DEL CAMINO REAL DE LA SANTA
CRUZ.
Estas palabras
parecen duras a muchos: Niégate a ti mismo, toma tu cruz, y sigue a Jesús. Pero
más duro será oír aquella postrera palabra: Apartaos de mí, malditos, id al
fuego eterno.
Los que ahora oyen y
siguen de buena voluntad la palabra de la cruz, no temerán entonces oír la
palabra de la eterna condenación.
Esta señal de la
cruz estará en el cielo, cuando el Señor vendrá a juzgar. Entonces todos los
siervos de la cruz, que se conformaron en la vida con el crucificado, se
llegarán a Cristo juez con gran confianza.