísima Virgen, morirá en sus pecados y será condenado."


LA SANTA COMUNIÓN


Cada vez que recibimos la Santa Comunión, se nos perdonan los pecados veniales.

A Santa Gertrudis, Jesucristo ha revelado: "Cada vez que un alma recibe la Santa Comunión, algo hermoso sucede a cada alma en el Cielo, en la Tierra, y en el Purgatorio.

" El Cura de Ars decía: "Una sola Comunión bien recibida vale más que una inmensa suma de dinero que se distribuyera a los pobres. Cada vez que recibimos la Santa Comunión, nuestro lugar en el Cielo es elevado para siempre, y se abrevia nuestra estancia en el Purgatorio.


La Comunión Espiritual




Es enorme el valor de una comunión espiritual bien hecha. Podemos y debemos hacer la comunión espiritual frecuentemente. 
Es muy sencillo este acto. Se efectúa simplemente pensando en Jesús, en Su gran Amor a nosotros, y en nuestro Amor hacia El. Luego, pedir a la Santísima Virgen que implore a su Divino Hijo venir a nuestros corazones. Estas comuniones espirituales se pueden ofrecer por los intereses de Doloroso e Inmaculado Corazón de María.


 ¡También se añade la intención especial nuestra!


San Juan María Vianney, el Cura de Ars, decía:  

“Una Comunión espiritual actúa en el alma como un soplo de viento en una brasa que está a punto de extinguirse.  Cada vez que sientas que tu amor por Dios se está enfriando, rápidamente haz una Comunión espiritual”.

Yo quisiera, Señor, recibirte con aquella pureza, humildad y devoción con que te recibió tu santísima Madre; y con el espíritu y fervor de los santos.


COMUNIÓN ESPIRITUAL

OH SANGRE de Jesucristo! ¡Yo Te adoro en Tu Eucaristíca presencia en el Altar! Yo creo en Tu poder y dulzura; penetra en mi alma y purifícala, en mi corazón e inflámalo. PRECIOSA SANGRE de Jesús, realmente presente en la Sagrada Hostia, alumbra mi inteligencia, toma posesión de mi mente, circula siempre en mis venas, que todos mis sentidos sean marcados con Tu divina unción, que mi corazón lata solo por Tu gloria y que mis labios te alaben por siempre. Amén.


Bendita Sea La Justa Mano, Bendito Sea Su Santo Enojo, Bendita Sea Su Perfecta Justicia.


(La Comunión Espiritual, hecha 3 veces, servirá de alimento espiritual para los días de la purificación, cuando no se pueda recibir la Hostia consagrada).  



Nuestro Señor nos ha dicho que después de recibir la Santa Comunión, debemos repetir la siguiente jaculatoria:

"Sacratísimo Corazón de Jesús, ¡que todo el mundo Os ame con ardiente Amor!" (Revelación de N.S. a Gabrielle Bossis en Francia).

“Si ustedes son católicos y Me están escuchando, los invito a comprender que la parte más importante de su día debería ser la Santa Misa. Mucha preparación debe preceder a la oración de la Misa, y mucha acción de gracias debe proseguirle. No permitan que otros les dicten su postura o comportamiento en los preciosos momentos después de que Me reciben en la Santa Eucaristía. Este es Mi tiempo especial con cada alma y necesita ser colmado con  amor recíproco entre el alma y Yo.”
Jesús, 5 de noviembre del 2003


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